Empresarios espa?oles buscan un modelo de relaciones industriales
Un rechazo rotundo a la adopci¨®n ciega en Espa?a de cualquier modelo europeo de relaciones industriales, una honda preocupaci¨®n por la politizaci¨®n de las centrales sindicales, con una absoluta repulsa a los movimientos asamblearios, y la aceptaci¨®n de iniciar cuanto antes formas de participaci¨®n paulatina de los trabajadores en las estructuras de poder de la empresa, fueron los puntos m¨¢s destacados de las jornadas-encuentro sobre ?Negociaci¨®n de las relaciones industriales?, que ayer se iniciaron en San Sebasti¨¢n, con asistencia de cincuenta empresarios de toda Espa?a y especialistas extranjeros.
ENVIADO ESPECIAL, Al encuentro, organizado por dos entidades acad¨¦micas, la Escuela Superior de T¨¦cnicas Empresariales (ESTE), y el Centro Europeo para el Desarrollo de la Empresa (Euroforum), as¨ª como por la patronal guipuzcoana Adegui, fueron invitados directivos de la CEOE y representantes de1as centrales sindicales.Abri¨® la jornada el profesor O'Connell, perteneciente al Centro de Estudios Industriales de Ginebra, que expuso de forma sencilla y muy did¨¢ctica las estructuras de poder en la empresa (direcci¨®n, accionistas y grupos interesados: trabajadores, clientes, consumidores y acreedores, entre otros) y el cambio profundo que las mismas hab¨ªan experimentado en distintos pa¨ªses europeos y su situaci¨®n actual.
Detall¨® el poder de los trabajadores en las decisiones de la empresa en cada uno de los pa¨ªses de la CEE y en Suecia, as¨ª como los mecanismos (tipo de negociaci¨®n) e instituciones (consejo de direcci¨®n y consejo de trabajadores) en que se produce tal participaci¨®n. Termin¨® su exposici¨®n el se?or O'Connell afirmando que hab¨ªa tratado de ofrecer a los empresarios espa?oles una informaci¨®n amplia y detallada de las relaciones industriales, pero que tal vez en Espa?a, donde se part¨ªa de cero, se adoptase entre empresarios y trabajadores un modelo de relaciones del que tuvieran que aprender los pa¨ªses europeos.
En un tono m¨¢s profesional, y tras hacer historia de los antecedentes hist¨®ricos en las relaciones laborales, el profesor J. A. James, un norteamericano que ha dedicado quince a?os y veinti¨²n libros al estudio de esta problem¨¢tica, se detuvo en aspectos como la legislaci¨®n, el grado de afiliaci¨®n sindical, la politizaci¨®n de las centrales y los sistemas de negociaci¨®n colectiva en los diferentes pa¨ªses.
Reiteradamente se refiri¨® aque ?cada pa¨ªs tiene el sindicalismo que se merece? y aconsej¨® el modelo alem¨¢n de relaciones industriales para Espa?a. El secreto del milagro alem¨¢n -dijo- est¨¢ en que el trabajador y el empresario se dieron cuenta de que lo que ?es bueno para la empresa, es bueno para el pa¨ªs? y antepusieron estos intereses a las ideolog¨ªas partidistas. Los sindicatos, seg¨²n James, deben estar fuera de la empresa, y debe procurarse -en esto insisti¨® en varias ocasiones- que no sean marxistas. La codirecci¨®n y la cogesti¨®n, afirm¨®, son las mejores garant¨ªas para evitar la estatizaci¨®n marxista de la econom¨ªa.
Tras esta intervenci¨®n, los empresarios, divididos en siete grupos de trabajo, estudiaron la aplicaci¨®n de lo que se les hab¨ªa expuesto a la situaci¨®n concreta espa?ola. Aparte de manifestar los criterios expresados al comienzo de esta cr¨®nica hicieron hincapi¨¦ en la necesidad de una r¨¢pida regulaci¨®n de la acci¨®n sindical en la empresa, insistieron en las diferencias regionales y nacionales dentro del Estado espa?ol, se mostraron partidarios de los convenios a nivel regional o de sector y criticaron la actual indefinici¨®n del modelo socioecon¨®mico.
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