La industria de fertilizantes, en trance de colapso por falta de demanda y rentabilidad
El sector de fertilizantes est¨¢ atravesando una aguda crisis que de continuar durante mucho tiempo puede traer graves consecuencias para alguna empresa, ya que la mala marcha econ¨®mica de las sociedades que componen el sector de producci¨®n afectar¨¢ m¨¢s sensiblemente a aquellas que, por su estructura productiva o su menor diversificaci¨®n, son m¨¢s sensibles a una crisis que, seg¨²n los fabricantes, tiene un ¨²nico culpable: el Gobierno.
La situaci¨®n a la que se ha llegado, de acuerdo con los datos manejados por los productores, est¨¢ motivada por la pol¨ªtica gubernamental de mantener unos precios ficticios que han sido ampliamente superados por el mercado y han dejado de ser rentables para convertirse en ruinosos y poner al borde de la quiebra a alguna que otra potente empresa.La pol¨ªtica del Gobierno, mediatizado por la incidencia que el precio de los fertilizantes tiene en la producci¨®n final agraria, ha sido la de autorizar precios muy inferiores a los solicitados por los fabricantes. Esta actuaci¨®n, que en sus comienzos no estaba exenta de motivos razonables -buena prueba de ello es que las empresas del sector han obtenido importantes beneficios hasta 1976-, se convierte en la actualidad, de acuerdo con el an¨¢lisis de costos del sector, en un importante peligro para la supervivencia de esta industria, no s¨®lo plasmado por un vertiginoso descenso de los beneficios, sino tambi¨¦n por un incremento del endeudamiento y un progresivo debilitamiento de los principales ¨ªndices financieros.
Si se compara la evoluci¨®n experimentada por los principales componentes del coste y los precios de venta de los principales productos, nos encontramos que la mano de obra a finales del pasado a?o, y tomando como base 1976, se multiplic¨® por 2,15; la electricidad, por 3,9; las naftas, por 2,36; el f¨®sfato, por 2,82; el cloruro potasa, por 2,33, y la pirita, por 1,94.
Si proyectamos este mismo c¨¢lculo sobre el precio de venta de los productos finales se comprueba que el superfosfato ha pasado de costar, cien en 1973 a costar 102 en 1977; el nitrato am¨®nico c¨¢lcico, 148, y los, abonos complejos una media de 190. Todo ello demuestra la sensible, diferencia entre los distintos crecimientos experimentados por los costes y los precios de venta, diferencia que, aunque en un principio era soportable, en la actualidad se est¨¢ haciendo insostenible para algunas empresas.
Tanto durante 1976 como a lo largo de 1977 los incrementos de precios solicitados por las empresas, planteados en tres ocasiones, tuvieron como respuesta de la Administraci¨®n su aprobaci¨®n con sensible retraso y recortados hasta extremos insospechados.
No s¨®lo la congelaci¨®n de precios por parte de la Administraci¨®n ha motivado la crisis del sector de fertilizantes, sino que a esto hay que unir un importante receso del consumo. Los estudios realizados indican que la tasa de crecimiento de los f¨®sfatos durante el per¨ªodo 1973-76 ha sido muy inferior a la de 1965-72. En efecto, durante 1973-76 la tasa de crecimiento del consumo para las distintas familias de fertilizantes fue la siguiente: nitrogenados, 0,72; f¨®sfatados, -2,44; pot¨¢sicos, -2,26, y complejos, - 1,42. Si se comparan estos aumentos porcentuales con los obtenidos en el per¨ªodo 1965-72 (7,96, 5,14, 13,49 y 27,47, respectivamente), se comprobar¨¢ que los incrementos de consumo no juegan a favor de las empresas industriales que no pueden absorber costos a trav¨¦s de un importante incremento productivo.
La consecuencia de este retraimiento de la demanda hay que buscarla en la poca rentabilidad de la producci¨®n agraria, la inestabilidad, de los precios agr¨ªcolas, la meteorolog¨ªa adversa y la situaci¨®n econ¨®mica general por la que atraviesa Espa?a.
