Un esp¨ªa en el buz¨®n
Felices tiempos aquellos en que llegaba una carta de mes en mes, y el cartero la gritaba y la silbaba desde el portal, con su silbato, y baj¨¢bamos a por ella y la sub¨ªamos palpitante de noticias, como una paloma reci¨¦n cogida. Ahora los buzones est¨¢n siempre llenos de prensa de los partidos pol¨ªticos, urgent¨ªsimos mensajes biodetergentes y consultorios u ofertas profesionales. Pas¨® el mundo de Garc¨ªa M¨¢rquez y hoy no hay coronel ni recluta que no tenga quien le escriba. La sociedad de consumo nos escribe a todos. Es nuestra t¨ªa carnal, puntual y multinacional.Por ejemplo, el susto de esta ma?ana, como el susto de cada ma?ana: GMP (Gabinete M¨¦dico Privado) ?Control de la Natalidad?. Ya van escaseando las cartas de amor y p¨®lvora y las canciones desesperadas y con faltas de ortograf¨ªa de la extrema derecha. Se ve que la gente va sentando la cabeza en la Constituci¨®n, como en una almohada que luego les ha bordado Cela.
O sea que vienen a controlarme. La natalidad, a controlar mi natalidad. Quiero decir que se ofrecen. Afirman -hoy toda publicidad es asertiva, en la medida en que nosotros somos m¨¢s dubitativos- que mis m¨¦todos anticonceptivos son (seg¨²n el prospecto): perjudiciales, anticuados, inseguros, incompatibles, con efectos secundarios.
- Pero, hombre, ?qu¨¦ manera es ¨¦sta de entrar en la intimidad de las familias por la gatera del buz¨®n. de Correos? Porque reparten los prospectos indiscriminadamente, y el papel, puede caer en manos de Susana Estrada (que puede morirse de la risa nerviosa), o en manos de L¨®pez Rod¨®, que tendr¨¢ que acusarse de prospecto en la confesi¨®n:
-?Y cu¨¢ntos prospectos, hijo?
O en manos de una vieja anticonceptiva o, lo que ser¨ªa m¨¢s hermoso, en manos de un ni?o, que har¨¢ un avi¨®n de papel Con el prospecto y lo echar¨¢ a volar por encima de su falta de problem¨¢tica sexual. O en mis propias manos.
?Qu¨¦ le hace pensar a GMP que yo uso anticonceptivos? ?Mis romances blan¨¦os, literarios y coyunturales con musas que se me casan? No. Pensar que el pa¨ªs est¨¢ necesitando un Gabinete de Planificaci¨®n Familiar a nivel nacional, pensar que la sanidad y la Seguridad Social son un cacao de Kofka para arriba, como me dice el gran Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde que dice una amiga suya, y pensar que mientras todo eso falla, la iniciativa privada nos agrede mediante tan agudos prospectos/ encuesta. Medito sobre la posibilidad de que el anticonceptivo que yo uso sea perjudicial, partiendo del hecho de que no uso ning¨²n anticonceptivo.
O que sea inseguro. Inseguro, evidentemente, es. La que no quiera correr semejante peligro, que se cambie de acera al verme venir. ?Incompatible?. ?Incompatible con qu¨¦? ?Conmigo mismo, con la se?ora o se?orita usufructuaria o usufructuada? Hay que cambiar mucho de se?orita porque casi todas son incompatibles con uno y hasta consigo mismas. ?Con efectos secundarios?. Los efectos secundarios suelen tener el pelo rubito y conviene llevarlos a bautizar.
Espa?a es el pa¨ªs donde a¨²n ejercen las aborteras y remedia honras de Fernando de Rojas. Espa?a es el pa¨ªs donde florece el charter hacia London, cargadito de barrigas abortivas. Espa?a es el pa¨ªs donde circulan libremente todos estos rudimentos de incultura sexual en prospecto, mientras el Estado, el Gobierno, el Ministerio, el ministro, quien sea, sigue ignorando el tema y creyendo que las parejas espa?olas juegan a la loter¨ªa de alubias por las noches. Un Centro de Planificaci¨®n Familiar parece cosa de esc¨¢ndalo a niveles religioso/ seglares. Pero a m¨ª me da m¨¢s esc¨¢ndalo este prospecto que agrede mi intimidad y que, como digo, puede caer hasta en manos de L¨®pez Rod¨®. No conf¨²ndamos una vez m¨¢s libertad con libertinaje.
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