Campa?a para propiciar la restauraci¨®n de pazos en Galicia
Solamente en cuatro comarcas pontevedresas hay inventariados ochenta pazos; en Galicia se estima que pasan de doscientos. Ahora se pretende conseguir que la restauraci¨®n de estas viejas construcciones, muchas de ellas del siglo XVII, goce de los mismos beneficios fiscales que cualquier vivienda de protecci¨®n oficial.
?Hoy, conseguir un pazo, hacerlo habitable -ha comentado a EL PAIS Juan M. L¨®pez-Chaves, presidente de la Asociaci¨®n de Amigos de los Pazos, de ¨¢mbito regional-, es una carga para el propietario. Y no debe ser as¨ª; no es admisible que un patrimonio com¨²n, una gran riqueza cultural de la que todos nos beneficiamos, tenga que suponer gastos excepcionales para los propietarios, que muchas veces son lugare?os humildes, agricultores. ?Esta asociaci¨®n de amigos de las nobles construcciones gallegas ha iniciado una campa?a, en uni¨®n de otras muchas asociaciones coordinadas por Hispania Nostra, para conseguir beneficios fiscales; en el caso concreto de los pazos consideran inadmisible que se siga gravando con la contribuci¨®n urbana algunas de estas construcciones pr¨®ximas a ciudades y considerando solares a efectos impositivos el entorno de los pazos, que, en muchas ocasiones, sirve de asiento a interesantes experiencias agr¨ªcolas o, cuando menos, es una importante reserva de zonas Verdes.
Solamente dos pazos, el municipal de Castrelos, en Vigo, y el de Mari?¨¢n, de la Diputaci¨®n de La Coru?a han sido restaurados con cargo a fondos p¨²blicos. Todos los dem¨¢s pazos importantes que se conservan han exigido el esfuerzo de sus propietarios. En este sentido se advierte un creciente inter¨¦s por hacer habitables estas construcciones que en Galicia se definen con pocas palabras: ?Palomar, capilla y cipr¨¦s, pazo es?, dice el refr¨¢n, aunque en algunas zonas a?aden h¨®rreo. Curiosamente, sin embargo, en la mayor parte de los pazos no existen cipreses, sino camelias e incluso ¨¢rboles ornamentales de otras latitudes que se han adaptado perfectamente gracias al clima.
?En la provincia de Pontevedra -explica el se?or L¨®pez Chaves- hay en este momento siete u ocho pazos en explotaci¨®n agr¨ªcola. Se dedican fundamentalmente a la hortofruticultura, aunque hay experiencias ganaderas y arb¨®reas. Creo que esa es la vocaci¨®n del pazo: la agricultura, que es la teor¨ªa que sostuvo siempre Otero Pedrayo frente a otros que se?alaban su condici¨®n de r¨¦plica de los palacios compostelanos. ?
Ahora, la Asociaci¨®n de Amigos de los Pazos, adem¨¢s de las gestiones ante la Administraci¨®n para conseguir ese tratamiento especial en el contexto de un replanteamiento de la conservaci¨®n de nuestro patrimonio art¨ªstico, pretende que se celebre un simposio en el que los propietarios de pazos intercambien informaci¨®n sobre las experiencias agr¨ªcolas llevadas a cabo en estas casonas que, en opini¨®n de los especialistas, supusieron en Galicia la consolidaci¨®n de la vida civil.
Por otra parte, la asociaci¨®n viene haciendo una importante labor de inventario de pazos y torres; se han publicado ya cuatro vol¨²menes de otras tantas comarcas y, en este momento, se prepara la edici¨®n del quinto, dedicado al Salnes y Arosa, donde se encuentran los pazos de figuras se?eras de las letras gallegas, como Ram¨®n Mar¨ªa del Valle Inci¨¢n y Julio Camba.
?Tenemos gran confianza en que el inventario de Galicia que realiza el Ministerio de Cultura sea un espl¨¦ndido instrumento de trabajo -manifiesta el se?or L¨®pez Chaves- para encontrar f¨®rmulas que favorezcan la conservaci¨®n de los pazos, cuyo mantenimiento ha despertado un gran inter¨¦s en los ¨²ltimos a?os, especialmente en las zonas costeras.?
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