Dos machos y una hembra
FERNANDO TRUEBAEn el principio no hubo un Ad¨¢n, sino dos. Y como en todo el firmamento no hab¨ªa un dios que viniese a sacar hembras de sus costillas, tuvieron que ir ellos mismos a buscarlas. Fue as¨ª que se toparon con la hija del alcalde y jefe de polic¨ªa de la aldea m¨¢s pr¨®xima...As¨ª, m¨¢s o menos, es como arranca Los machos, segunda pel¨ªcula estrenada en Espa?a de Gilles Carle, uno de los cineastas m¨¢s interesantes del cine canadiense. Menos perfecta y elaborada que La verdadera naturaleza de Bernadette, Los machos es sim embargo, m¨¢s fresca, m¨¢s vital y m¨¢s directa.
Novelista, autor teatral, poeta, editor, pintor, publicista, cr¨ªtico de cine, literatura y televisi¨®n, realizador de televisi¨®n, autor de varios centenares de cortometrajes y de una decena de largometrajes, Gilles Carle es una de las m¨¢s polifac¨¦ticas y prol¨ªficas personalidades de la cultura en Canad¨¢. Hombre obsesionado por la mujer, ¨¦sta ocupa un destacado lugar en su personal universo. Fascinado por las grandes Santas de la historia: la Virgen Mar¨ªa, Juana de Arco, Isabel de Castilla, Bernadette Soubirous, Santa Teresa de Avila o Genoveva de Brabante est¨¢n a menudo presentes en sus sue?os er¨®ticos y en sus fantas¨ªas conscientes, seg¨²n ¨¦l mismo ha declarado repetidas veces, y sus filmes se hallan plagados de referencias a estas hembras legendarias. Todo esto viene a iluminar un poco la vigorosa y extravagante personalidad de Carle, un hombre alucinado y visionario, que filma su fantas¨ªa, sus delirios, sus milagros y sus ficciones con una depurada y transparente t¨¦cnica heredada de los m¨¢s brillantes documentalistas de la tradici¨®n del cine directo de Quebec: Brault, Perrault, etc¨¦tera. Su obra es el encuentro de muchas y bien asimiladas influencias que van desde el periodismo filmado hasta las Sagradas Escrituras, de Bu?uel a Julio Verne, de Andersen a Andr¨¦ Breton, de Fourier a Jack London.
Les m?les
Gui¨®n y direcci¨®n: Gilles Carle.Fotograf¨ªa: Ren¨¦ Venier. M¨²sica: St¨¦phane Venne. Int¨¦rpreles: Ren¨¦ Blouin, Donald Pilon, Andr¨¦e Pelletier y Katerine Mousseau. Canadiense, 1970. Local de estreno: Peque?o Cinestudio.
Estos dos machos llevan m¨¢s de quinientos d¨ªas sin ver mujer: uno sue?a despierto con ellas y el otro esculpe fren¨¦ticamente cuerpos femeninos, convirtiendo los ¨¢rboles en totems. La mujer aparecer¨¢ en su vida en la forma de Catherine Sauvage, quien recuerda nada vagamente a esa otra santa canadiense que fue Catherine Tekakwitha, y que ser¨¢ para ellos, a la vez, ni?a y mujer, madre e hija, virgen concubina. Pero el tri¨¢ngulo acabar¨¢ estallando cuando los dos machos se muestren incapaces de compartir su hembra y de superar su tradicional y ancestral ego¨ªsmo. Los machos pagar¨¢n su pecado: ser¨¢n condenados a buscar a Catherine Sauvage por toda la eternidad, para ellos el amor ya s¨®lo ser¨¢ el recuerdo de algo que no supieron conservar.
Los machos ilustra a la perfecci¨®n el estilo y el universo de Gilles Carle en cuanto que muestra de forma abierta la m¨¢s importante de sus caracter¨ªsticas: su habilidad para fundir en un plano ¨²nico dos niveles: el inmediato, en el que todas las cosas son lo que representan, y otro, habitualmente m¨¢s subterr¨¢neo y menos evidente, que es el nivel mitol¨®gico y legendario, en el cual el ilimitado n¨²mero de las historias se reduce a un n¨²mero finito, a una docena de temas eternos.
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