Gran Breta?a participar¨¢ con un 20% en el consorcio europeo Airbus

Veinticuatro horas despu¨¦s de que Par¨ªs anunciara su luz verde final a la incorporaci¨®n brit¨¢nica al consorcio aeron¨¢utico franco-germano Airbus, en Londres sigue reinando la confusi¨®n acerca de los t¨¦rminos exactos del acuerdo. La versi¨®n francesa, que ha sorprendido por igual a los medios oficiales y aeron¨¢uticos implicados, ha sido calificada de precipitada por un portavoz del Ministerio de Industria, seg¨²n el cual todav¨ªa no han sido firmados los contratos correspondientes.

Seg¨²n los t¨¦rminos del compromiso aprobado por el Gobierno franc¨¦s, British Aerospace, industria nacionalizada, se incorporar¨¢ a partir del primero de enero pr¨®ximo a la fabricaci¨®n de la versi¨®n de doscientos asientos del avi¨®n comercial Airbus, denominada A310, con el que Europa pretende competir en los mercados mundiales con las firmas norteamericanas. Gran Breta?a, que participar¨¢ con un 20% en los gastos del consorcio, ser¨¢ responsable del dise?o y construcci¨®n de las alas del A310 en la factor¨ªa que British Aerospace tiene en Chester, la ¨²nica de Europa con el utillaje necesario y donde desde hace a?os se construyen, bajo contrato privado, las alas de la versi¨®n reducida del Airbus, el modelo A300.

Discrepancias franco-brit¨¢nicas

Las discrepancias francobrit¨¢nicas se centran en los derechos de cada uno de los miembros del consorcio. Mientras en la versi¨®n francesa, Par¨ªs y Bonn, que comparten las mayores cargas financieras, se reservar¨ªan hasta enero de 1981 el derecho de veto, Londres da por descontado que su incorporaci¨®n se hace sobre la base de una plena igualdad en el terreno de las decisiones. Matizaciones del ministro franc¨¦s de Transporte, que sugieren que Gran Breta?a s¨®lo estar¨ªa en inferioridad de condiciones en lo referente al modelo reducido, pero no a prop¨®sito de la nueva versi¨®n de doscientos asientos, han sido consideradas como peligrosamente ambiguas en Londres, donde se pide y se espera una completa explicaci¨®n gubernamental antes de la ratificaci¨®n oficial del compromiso.La decisi¨®n de sumarse al proyecto Airb¨²s es, desde el lado brit¨¢nico, m¨¢s pol¨ªtica que econ¨®mica. Londres mantiene reservas m¨¢s que regulares sobre la viabilidad comercial de esta nueva aventura. aeron¨¢utica europea, pero su Gobierno intenta eludir en lo posible la violenta fama de anticomunitario de que goza entre los restantes miembros de la CEE. Por eso el se?or Callaghan, tan impermeable en otros terrenos, ha cedido en el del Airbus, no sin antes fomentar la vinculaci¨®n de Rolls Royce con la Boeing norteamericana, para la que fabricar¨¢ los motores del modelo 757, y amparar la decisi¨®n de British Airways, la l¨ªnea a¨¦rea nacional, de renovar su flota con aeronaves estadounidenses, en vez de con el Airbus. Esta ¨²ltima decisi¨®n, especialmente, irrit¨® a los franceses y ha sido la causa fundamental del largo punto muerto que han atravesado las negociaciones aeron¨¢uticas Londres-Bonn-Par¨ªs.

Los 45.000 millones de pesetas que a lo largo de los pr¨®ximos a?os va a costar a Gran Breta?a, por diferentes conceptos, su entrada en el consorcio franco-germano, al que ya estuvo asociada hace diez a?os, podr¨ªan ser amortizados parcialmente si los nuevos Airbus fueran capaces de competir durante los pr¨®ximos diez a?os en el mercado mundial con los modelos norteamericanos, lo que aqu¨ª se duda seriamente.