Soluciones contrapuestas para frenar el aumento de la reserva de divisas
La revaluaci¨®n de la peseta es una medida que en las ¨²ltimas semanas est¨¢ siendo reclamada por algunos sectores econ¨®micos del pa¨ªs como arma necesaria para reducir el excesivo super¨¢vit de la balanza de pagos, que est¨¢ creando situaciones conflictiva. El en el interior del pa¨ªs sobre todo por su impacto sobre los precios.Medios de la Administraci¨®n rechazan con energ¨ªa esta medida, porque estiman que una revaluaci¨®n de la peseta frenar¨ªa el fuerte crecimiento de las exportaciones, que est¨¢n contribuyendo en estos momentos a mantener unos elevados niveles de actividad en algunos sectores industrial, es del pa¨ªs, gracias a los cuales el desempleo no alcanza cotas m¨¢s graves que las actuales.
Demasiados monetaristas
La pol¨¦mica sobre la revaluaci¨®n de la peseta est¨¢ alcanzando niveles de cierta tensi¨®n dentro de la Administraci¨®n, aunque sus protagonistas se resisten a salir a la luz p¨²blica para mostrar sus tesis. Pero el trasfondo de esta pol¨¦mica revela teor¨ªas econ¨®micas muy dispares, que est¨¢n lejos de ofrecer un grado aceptable de coherencia entre los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica general y los responsables de intereses sectoriales.El grupo con mayor fuerza en estos momentos parece ser el que se opone tajantemente a la revaluaci¨®n o, si se quiere, a una flotaci¨®n controlada de nuestra moneda en sentido alcista. Las ¨²ltimas semanas han sido testigos de una moderada revalorizaci¨®n de la divisa espa?ola, cuyo ¨ªndice ponderado respecto al conjunto de monedas exteriores ha subido del orden del 2%. Desde el 12 de julio pasado, cuando se adopt¨® la medida de devaluar la peseta en un 20%, la revalorizaci¨®n del ¨ªndice ponderado ha sido del orden del 6% y el efecto acumulado de la inflaci¨®n espa?ola ha proporcionado un 8% m¨¢s aproximadamente, con lo que el pa¨ªs se ha comido ya, por uno u otro motivo, alrededor de catorce puntos de los veinte en que se rebaj¨® el valor de nuestra moneda en relaci¨®n con las dem¨¢s.
En algunos medios de la Administraci¨®n se han formulado duras cr¨ªticas a la pol¨ªtica econ¨®mica general, a la que tachan de excesivamente monetarista. Se est¨¢ actuando -dicen- con instrumentos exclusivamente monetaristas, con resultados monetarios que recuerdan la pol¨ªtica salazarista practicada en Portugal hace a?os. La revaluaci¨®n de la peseta tendr¨ªa efectos negativos sobre la situaci¨®n econ¨®mica y, no estimular¨ªa la inversi¨®n, por lo que los efectos a medio y largo plazo para la econom¨ªa espa?ola ser¨ªan nefastos.
Una de las razones que motivar¨ªan los fuertes super¨¢vit de la balanza de pagos del pa¨ªs ser¨ªa el permanente recurso de numerosas empresas a la financiaci¨®n exterior, que en casi su totalidad es a largo plazo. En los tres ¨²ltimos a?os, esta v¨ªa de financiaci¨®n ha sido bastante habitual debido a la escasez de cr¨¦dito privado en el interior y sobre todo a la escasez de finaciaci¨®n a largo. Algunos medios estiman que si se consigue fomentar un mercado de dinero a largo plazo, los saldos positivos de la balanza de pagos se ver¨ªan autom¨¢ticamente reducidos, evitando as¨ª el fuerte crecimiento de la reserva de divisas, que superan ya ampliamente los 7.100 millones de d¨®lares y, est¨¢n fomentando un aumento de la masa monetaria y, como consecuencia, de las tensiones inflacionistas.
Las mismas fuentes lamentan que las medidas de reforma del sistema financiero adoptadas en el Programa de Saneamiento y Reforma Econ¨®mica hayan agudizado esta situaci¨®n de forma que califican como bastante grave. C¨¢lculos aproximados cifran alrededor de 300.000 millones de pesetas el volumen de financiaci¨®n que se habr¨ªa detra¨ªdo del sistema financiero espa?ol con caracter¨ªsticas claras de largo plazo entre julio del a?o pasado y diciembre de este a?o por reducci¨®n de coeficientes de inversi¨®n de bancos y cajas. Al no existir tal volumen de financiaci¨®n a largo plazo, la necesidad de las empresas para financiarse por este sistema ha debido dirigirse a los mercados exteriores, provocando de esta forma un volumen muy notable de financiaci¨®n externa que coloca en permanente super¨¢vit la balanza de pagos del pa¨ªs. La mejor¨ªa evidente de la balanza comercial constituye un remate todav¨ªa m¨¢s inesperado. de forma que lo que algunos medios oficiales presentan como un notable ¨¦xito de la pol¨ªtica econ¨®mica no es en realidad m¨¢s que una imprevisi¨®n, fruto de una pol¨ªtica econ¨®mica en la que no se han medido suficiente mente los riesgos de ciertas reformas, juzgadas por algunos como apresuradas.
