Homenaje a Argenta y triunfo de Bernaola
Los d¨ªas 17 y 19 de enero de 1958 dirig¨ªa Ataulfo Argenta sus ¨²ltimos conciertos: dos versiones de El Mes¨ªas, de H?ndel. En la madrugada del 21 muri¨®, inesperadamente, en Los Molinos. Se cumplen, pues, veinte a?os de la p¨¦rdida del gran director espa?ol, tantas veces denominado en todos los idiomas ?grande de Espa?a?. La Orquesta Sinf¨®nica de la RTVE, del mismo modo que record¨® el d¨¦cimo aniversario, ha dedicado ahora su homenaje a Argenta, no s¨®lo ligado a la historia de la Orquesta Nacional, sino tambi¨¦n a la de Radio Nacional. Connotaciones especiales en el programa dedicado a Ataulfo: la interpretaci¨®n del Concerto grosso en re menor, de Vivaldi, y las Iberias, de Alb¨¦niz-Arb¨®s, dos p¨¢ginas favoritas de su repertorio, al sonar de las cuales evoc¨¢bamos su larga figura, tantas veces comentada por plumas extranjeras como la de un ?caballero del Greco? su gesto flexible del brazo y la mano izquierda, el vigoroso mando de la derecha y aquel aire alternativo de perfiles marineros de la Monta?a y cadencia desmayada de popular aristocracia. Desde ambos matices pod¨ªa ?amansar los truenos y los rayos en brisas de suspiros y desmayos?, como dice Gerardo Diego en su soneto Argenta, de 1953. Junto a los versos del poeta santanderino aparec¨ªa en el programa de mano la excelente ?foto? de Carlos Saura, en cuyo af¨¢n de movilidad pod¨ªa adivinarse el futuro gran director de cine.Entre las dos citadas obras, escuchamos el Concierto para piano, de Dvorak, y la Sinfon¨ªa en do, de Carmelo Bernaola. Coincidente con la aparici¨®n del infrecuente concierto del m¨²sico bohemio, se ha publicado en Espa?a por la EMI la versi¨®n de Sviatoslav Richter, con la Orquesta de la Ciudad de Munich, dirigida por Carlos Kleiber. Impresionante interpretaci¨®n y registro que viene a llenar un hueco discogr¨¢fico, pues me parece que en nuestro cat¨¢logo no exist¨ªa m¨¢s que el registro de MoIzer y Pitamic (Zafiro). En el mercado internacional se hab¨ªa popularizado la versi¨®n de Justus Frantz, pianista que actu¨® en esta ocasi¨®n con la RTVE. Artista de buen criterio, t¨¦cnica y sonoridad considerables, logr¨®, con la colaboraci¨®n de la orquesta y su director, Garc¨ªa Asensio, una traducci¨®n brillante y expresiva.
La "Sinfon¨ªa", de Bernaola
La reposici¨®n de esta obra, estrenada por la ONE en 1974, ten¨ªa el inter¨¦s de las confirmaciones. Si entonces nos pareci¨® una de las m¨¢s bellas obras de la actual m¨²sica espa?ola, hoy estamos seguros de tal impresi¨®n. Bernaola, compositor preparado si los hay, ha Regado a soluciones que no deben denominarse ecl¨¦cticas, sino sint¨¦ticas o, mejor, asimilativas, porque despu¨¦s de largas experiencias de cuanto la hora presente demanda de la t¨¦cnica y la est¨¦tica musicales, el compositor vasco ha alcanzado la expresi¨®n de su propia personalidad, libre de compromisos 31 ataduras. Hace m¨²sica no ?para ¨¦l?, sino ?para los dem¨¢s?, y logra no s¨®lo la atenci¨®n, sino el entusiasmo del gran auditorio. Todo ello sin concesiones ni apriorismos popularistas, S¨®lo a base de depurar su estilo, de no ceder a ?f¨®rmulas? y ?t¨®picos? colocados aqu¨ª o all¨¢ sin mayor justificaci¨®n. En la Sinfon¨ªa, de Bernaola, no hay comp¨¢s vano ni gesto in¨²til. S¨ª, en cambio, una larga teor¨ªa de bellezas sonoras bien estructuradas sobre el reflejo de equilibrios antiguos que el m¨²sico conoce bien y que sirven de soporte a ideas y lenguaje de ahora. Un ahora no provisional, no de ?primera audici¨®n?, sino con carga perdurable. Desde un dominio excepcional de la escritura, Bernaola dice, exactamente, lo que quiere decir, con una calidad de p¨¢gina admirable y una visi¨®n total que responde a muy pensadas planificaciones. Este recuperar la belleza, este no olvidar que, por lo pronto, la m¨²sica se escribe para ser escuchada, viene a ser decisi¨®n importante de Bernaola. Queda entonces lo estructural donde debe quedar, en el mismo lugar que el esquema allegro de sonata en Mozart o Beethoven. Y en cuanto a la instrumentaci¨®n, parece escuchar la idea strawinskiana cuando desconfiaba de las partituras en las que se nota la buena mano orquestal. Se trata, m¨¢s bien, de un pensamiento sinf¨®nico, de un idear los pentagramas con un determinado timbre, con una no intercambiable disposici¨®n. Actitud extensiva a los dem¨¢s factores: din¨¢micos, r¨ªtmicos, arm¨®nicos. Todo suena tan coherente, tan nacido as¨ª, que el p¨²blico no se pierde en una obra de dimensiones importantes y, por principio, atem¨¢tica. Sin duda alguna la Sinfon¨ªa es una de las mejores composiciones del gran Carmelo Bernaola y, por serlo, lo es tambi¨¦n de la m¨²sica espa?ola de nuestro tiempo. Es m¨¢s: en una antolog¨ªa de la m¨²sica universal contempor¨¢nea, realizada a conciencia y sin otro af¨¢n que el de seleccionar lo mejor, creo que no podr¨ªa faltar la Sinfon¨ªa en do. Enrique Garc¨ªa Asensio sirvi¨® el dif¨ªcil programa con su peculiar claridad de batuta, su caracter¨ªstica entrega y una especial dosis de brillantez. Escuch¨®, en uni¨®n de los profesores de la RTVE, largas ovaciones como las recogi¨® Bernaola en las repetidas salidas a escena despu¨¦s de la interpretaci¨®n de su obra.
Babelia
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