Un futuro para la industria textil
La industria textil constituye un sector de la econom¨ªa que reporta al pa¨ªs una producci¨®n cuyo valor se acerca al bill¨®n de pesetas y da trabajo a m¨¢s de 300.000 personas. Esta industria, con toda su potencia, pionera de la industrializaci¨®n del pa¨ªs y que a¨²n hoy genera casi un 10% de la renta nacional, est¨¢ metida en una dif¨ªcil singladura. No es ello ninguna novedad. La misma Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) -le¨ªamos hace unos d¨ªas- anunciaba que la industria textil europea se ver¨ªa forzada a prescindir de un 30% de sus efectivos en el curso de los pr¨®ximos siete a?os. Probablemente no ser¨¢ tanto, pero como perspectiva hay que calificarla de verdaderamente sombr¨ªa.?Cu¨¢les son las causas, cabe preguntarse, de esta problem¨¢tica textil? De hecho empez¨® hace tiempo. Ya a final de los a?os cincuenta Inglaterra llev¨® a cabo su conocido plan de manchesterizaci¨®n de la industria algodonera, para ajustarla a las nuevas condiciones marcadas por la p¨¦rdida de su imperio colonial.
Presidente del Gremio de Fabricantes de Textiles de Sabadell
Gui¨®n: Jos¨¦ S¨¦samo y Jos¨¦ Mar¨ªa Guti¨¦rrez. Direcci¨®n: Jos¨¦ Mar¨ªa Guti¨¦rrez. Fotograf¨ªa: Magi Torroella. Int¨¦rpretes: H¨¦ctor Alterio, Fernando Fern¨¢n G¨®mez, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, Gabriel Llopart, Luis Ziges, Quique San Francisco.Dram¨¢tico. Espa?a, 1978. Local de estreno: Gran V¨ªa.
Durante la d¨¦cada de los sesenta contin¨²a este proceso de adecuaci¨®n de la industria -la europea en este caso-, que de abastecedora de todo el mundo, tiene que reducir sus horizontes a los nuevos l¨ªmites del mercado. Tambi¨¦n aqu¨ª lleva la batuta Gran Breta?a, con su plan de modernizaci¨®n de la industria lanera, de 1972.
Pero a¨²n no ha terminado esta etapa y la industria textil europea se ve obligada a enfrentarse a un nuevo problema: el de la importaci¨®n masiva de los art¨ªculos confeccionados de los pa¨ªses de Extremo Oriente, que afecta a toda ella, al incidir, de un modo grave, en los estadios finales de la misma: la confecci¨®n y el g¨¦nero de punto.
El reto de las industrias de los pa¨ªses en desarrollo y la presi¨®n alcista de los salarios ha determinado una aceleraci¨®n en el proceso de incorporaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas, que est¨¢n convirtiendo la industria textil en una industria de capital, facilitando el abaratamiento de sus productos y la posibilidad de dar mayor nivel de vida a los que en ella trabajan, lo que, sin embargo, y desgraciadamente, es un factor no desde?able de creaci¨®n de desempleo, ya que no es ninguna novedad que toda elevaci¨®n salarial engendra paro.
Dentro de la industria textil y al lado de esta tendencia a la redistribuci¨®n de la actividad econ¨®mica mundial, la industria lanera tiene sus problemas espec¨ªficos. Respetada durante a?os en mayor medida que los dem¨¢s sectores textiles, debido al superior grado de creatividad y especializaci¨®n incorporada a sus productos, se ha visto ¨²ltimamente afectada por un grave desv¨ªo de la moda. La informalidad en el vestir, interpretada como desali?o en nuestro pa¨ªs, cuyo final se vislumbra, de un modo particular m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras, ha representado un fuerte impacto negativo para la industria lanera.
Constituye ¨¦ste un frente inesperado, pero l¨®gico. Mientras la industria textil tradicional est¨¢, como dec¨ªamos, en camino de convertirse en industria de capital, las industrias de los procesos subsiguientes -confecci¨®n y g¨¦nero de punto- no pueden prescindir de la mano de obra con igual facilidad y sufren mucho m¨¢s las desventajas comparativas de otros pa¨ªses como Taiwan, Corea del Sur y Hong-Kong, con salarios diez veces inferiores.
Las cosas cambian y hay que adaptarse a ese cambio. No obstante, una aceleraci¨®n excesiva del ritmo de transformaci¨®n puede provocar traumatismos sociales evidentemente nocivos. Esto debe llevarnos a analizar los actuales planteamientos y las posibles soluciones que est¨¦n a nuestro alcance.
Los pa¨ªses desarrollados protegen a su industria textil
Alquien ha pretendido que la industria textil estaba abocada al Tercer Mundo. Pero esto puede ser verdad, no s¨®lo para la industria textil. Si contin¨²a la dictadu ra de los sindicatos en los pa¨ªses del Oeste de Europa, sindicatos que se desentienden de problem¨¢ticas globales y a los que s¨®lo interesan metas concretas para demostrar a sus afiliados su eficiencia, despreocup¨¢ndose de las repercusiones finales, en las empresas y en el nivel de empleo, de sus reivindicaciones, muchas ramas industriales se ver¨¢n desplazadas de nuestro continente ante la imposibilidad de resistir la competencia de las creadas en los pa¨ªses subdesarrollados, independientemente a que esta perspectiva no entusiasme a los empresarios de aquellas que ser¨¢n las primeras v¨ªctimas.