Todav¨ªa m¨¢s grave es el hecho de que ha sido precisamente el sector p¨²blico el m¨¢s activo en la financiaci¨®n exterior de sus actividades. Tanto las empresas con participaci¨®n estatal como algunos organismos del Estado han venido echando a¨²n m¨¢s le?a al fuego de la balanza de pagos, trayendo sumas muy importantes de dinero de los mercados internacionales. La ¨²ltima operaci¨®n del Instituto de Cr¨¦dito Oficial, por valor de 150 millones de d¨®lares, es una muestra de las contradicciones que existen en la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola. Medios pr¨®ximos a los responsables de este tipo de operaciones han se?alado, no obstante, que tales cr¨¦ditos internacionales estaban previstos desde hace tiempo y que resulta dif¨ªcil pararlos de forma radical.
Para colmo de contradicciones, nuestro pa¨ªs, con un protagonismo especial del sector p¨²blico, est¨¢ obteniendo fondos muy cuantiosos en los mercados internacionales a tipos de inter¨¦s elevados, que luego vuelven a la banca internacional como colocaciones a corto plazo del Banco de Espa?a, con tipos de inter¨¦s del orden del 3%. La diferencia entre los tipos de inter¨¦s, que se pagan y que se perciben constituye una buena dosis de rentabilidad que nuestro pa¨ªs est¨¢ proporcionando a la banca internacional. Con fondos cuya utilidad es, por otra parte, muy discutible y que, en todo caso, vienen a exacerbar las tensiones inflacionistas latentes en nuestra econom¨ªa.
Estimular a la banca
Algunos expertos han comentado a EL PAIS que esta serie de paradojas en nuestra pol¨ªtica econ¨®mica, cuyo coste no se puede calificar precisamente de moderado, podr¨ªa evitarse fomentando la creaci¨®n de un aut¨¦ntico mercado de dinero a largo plazo en nuestro pa¨ªs y frenando dr¨¢sticamente la financiaci¨®n exterior, lo que reducir¨ªa de forma considerable el super¨¢vit d¨¦ la balanza de pagos del pa¨ªs.La medida propuesta para conseguir un objetivo de este tipo ser¨ªa la de actuar sobre los coeficientes bancarios o sobre las cajas de ahorro, en donde los m¨¢rgenes de beneficio, en comparaci¨®n con otros sectores econ¨®micos del pa¨ªs, se mantienen comparativamente muy elevados.
Sin embargo, medios pr¨®ximos a la autoridad monetaria se?alan la dificultad de llevar a cabo a corto plazo un plan de evidente contenido estructural, que no podr¨ªa realizarse en pocos meses, sino que requerir¨ªa tiempos bastante superiores. Como alternativa se se?ala la conveniencia de actuar sobre la pol¨ªtica arancelar¨ªa, reduciendo los niveles de protecci¨®n frente a la importaci¨®n. Esto podr¨ªa incrementar de forma inmediata las importaciones.
Pagar el d¨¦ficit de EEUU
Los intentos para presionar a Espa?a en el sentido de una revaluaci¨®n de la peseta no ser¨ªan ajenos a la estrategia norteamericana, que pretende repartir entre Jap¨®n y Europa el d¨¦ficit exterior que padece su econom¨ªa. Estados Unidos, seg¨²n algunas fuentes, pretende traspasar una parte sustancial de su d¨¦ficit de pagos a otros pa¨ªses desarrollados, entre ellos Espa?a, para equilibrar sus cuentas exteriores y lanzarse m¨¢s decididamente por el camino de la reactivaci¨®n econ¨®mica a un plazo m¨¢s largo. Este traspaso del d¨¦ficit de pagos americano no resulta del agrado de otros pa¨ªses industrializados, entre los que deber¨ªa contarse Espa?a.Finalmente, parece existir unanimidad ante el perjuicio que est¨¢ causando a la pol¨ªtica econ¨®mica el super¨¢vit de la balanza de pagos. En el pasado mes de octubre, las medidas econ¨®micas adoptadas pretend¨ªan mantener el crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas en un 17% como media, porcentaje que en mayo ¨²ltimo se hab¨ªa disparado hasta el 23,8%.
Este incumplimiento de una de las cifras clave del pacto de la Moncloa se debe precisamente al fuerte aumento experimentado por las cifras positivas del sector exterior, que han cogido por sorpresa a los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica, al menos en estos ¨²ltimos meses. En los objetivos que se marcaron en el mes de octubre pasado en la Moncloa, el sector exterior no iba a influir de forma expansiva sobre el crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas, pero en la realidad ha sucedido todo lo contrario y es posible que se termine el a?o, seg¨²n estimaciones solventes, con un aumento de entre los 2.300 y 2.500 millones de d¨®lares en las entradas netas de capital exterior. Por parte del sector p¨²blico, otra de las variables que influye en el movimiento de las disponibilidades l¨ªquidas, las previsiones establec¨ªan un recurso del sector p¨²blico al sistema monetario de 14.000 millones de pesetas en el conjunto del a?o, cuando a finales de mayo este recurso hab¨ªa sido utilizado ya por valor de 54.000 millones de Pesetas.
Finalmente, el cr¨¦dito deber¨ªa aumentar, seg¨²n las previsiones del pacto, en un 17%, cuando en realidad lo est¨¢ haciendo bastante por debajo de este porcentaje, a pesar de lo cual el crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas sigue por encima de las previsiones. Esta imprevisi¨®n puede costarle al pa¨ªs muy caro -seg¨²n fuentes bancarias- en t¨¦rminos de inflaci¨®n.
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