La guerra de Camboya, un reflejo de la pol¨¦mica chino-sovi¨¦tica
La estaci¨®n seca est¨¢ siendo aprovechada por Vietnam, cuyo Ej¨¦rcito ha prescindido en parte de la guerra de guerrillas, en pro de una t¨¢ctica m¨¢s convencional con empleo de armamento pesado sovi¨¦tico o del abandonado por EEUU, para combates decisivos en su enfrentamiento con Camboya, sostenida por Pek¨ªn.Dos hechos han marcado fundamentalmente esta nueva fase b¨¦lica: la constituci¨®n del Frente Unido de Salvaci¨®n Nacional de Kampuchea (FUNSK), cuya finalidad es ganar la guerra civil contra el actual r¨¦gimen camboyano, y la penetraci¨®n y, sobre todo, la implantaci¨®n de una cu?a de fuerzas vietnamitas y camboyanas rebeldes en una zona de extensi¨®n considerable al noroeste de Phnom Penh. Vietnam avanza por terrenos conocidos en los que estuvieron asentados sus ej¨¦rcitos hasta 1975, durante la guerra con Estados Unidos. La regi¨®n abre camino a villas-plantaciones como Nuol y Krek y, no lejos, a la capital Phnom Penh. De ocupar Vietnam este sector, Camboya quedar¨ªa dividida substancialmente en un tri¨¢ngulo al este dominado por los sublevados camboyanos del FUNSK y por los vietnamitas, y todo el resto del pa¨ªs, boscoso y de dif¨ªcil acceso sembrado de bases del actual Gobierno camboyano alimentadas por la ayuda de China y Thailandia, descosas ambas de establecer un cintur¨®n de contenci¨®n a la influencia vietnamita-sovi¨¦tica. Para Bangkok, la presencia activa de China en territorios pr¨®ximos a sus fronteras con Laos y Camboya constituir¨ªa una garant¨ªa.
T¨¢citamente las grandes naciones en conflicto (China y Vietnam) saben que ni a China le es rentable hacer claramente la guerra en favor de los dirigentes de Phom Penh, envi¨¢ndoles sus ej¨¦rcitos, ni a Vietnam le conviene mostrar una faz agresiva e invasora de un pa¨ªs lim¨ªtrofe, precisamente ahora, que se esfuerza en tranquilizar a sus vecinos del sureste asi¨¢tico, establecer tratados con la ASEAN y sanear su propia situaci¨®n interna.
Frente organizado
Radio Hanoi lleva cierto tiempo anunciando regularmente sublevaciones populares en Camboya y ca¨ªda inminente de su r¨¦gimen, pero s¨®lo el 3 de diciembre de 1978 comunic¨® la constituci¨®n de un frente combativo y oficial de la oposici¨®n khmer. Dicho frente. el FUNSK consta de un congreso y de un comit¨¦ central de catorce miembros presidido por Herig Som Rcan. Otras importantes cabezas pol¨ªtica y militar, respectivamente, son So Phim, ex viceprimer ministro del Pol Pot. que huy¨® del pa¨ªs ante la inminencia de una purga, y Nam Samouth, ex oficial rojo khmer amotinado. El Frente posee sus propios locales. agencia de informaci¨®n, emisora de radio bandera: aspira a ser reconocido oficialmente en el plano internacional y propugna la lucha contra el actual Gobierno de Phnom Penh y, una vez derrocado ¨¦ste, la edificaci¨®n de ?un Kampuchea independiente, democr¨¢tico, neutro y no alineado que emprender¨¢ la construcci¨®n del socialismo?. El FUNSK nace apadrinado por Vietnam, lo mismo que naciera, durante la guerra con Estados Unidos, el anterior Frente de Liberaci¨®n khmer; sus soldados son camboyanos provenientes de los refugiados acogidos por Hanol, unos 350.000, seg¨²n declaraciones del embajador vietnamita en Par¨ªs, Vo Van Sung, a los que se anaden m¨¢s de 300.000 vietnamitas que resid¨ªan en Camboya y miles de chinos huidos de Phnom Penh y rechazados por China Popular.
