El liberalismo y sus limites
?Un oasis en medio de la tormenta?: el presidente Kenneth Kaunda, quien cumple ahora trece a?os de mandato y se prepara a continuar tranquilamente su reinado, ha definido a Zambia con esa imagen convencional, citando el amplio margen de liberalismo y condescendencia pol¨ªtca que siguen planeando sobre el pa¨ªs, en comparaci¨®n -a la ?vor¨¢gine extremista? que sacude a algunos de sus vecinos del Africa austral.Kaunda se define como un ?socialista-panafricanista?, pero en la Universidad de Lusaka, que probablemente bate el ?r¨¦cord? de cierre de los establecimientos docentes africanos, ante la perpetua sospecha de que albergue un nido de conspiradores. se afirma que tal acto de fe tiene como ¨²nico objetivo preservar su imagen personal: no en vano el presidente de Zambia ha conservado el tono y gesto doctrinales de antiguo maestro a sueldo de la Corona brit¨¢nica.
En buena parte, el car¨¢cter mesi¨¢nico de la personalidad de Kaunda procede de la popularidad forjada durante los largos a?os de resistencia pac¨ªfica a la dominaci¨®n brit¨¢nica sobre Rodesia, de la cual Zambia constituye su parte norte. Pero a partir de la declaraci¨®n de independencia formulada en 1964 el jefe de Estado de Zambia ha establecido cuidadosamente los l¨ªmites de un liberalismo que no deben ser rebasados.
Con todo. Zambia constituye. al lado de la vecina Bostwana, un raro y valioso ejemplo de diversificaciones pol¨ªtico-econ¨®micas, en el seno de los llamados ?pa¨ªses de la l¨ªnea del frente?, intesirados por Angola. Mozambique Y Tanzania, junto a los dos referidos. Puntos de referencia: legalidad de las diversas corrientes integradas en el Partido Unico: prensa semiestatal que difiere considerablemente, por su estructura y funciones, con la existente en Mozambique y Angola, por ejemplo: marco abierto a las inversiones extranjeras, a condici¨®n de que ¨¦stas se comprometan a formar cuadros africanos e introduzcan tecnolog¨ªa y, sobre todo, preocupaci¨®n por mantener una pol¨ªtica exterior de no-alineamiento no obstante la importancia de los lazos existentes con. China y Estados Unidos. y las presiones que realiza la Uni¨®n Sovi¨¦tica para ,desplazar en su favor tales simpat¨ªas.
En estos trece a?os, partiendo de una base tribal y de un profundo conocimiento de la psicolog¨ªa de las diversas poblaciones de Zambia. Kaunda ha reforzado su autoridad personal, equivalente a la de un Kenvatta o de un Nyerere, do minando a la clase militar y ejerciendo un poder paternal sobre el resto de los l¨ªderes pol¨ªticos.
China y la Uni¨®n Sovi¨¦tica
En la inmensa partida de ajedrez en que se encuentran envueltas China y la URSS para fortalecer sus posiciones en el continente africano, el r¨¦gimen de Kaunda sigue siendo uno de los peones privilegiados, y al propio tiempo enigm¨¢ticos. Ferviente admirador de Chu-En-lai y partidario, en una ¨¦poca. de la penetraci¨®n china en Africa. a ra¨ªz de la decisi¨®n tomada por la OUA, en el sentido de solicitar de Pek¨ªn una asistencia militar al Frelimo de Mozambique y a los movimientos de liberaci¨®n africanos de Angola, el presidente de Zambia ha reforzado en los ¨²ltimos doce meses sus lazos con Mosc¨² y La Habana, aunque por el momento ¨¦stos se limiten al terreno pol¨ªtico y al de una asistencia loq¨ªstica.
La construcci¨®n, en menos de seis a?os, de la l¨ªnea de ferrocarril que a trav¨¦s de 1.860 kil¨®metros une al puerto de Dar-es-Salam, en Tanzania. con el nudo ferroviario de Kapiri-Moshi, en Zambia, es el ejemplo m¨¢s grandilocuente de la asistencia china, y Kaunda sigue cit¨¢ndolo como prueba de una asistencia ?sin prop¨®sitos imperialistas?. El costo de los trabajos fue estimado en m¨¢s de 286 millones de d¨®lares. que ser¨¢n reembolsados por Tanzania y Zambia, sin inter¨¦s alguno a partir de 1983 y por un per¨ªodo de treinta a?os.
En la primavera de 1976 Mosc¨² envi¨® a Lusaka como embajador a Vassily Solodovnikov, uno de los m¨¢s conocidos ?african¨®logos? de la URSS. hombre de una capacidad de trabajo ?entusiasmante?, a decir del dirigente nacionalista namibio Sam Nujoma. El nuevo embajador, una de cuyas misiones era reforzar los lazos con el movimiento nacionalista rodesiano ZAPU de Joshua N'Komo y preparar el ?safari? africano de Nicolal Podaorny, logr¨® disipar algunas de las reticencias ,que manifestaba Kaunda hacia Mosc¨².
Interviniendo en la conferencia extraordinaria de la OUA a prop¨®sito de Angola, Kaunda manifest¨® que. en lo que concern¨ªa a Zambia, la URSS se hab¨ªa comportado ?como un verdadero imperialista?. Kaunda hac¨ªa referencia. a la demanda de asistencia material formulada por Zambia a Mosc¨² y Washington, en 1965.despu¨¦s de que Rodesia declarara unilateralmente su independencia. La respuesta de la URSS fue que no podr¨ªa facilitar asi5tencia alguna debido a que la econom¨ªa de Zambia ?estaba todav¨ªa organizada bajo una base capitalista?.
La deteriorizaci¨®n de la balanza comercial de Zambia ha colocado a este pa¨ªs al borde de la bancarrota. Gracias a un cr¨¦dito de m¨¢s de veintis¨¦is millones de d¨®lares, concedido por el Fondo Monetario Internacional en julio pasado, y al refinanciamiento de la deuda externa, efectuada por el Club de Par¨ªs, integrado por las principales potencias occidentales, Zambia podr¨¢ sanear su econom¨ªa.
No es fortuito que este respiro se haya producido pocas semanas despu¨¦s de consumarse la visita oficial de Kaunda a Washington y otras capitales occidentales. No hay duda, por otra parte, que la preservaci¨®n de la actual entidad pol¨ªtica de Zambia es una preocupaci¨®n com¨²n de las potencias occidentales interesadas en demostrar la ?viabilidad? del liberalismo de Lusaka, frente al ?mal ejemplo? de sus vecinos extremistas.
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