El Rayo se hundi¨® ante el Elche en la segunda parte
Una vez m¨¢s el Rayo volvi¨® a mostrar sus dos caras ante un Elche pele¨®n, que s¨®lo tras el descanso mereci¨® la victoria.En la primera mitad, los rayistas jugaron mucho y bien, supieron sujetar atr¨¢s con buenos marcajes y se vieron libres para lanzar r¨¢pidos contragolpes que llegaron peligrosamente a la porter¨ªa de Esteban. Alvarito y Gonz¨¢lez, una y otra vez propiciaron momentos de peligro.
Por aut¨¦ntica mala fortuna el Rayo no termin¨® esta primera-mitad con, por lo menos, un gol a su favor. Un cabezazo a bocajarro de Land¨¢buru, servido magistralmente tras una galopada de Alvarito, choc¨® con un pie de Esteban y se malogr¨® incre¨ªblemente. Rial no pudo empujar a la red un pase de la muerte de Gonz¨¢lez, y Nieto -al parecer, empujado -no pudo rematar un c¨®rner muy bien servido por Land¨¢buru.
El elche, que comenz¨® con mucha rapidez y codicia, tuvo que frenar un poco para medir la severidad del marcaje rayista. Sin embargo, supo encontrar m¨¢s tarde la buena colocaci¨®n en el campo e hilvanar algunas jugadas peligrosas.
Finarolli, con el nueve a la espalda, actu¨® como hombre punta y estuvo marcado por Tanco. Por los extremos jugaban Cristo y Sitj¨¢, bien sujetados por ?nero y Luna, mientras que por el centro el peligro lo tra¨ªan Trobbiani y Voglino, marcados por Ferm¨ªn y Nieto, respectivamente.
Fue precisamente por esta zona por donde se apunt¨® el mayor peligro ilicitano. Nieto, adelantado, segu¨ªa de cerca a Voglino y se ve¨ªa libre para apoyar el contragolpe madrile?o, dado que el ilicitano jugaba m¨¢s retrasado que Trobbiani y bajaba m¨¢s a apoyar a la zaga alicantina, desconcertada por la rapidez de los contragolpes.
Ferm¨ªn, sin embargo, tuvo que marcar a Trobbiani, y ¨¦ste se adelant¨® mucho. Aunque nunca lo marc¨® muy d cerca, se vio obligado Ferm¨ªn a jugar muy retrasado, y por tanto, impedido para ordenar el centro del campo.
Esta posici¨®n intercalada de los interiores alicantinos propici¨® el error rayista. Nieto es un hombre de gran calidad como marcador y m¨¢s apto que Ferm¨ªn para las labores defensivas. Lo l¨®gico hubiera sido cambiar las respectivas tareas de estos hombres, que habr¨ªan permitido una mayor libertad de acci¨®n a un hombre creador como es Ferm¨ªn, que sufri¨® lo suyo ante el f¨¢cil desmarque de Trobbiani.
Fue precisamente esto lo que, al parecer, quiso remediar H¨¦ctor N¨²?ez en la segunda mitad. Nieto marcar¨ªa a Trobbiani y Ferm¨ªn seguir¨ªa a Voglino. El gol ilicitano, el primero, vino precisamente en un momento de desconcierto de la zaga vallecana. Nieto y Ferm¨ªn no se hab¨ªan puesto muy de acuerdo en el cambio de marcajes.
Vino el primer gol y, autom¨¢ticamente, el Rayo se vino abajo. Los defensores comenzaron a notar el cansancio. Ferm¨ªn, que definitivamente segu¨ªa a Voglino, no pudo crear juego, y hasta los laterales rayistas; perfectos hasta entonces, comenzaron a flaquear. En la delantera, Alvarito hab¨ªa deca¨ªdo, y Rial no muy brillante hasta entonces, fue sustituido por Salazar. Gonz¨¢lez era el ¨²nico que continuaba batallando como s nada hubiera ocurrido.
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