Violencia contra sexo
Un domingo por la noche, TV nos quiso demostrarla conveniencia de la censura mostr¨¢ndonos tres secuencias que hab¨ªan ca¨ªdo bajo la tijera inquisidora. Aquellos que por un momento cre¨ªmos que ¨ªbamos a contemplar escenas de inusitada violencia nos confundimos: las tres ten¨ªan relaci¨®n con la sexualidad.Los argumentos del locutor para justificar los cortes hablaban del respeto a la tradici¨®n y buen gusto, sin tener en cuenta para nada si las secuencias eran necesarias para la comprensi¨®n de las obras o de la personalidad del entrevistado.
Al d¨ªa siguiente por la noche, TV nos obsequiaba con varios asesinatos y escenas altamente desagradables, cosas que no parecen ir en contra del particular concepto de tradici¨®n y buen gusto de TV, ya que no fueron censuradas.
Dejando aparte esta distinci¨®n de TV, que me parece revela un esp¨ªritu muy parecido, por no decir igual, al que ha imperado en ella antes de nuestra naciente democracia, creo que es una falta total de respeto hacia los espa?oles mutilar obras decidiendo por nosotros, como hasta ahora se ha hecho en todo, lo que debemos ver o no.
Se argumenta a favor de esta censura la posibilidad de que estas escenas sean vistas por ni?os. Para ello est¨¢ la soluci¨®n de los rombos, que debieran, en todos los casos en que la contemplaci¨®n de determinadas escenas pudiera ser traum¨¢tica para mentes infantiles, impedir que ¨¦stos las vieran. Por otra parte, hay que distinguir escenas verdaderamente nocivas, psicol¨®gicamente hablando, y la ?o?er¨ªa mojigata que aplica TV. El mandar a los ni?os a la cama o apagar la televisi¨®n es obligaci¨®n de los padres. como la obligaci¨®n de TV es advertir mediante la calificaci¨®n de la posible lesividad de la emisi¨®n. pero en ning¨²n caso erigirse en juez de lo que cada uno debe discernir por s¨ª mismo.
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