Vida infeliz del capit¨¢n Penderton
A pesar de su temprana muerte, por no decir prematura, Carson McCullers es a¨²n hoy, junto a Truman Capote, una de las m¨¢s genuinas representantes de la llamada escuela del sur de Estados Unidos. Pero all¨ª donde el autor de Desayuno en Tiffany descarga su humorismo y fantas¨ªa en un estilo original que va de lo grotesco a lo fant¨¢stico, transformado en su ¨²ltima obra en alegato psicol¨®gico, la escritora, ya desaparecida, apunta por lo com¨²n a personajes y ambientes fuera de lo com¨²n tambi¨¦n, pero al margen de las reglas que rigen las actuales relaciones sociales. Los hombres y mujeres que asoman a sus p¨¢ginas suelen llevar a espaldas un lastre de soledad y frustraci¨®n que recuerdan en cierto modo a los protagonistas de A sangre fr¨ªa, pasados por un vago tamiz de simbolismos cuando no de oscuras perversiones.Es el suyo un modo de contar ambiguo, sutil, dif¨ªcil, introvertido se dir¨ªa, m¨¢s para intuido que para admirado, m¨¢s para esp¨ªritus afines que para un p¨²blico mayoritario, acostumbrado a relatos m¨¢s elementales. La acci¨®n exterior cuenta poco, tal como la entiende el cine de hoy; lo que sucede habita, medra y se transforma en el ¨¢mbito cerrado de personajes como este capit¨¢n Penderton que se sabe traicionado en su matrimonio y que, a su vez, traiciona con su amor encubierto por el soldado William, amante plat¨®nico y ?voyeur? nocturno de su mujer. As¨ª, cuando cierta noche le sorprende en su visita acostumbrada y dispara sobre ¨¦l, no es el soldado infiel al que castiga con su muerte, sino a s¨ª mismo, en su homosexualidad de la que no hallar¨¢ otro modo de librarse.
Reflejos de un ojo dorado
Gui¨®n de Chapman Mortimer y Gladys Hill, basado en la novela de Carson McCullers. Direcc¨ª¨®n: John Huston. Int¨¦rpretes: Marlon Brando, Elizabeth Taylor, Brian Keith, Julie Harris. Dram¨¢tica. EEUU. Local de estreno: AIb¨¦niz.
Como es f¨¢cil suponer, reducir esta historia a la medida de un filme en lo que a intensidad y profundidad expl¨ªcita se refiere, hacer luz sobre sus complicados s¨ªmbolos, es tarea dif¨ªcil de llevar a feliz t¨¦rmino, incluso para un realizador de la altura de Huston. Su cine, mezcla a veces de im¨¢genes l¨²cidas y rigor intelectual, se queda en esta ocasi¨®n a medio camino, a pesar de los esfuerzos de los int¨¦rpretes, de Marlon Br¨¢ndo sobre todo, que aun con unos cuantos kilos de m¨¢s mantiene su rango de excelente actor junto a Elizabeth Taylor, recuerdo de un pasado que mira ya a los tiempos dorados de Hollywood.
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