Medidas en el mundo
Tampoco esta amenaza deja indiferentes a los Gobiernos. En el caso del textil, la reacci¨®n no se ha hecho esperar. En efecto, pese a todos los adelantos tecnol¨®gicos, la industria textil es a¨²n una de las que mayor mano de obra emplea, lo que explica su nivel de salario inferior. En una ¨¦poca de prosperidad generalizada, la tentaci¨®n de abandonarla a su destino podr¨ªa haber sido fuerte, puesto que el desempleo generado se hab¨ªa reabsorbido en empleos de mayores ingresos. Hoy d¨ªa, la situaci¨®n es distinta. El n¨²mero de parados aumenta gradualmente y el precio artificialmente mantenido de la mano de obra induce a las empresas a racionalizar al m¨¢ximo sus procesos productivos. En tales circunstancias, todo cuanto pueda afectar a la industria textil encuentra una acusada sensibilidad en los pa¨ªses desarrollados, especialmente en lo que se refiere al sector lanero, puesto que la ca¨ªda de sus industrias textiles aumentar¨ªa enormemente el pavoroso problema del paro, sin posibilidad de reconversi¨®n.
Estados Unidos, por ejemplo, en el curso de la ronda Tokio (conversaciones para la rebaja de los aranceles dentro del GATT) ha respondido a las propuestas de una disminuci¨®n en un 60% en el caso de los tejidos de lana, ofreciendo una rebaja irrisoria, que har¨ªa pasar el actual nivel del 44,4% al 41,8%. Norteam¨¦rica tambi¨¦n ha sido la instigadora del Acuerdos Multifibras, cuyas normas han permitido, durante los ¨²ltimos a?os, montar una red de tratados bilaterales con los pa¨ªses de bajo nivel de salarios que protegen a su industria textil de las importaciones anormales.
A su vez, la Comunidad Econ¨®mica Europea puso, hace algunos meses, como condici¨®n a la firma de la pr¨®rroga del citado Acuerdo Multifibras, la negociaci¨®n previa de una serie de tratados bilaterales an¨¢logos a los establecidos por Estados Unidos, adoptando medidas unilaterales de contingentaci¨®n a los pa¨ªses que, como Espa?a, se han negado a tal firma.
Nuestro pa¨ªs debe sacar una provechosa lecci¨®n de estos ejemplos. Nuestra capacidad de creaci¨®n y gusto, propia de los pa¨ªses mediterr¨¢neos, nos da una posici¨®n privilegiada que no debemos desperdiciar, especialmente en lo que hace referencia a la industria lanera, cuyas ventajas diferenciales est¨¢n elocuentemente expresadas en el hecho de que en los ¨²ltimos diez a?os, nuestras ventas al exterior se han multiplicado por cien, pasando de alrededor de un mill¨®n a m¨¢s de cien millones de d¨®lares, con lo que el conjunto del textil alcanza una cifra que sobrepasa los 50.000 millones de pesetas.
Pero para potenciar este proceso es menester adaptarse a las necesidades y caracter¨ªsticas de la industria. En Primer lugar nos encontramos con la tendencia a introducir una cada vez m¨¢s moderna tecnolog¨ªa con disminuci¨®n inevitable del censo laboral. Para encauzar esta tendencia, se han puesto en vigor los planes de reestructuraci¨®n de los distintos sectores textiles, a los que contribuye la industria en mucha mayor medida que lo hace, por ejemplo, la inglesa en el suyo propio.
Viene a continuaci¨®n su car¨¢cter de industria de moda y de temporada que le obliga a estructurarse en peque?as unidades pr¨®ximas geogr¨¢ficamente y trabajando en simbiosis para incrementar su agilidad y su adecuaci¨®n a las exigencias del mercado. En este apartado tiene que abr¨ªrsele la posibilidad de entrar en hibernaci¨®n a trav¨¦s de un sistema autom¨¢tico de reducci¨®n de jornada, como existe en los dem¨¢s pa¨ªses europeos, vista la imposibilidad de stockage a causa de la moda.
Los mercados exteriores
El tema de los mercados exteriores ocupa tambi¨¦n lugar destacado, debiendo comprometerse la Administraci¨®n a no poner dificultades adicionales, como ha sucedido en m¨¢s de una ocasi¨®n, y a mantener el esquema exportador suficientemente ¨¢gil y fluido al tiempo que se vigilan severamente las importaciones anormales.
Y, finalmente, la promoci¨®n de la moda y del estilismo textil con ayuda adecuada a la C¨¢mara de la Moda, al Instituto de Investigaci¨®n Textil y a la Escuela de Dise?o Textil, creaci¨®n, especialmente esta ¨²ltima, originalmente espa?ola, que goza de gran prestigio m¨¢s all¨¢ de las fronteras de nuestro pa¨ªs.
Estas grandes l¨ªneas de actuaci¨®n ser¨ªan probablemente suficientes para permitir la actual recesi¨®n y asegurara la industria textil un futuro que est¨¢ en el inter¨¦s de todos garantizar, pues representa una parte no desde?able del bienestar colectivo.
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