Entre protestas y Justificaciones
D¨ªa aciago para el festival este en que Espa?a e Italia se reparten al 50% su cuota de pantalla. Si Espa?a ha presentado un mal filme, Italia ha enviado una pel¨ªcula lamentable. Si viendo Jaque a la dama aceptada para competir por los premios mayores se pregunta uno inevitablemente c¨®mo ser¨¢n las que quedaron fuera de concurso, soportando la torpe inventiva de Pascual Festa Campanile se duda mucho de que es toda la producci¨®n italiana, RAI incluida, no existan obras, si no mejores, por lo menos m¨¢s dignas. Pues este retorno de Casanova en sus ¨²ltimos d¨ªas, camino de Venecia, en su ¨²ltima aventura, era ya viejo cuando Arthur Schnitzler lo escribi¨® y s¨®lo revela un triste oportunismo. El gui¨®n de Piero Chiara le ha a?adido los consabidos resabios de tal tipo de reconstrucciones y el realizador no ha hecho otra cosa que retratar con escasa inspiraci¨®n a un grupo de actores al viejo estilo, menos que regulares.Si a ello a?adimos la pobreza de medios de que la RAI hace gala en esta ocasi¨®n, que la ambientaci¨®n no existe, limit¨¢ndose a retratar palacios en su estado actual, y que el medio no resulta precisamente id¨®neo, por razones de censura, para mostrarnos a Casanova en acci¨®n, siquiera sea en su ¨²ltima aventura, llegaremos a la conclusi¨®n de que este desva¨ªdo fresco, v¨ªctima tambi¨¦n de una mala fotograf¨ªa, no es precisamente La gaviota que envi¨® Italia en otra ocasi¨®n, ni, por supuesto, Padre padron, alzado al palmar¨¦s de Cannes gracias a los buenos oficios del difunto Rossellini.
No es f¨¢cil comprender la presencia de este filme aqu¨ª, ni el de Jaque a la dama, de Francisco Rodr¨ªguez, en el que Concha Velasco y Ana Bel¨¦n se esfuerzan por salvarse de un naufragio debido, sobre todo, a un gui¨®n disparatado y a unos di¨¢logos al viejo estilo, en el que los protagonistas pronuncian frases sobre todo lo humano y lo divino.
Tiene raz¨®n Jaime Camino al protestar por la inclusi¨®n de su pel¨ªcula La vieja memoria en la secci¨®n informativa. Se le ha contestado que tal secci¨®n es poco menos que la de los elegidos, pero en lo que a este a?o se refiere est¨¢ pasando con m¨¢s pena que gloria. Adem¨¢s, esos mismos elegidos protestan por la hora y condiciones de proyecci¨®n en que sus pel¨ªculas se proyectan, y como, por otra parte, el jurado no se pone de acuerdo para elegir presidente, el reglamento del Festival no sirve, ya que olvidado una y otra vez, ser¨¢ preciso renovarlo o, mejor a¨²n, redactar otro nuevo.
En realidad, unas cuantas pel¨ªculas, seg¨²n sus bases, no tendr¨ªan derecho a competir, pero el jurado se inhibe descargando las posibles culpas sobre el comit¨¦ de selecci¨®n. Este, a su vez, las adjudica a aquellos que en su opini¨®n quieren acabar con el certamen, y as¨ª, de culpable a culpable y de cr¨ªtica en cr¨ªtica, el coro de protestas crece, animando un poco esta semana, en la que los m¨¢s tranquilos parecen los espectadores, un p¨²blico que, de sorpresa en sorpresa, y a la vez con cierto buen humor, sigue, sin decidirse a acudir con el entusiasmo de a?os anteriores.
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