La fuerza del watio
Rec¨®nditos y probablemente f¨¢cticos poderes han alterado sustancialcialmente el ¨²ltimo proyecto del Plan Energ¨¦tico, en el tr¨¢nsito desde la mesa del Consejo de Ministros a la Secretar¨ªa del Congreso de los Diputados. El texto aprobado por el pleno del Gabinete era ya notablemente diferenciado del que elaborara el Grupo de Trabajo en la etapa Fuentes, y que, de alguna manera, se erigi¨® en detonante de la crisis ministerial de finales del pasado mes de febrero.Entre las modificaciones destacan las que afectan al sector el¨¦ctrico, incluido el tema de las centrales nucleares. No es una casualidad que las compa?¨ªas el¨¦ctricas, inspiradoras de una campa?a contra las conclusiones de aquel grupo de trabajo alaben ahora sin disimulo el texto finalmente entregado a las Cortes para su tramitaci¨®n parlamentaria.
Es un secreto a voces que los sectores m¨¢s integristas del sector el¨¦ctrico, oscurecidos a finales del pasado a?o, han recuperado una parte sustancial de su tradicional poder y recompuesto sus mecanismos de influencias. Es igualmente notorio que otras reformas planteadas, especialmente en el ¨¢mbito petrolero, han sido torpedeadas por las eternas estructuras de poder existentes en el seno de la Administraci¨®n espa?ola. Areas de poder tras las que Inevitablemente se esconden no pocas ambiciones personales, frecuentemente de quienes consideran el ejercicio de la jerarqu¨ªa en la funci¨®n p¨²blica como algo inamovible y vitalicio, no importa en qu¨¦ estamento, parcela o estructura concreta. Una de las caracter¨ªsticas de la Administraci¨®n espa?ola, en sus niveles jer¨¢rquicos, que por cierto escandaliza en no pocos medios, es que la inmensa mayor¨ªa de quienes ingresan en ella se quedan.
A partir de ahora, las Cortes y los distintos grupos parlamentarios deber¨¢n enfrentarse a la responsabilidad de estudiar y probablemente modifica¨ªel texto que les ha llegado. Muy poco cabr¨¢ decir en favor de nuestros parlamentarios si el Plan Energ¨¦tico se aprueba finalmente en su actual redacci¨®n. Los criterios que subyacen en las modificaciones realizadas a ¨²ltima hora responden a filosof¨ªas pol¨ªtico-econ¨®micas vergonzantes y los procedimientos utilizados para insertarlos en el texto definitivo deben ser calificados, con la terminolog¨ªa m¨¢s suave, como claramente antidemocr,¨¢ticos.
Las mentes m¨¢s preclares del sector el¨¦ctrico -que es de esperar impongan alguna vez la fuerza de sus argumentos- deber¨ªan aconsejar a sus colegas la adopci¨®n de actitudes m¨¢s modernas. Porque el sector el¨¦ctrico, con su intransigencia, intenta prolongar su siniestro pasado a costa de comprometer su futuro a medio plazo, cuando sus poderes sean menos influyentes y el pa¨ªs m¨¢s consciente de las ventajas y desventajas que puede obtener de un sector estrat¨¦gico, como el el¨¦ctrico, en manos privadas. Los pa¨ªses que tienen fe en la econom¨ªa de mercado han dado ya pasos en esta l¨ªnea.
Una ¨²ltima consideraci¨®n que engarza con lo anteriormente dicho es que el sector el¨¦ctrico no ha estado, solo a la hora de su actuaci¨®n. Junto a ¨¦l se han encontrado otros sectores ¨ªntimamente relacionados con los proyectos el¨¦ctricos e incluso un cierto n¨²mero de parlamentarios adscritos a grupos pol¨ªticos no demasiado alejados del poder que han conseguido sus objetivos tras una perseverante postura digna de mejores causas.
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