Im¨¢genes libertarias

La trayectoria un tanto irregular y zigzagueante de Francesc Bellmunt parece haberse asentado en los ¨²ltimos tiempos. Desde sus balbuceos en el corto Underground, con cosas como La mano de Belgrado, hasta La org¨ªa, Bellmunt ha recorrido un largo y tortuoso camino, donde encontramos un episodio del terror¨ªfico colectivo Pastel de sangre, un aventuras-spaghetti de encargo titulado Robin Hood nunca muere, y sus dos largometrajes documentales sobre la can?o catalana: La nova can?o y Canet rock, este ¨²ltimo sin estrenar a¨²n, en Madrid.Algunos cr¨ªticos catalanes, al. referirse a La org¨ªa, han hablado de Tigres de papel, otros hasta han llegado a suponerla el equivalente catal¨¢n del filme de Colomo. Lo cierto es que entre ambas hay pocas cosas en com¨²n: la intenci¨®n de retratar de modo fiel y directo una juventud relativamente local y progre, una frescura y una soltura inhabituales que vienen del recurso a un nuevo tipo de actor, e incluso a no profesionales, y de la utilizaci¨®n de ese insustituible aliado del cine moderno que es el sonido directo.

Lo que dificulta, en principio, la visi¨®n madrile?a de L?org¨ªa, es que la pel¨ªcula, rodada en catal¨¢n y en sonido directo, ha sido doblada al castellano. Trat¨¢ndose de un filme de las caracter¨ªsticas antes citadas, el doblaje resulta un mal doblemente atroz. Digamos que se carga el filme en un 40%. Por lo cual, estas consideraciones no deber¨ªan tomarse m¨¢s que como una reflexi¨®n sobre una obra parcialmente mutilada.

L'Orgia es una cr¨®nica desenfadada, pero cr¨ªtica, sobre un cierto sector de la progres¨ªa catalana, un filme coral en cuanto que incide, una vez m¨¢s, en ese g¨¦nero, tan de moda ¨²ltimamente, que es el retrato de grupo, y al cual pertenecen filmes tan distintos como La escopeta nacional, Las truchas, Un d¨ªa de boda, etc¨¦tera.

Bellmunt observa a sus personajes con complicidad, pero sin complacencia y, sobre todo, con mucho humor. Lo mejor de la pel¨ªcula son algunos hallazgos de detalle donde Bellmunt parece dejarse llevar por el chiste, la magia y un cierto tono de tebeo. Los gags de la ¨®ptica, unas gafas que caen por la ventana o el chocolate derramado mientras una pareja hace el amor son momentos privilegiados y resueltos con inteligencia. La pel¨ªcula decae cuando sus personajes se toman a s¨ª mismos en serio y teorizan y filosofan sobre la trascendencia de su fiesta.

L'orgia es un filme insolente, irreverente, voluntaria y constantemente provocador. Bellmunt no ha profundizado todo lo que pod¨ªa en un tema que daba mucho m¨¢s de s¨ª, y algunos de sus personajes no est¨¢n del todo dibujados, pero es m¨¢s que probable que su intenci¨®n fuera hacer un filme ligero, donde cualquier acto alegre e irreflexivo tuviese m¨¢s importancia que el m¨¢s profundo o pesado de los discursos. En cualquier caso, y a pesar de todo, L?orgia es un filme a ver y a defender.