Los escasos cinco inillones de habitantes de Cambova supervivientes de las ejecuciones el hambre est¨¢n inermes y sujetos por su Gobierno y los asesores chinos para plantearse el apoyo a una invasi¨®n cuyos fines liberadores pone en entredicho la presencia de los vietnamitas, tradicionales enemigos de la naci¨®n khemer desde sus tierripos ni¨¢s remotos.
Un Gobierno misterioso
El Angkar, o n¨²cleo gobernante de Camboya, es el m¨¢s misterioso de los Gobiernos actuales. No se conoce la identidad y apenas el nombre de sus miembros. Nadie sabe la historia del (hasta el a?o pasado desconocido) primer ministro. Pol Pot -seg¨²n algunos un sino-khmer- nadie conoce las funciones de Saloth Sar, de Nuon Chea, de Khleu Samphan. S¨®lo el ministros de Asuntos Exteriores, leng Sary, se ha identificado por razones de su cargo. Mayor es la oscuridad que envuelve al pa¨ªs. Tras el genocidio llevado a cabo por el Angkar y la ola de depuraciones y desplaz¨¢mientos de poblaci¨®n, los pocos testimonios concuerdan en la visi¨®n de un pa¨ªs entero condenado a trabajos forzados y privado de alimentos, atenci¨®n sanitaria, educaci¨®n y medios de comunicaci¨®n, del que se han barrido, junto con los derechos humanos m¨¢s elementales, las tradiciones culturales.
El actual Gobierno chino muestra cierta voluntad de guardar las distancias respecto al Angkar. Los hombres de Pol Pot tienen pol¨ªticamente un excesivo aire de familia con el maoismo de la Banda de los Cuatro. Dentro del propio proceso chino, al hallarse hoy en el poder el n¨²cleo de moderados pragm¨¢ticos encabezados por Teng-Hsiao Ping y otrota por Cha-En Lai, la visi¨®n respecto a Camboya cambia. Hua Kuo-feng acogi¨® triunfalmente a Pol Pot en 1977. En el oto?o de 1978 Teng, en triunfal ascensi¨®n. ha recibido con clerta frialdad a los camboyanos Son Sen y a Nuon, y dejado claro que China no intervendr¨ªa directamente en la defensa de Phnom Penh. Paralelamente a la ascensi¨®n al poder de los partidarios de Teng Hisao-ping, se ha asistido a la resurrecci¨®n del pr¨ªncipe Sihanuk. El dirigente camboyano hab¨ªa sido apartado de la vida p¨²blica y mantenido bajo estricta vigilancia por el Angkar. Sihanuk y su esposa Monique eran grandes amigos de la familia de Chu En-lai. El peso de la influencia de los partidarios de Chu en su reaparici¨®n es evidente. Para Pek¨ªn, absorbido por sus proyectos de modernizaci¨®n y respaldado por la alianza estadounidense, la creaci¨®n en Camboya de una zona permanente de desgaste de las fuerzas vietnamitas-sovi¨¦ticas no representa sino ventajas. La rivalidad entre el pa¨ªs khmer y Vietnam es hist¨®ricamente antiqu¨ªsima y la artificial frontera trazada por el colonialismo franc¨¦s promete que el conflicto ser¨¢ duradero. En estos ¨²ltimos a?os Pek¨ªn se ha v¨¢lido de la publicidad del enfrentamiento Camboya-Vietnam para extraer una relaci¨®n log¨ªstica favorable, arguyendo el peligro del avance sovi¨¦tico y utiliz¨¢ndolo como palanca para acelerar las concesiones de ventas de armas en Occidente a China Popular. Hoy, afianzada s¨®lidamente por su tratado con Jap¨®n por las plenas relaciones diplom¨¢ticas con Estados Unidos, China marca los l¨ªmites de sus compromisos en virtud de ese nuevo mapa del sureste asi¨¢tico que esbozara en realidad el viaje de Henry Kissinger en 1971.
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