Si penosas resultan las tasas de incremento de consumo de fertilizantes durante los ¨²ltimos cuatro a?os, m¨¢s penosas resultan las cifras de consumo comparadas con las de otros pa¨ªses europeos.
Del an¨¢lisis del cuadro se deduce que el promedio nacional del consumo de fertilizantes por hect¨¢rea cultivable se mantiene, a pesar de los aumentos experimentados en el per¨ªodo 1965-72, en niveles bajos, estando todav¨ªa muy lejos de la media de los pa¨ªses del Mercado Com¨²n, e incluso de los consumos en los pa¨ªses con topograf¨ªa y pluviometr¨ªa m¨¢s similares a Espa?a.
Este bajo promedio es consecuencia de la poca fertilizaci¨®n de las regiones Centro, Extremadura y Andaluc¨ªa occidental, cuyos consumos por hect¨¢rea est¨¢n muy por debajo de la media nacional.
L¨®gicamente, esta baja tasa de consumo de fertilizantes repercute de forma importante en los rendimientos medios de nuestros cultivos.
Desde el punto de vista del uso de fertilizantes, hay que subrayar el hecho de que la mayor importancia en nuestro pa¨ªs la tiene el cultivo de los cereales, seguidos a larga distancia de los cultivos industriales, los c¨ªtricos y los frutales. M¨¢s del 50% de la superficie cultivada est¨¢ destinada a los cereales. Sin embargo, los rendimientos medios que se vienen obteniendo en la CEE, incluso Grecia son superiores.
Resulta evidente que la futura incorporaci¨®n de Espa?a a la Comunidad obligar¨¢ a un replanteamiento de este sector de la agricultura, seleccionando las zonas de mayores rendimientos y la utilizaci¨®n de mayores dosis de fertilizantes para que estas producciones sean competitivas con las de los dem¨¢s pa¨ªses.
Las empresas del sector
En los ¨²ltimos a?os, lejos de incrementarse, el n¨²mero de industrias productoras de fertilizantes se ha reducido como consecuencia de las compras y fusiones realizadas en este sector, tendentes a aumentar la productividad mediante la racionalizaci¨®n de sus actividades.A pesar de ello, no se ha conseguido mejorar la estructura, como consecuencia de la persistencia de un exceso de capacidad de producci¨®n motivado por los argumentos antes manejados.
La participaci¨®n de las empresas en el mercado de fertilizantes se distribuye, por familia de productos, seg¨²n el cuadro adjunto.
Los precios en el exterior
Aunque la realidad de la industria espa?ola indica que la pol¨ªtica de precios seguida por la Administraci¨®n est¨¢ hundiendo a las empresas del sector, no es menos cierto que sus estructuras consiguen hacer un producto no competitivo si comparamos los precios en Espa?a con los de otros mercados. As¨ª, cuando las empresas de fertilizantes mantuvieron durante unas semanas desabastecido el mercado nacional en un intento de forzar a la Administraci¨®n a elevar los precios vigentes, los almacenistas y distribuidores de estos productos solicitaron de la Administraci¨®n que abriese las fronteras para importar tantas toneladas como fuesen necesarias, aduciendo que incluso a trav¨¦s de las compras procedentes del exterior las inversiones en compras de fertilizantes resultaban para el consumidor nacional mucho menos gravosas que si se realizan en el mercado interior.Una actuaci¨®n a fondo en este sector por parte de los organismos competentes se hace absolutamente necesaria, seg¨²n los expertos, ya que de otra forma las distorsiones podr¨¢n continuar indefinidamente. Sin embargo, lo que no parece coherente es que la soluci¨®n de la crisis se produzca v¨ªa precios, ya que un incremento sustancial de ¨¦stos repercutir¨ªa en los precios de los productos agr¨ªcolas, lo que obligar¨ªa a subvencionar, a¨²n m¨¢s, los fertilizantes y abonos a los agricultores.
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