El C¨ªrculo de Bellas Artes, al borde de la quiebra
La mala gesti¨®n en el aspecto econ¨®mico de las anteriores juntas directivas, dominadas por la fuerte personalidad de Joaqu¨ªn Calvo Sotelo, parece ser la causa fundamental de la crisis por la que atraviesa el C¨ªrculo de Bellas Artes, crisis que ha llegado a un punto cercano a la quiebra y que ha provocado, como reacci¨®n de los socios, la dimisi¨®n del se?or Calvo Sotelo y de toda la junta.Fuentes cercanas a la presidencia de esta entidad informaron a EL PAIS de la arcaica estructura econ¨®mica de la misma. En s¨ªntesis, el C¨ªrculo tiene unos ingresos diarios de unas 20.000 pesetas, mientras que los gastos ascienden a las 200.000. La financiaci¨®n del C¨ªrculo proviene casi exclusivamente de las cuotas de los socios y del alquiler del cine y teatro Bellas Artes, am¨¦n de los beneficios derivados de la sala de bingos, instalada recientemente y que no ha cumplido las previsiones optimistas fijadas en un principio. El Estado s¨®lo aporta una. subvenci¨®n anual de unas 120.000 pesetas.
La cuota que pagan los socios es de 350 pesetas al mes y eso les da derecho a utilizar una amplia gama de servicios: tel¨¦fono, discoteca, biblioteca, sala de ba?os, billar, entrada a exposiciones, etc¨¦tera; servicios cuyo mantenimiento supera con mucho el importe de la misma. El alquiler del teatro Bellas Artes es de 11.000 pesetas mensuales, mucho m¨¢s barato que cualquier piso de la zona.
Asimismo, se han acometido proyectos un tanto a la ligera. Hace unos cinco o seis a?os, en un momento econ¨®mico desahogado, la junta directiva aprob¨® obras de reforma en la primera planta y la planta noble, por valor de casi cincuenta millones de pesetas, que luego subieron a sesenta. Hoy, el C¨ªrculo tiene pendientes de resoluci¨®n al menos cuatro pleitos judiciales, en relaci¨®n con los honorarios del arquitecto y el contratista de las obras.
Desde esa misma ¨¦poca, la oposici¨®n de los socios al se?or Calvo Sotelo y su forma de entender la gesti¨®n de la entidad ha ido en aumento. El programa de la oposici¨®n podr¨ªa sintetizarse as¨ª: no a los cargos vitalicios (Joaqu¨ªn Calvo Sotelo era presidente desde hace diecinueve a?os), administraci¨®n austera, reducci¨®n de gastos, b¨²squeda de soluciones racionales y no confiar en el man¨¢ del juego o en la petici¨®n de cr¨¦ditos.
El edificio del C¨ªrculo, en Alcal¨¢, 42, est¨¢ valorado actualmente en m¨¢s de mil millones de pesetas. Algunas de sus mejores plantas est¨¢n infrautilizadas, y se piensa que la denominada planta noble podr¨ªa alquilarse a una entidad bancaria por un importe cercano a las 800.000 pesetas mensuales. Esto, y la actualizaci¨®n de las cuotas y alquileres, podr¨ªan ayudar considerablemente a salir del bache econ¨®mico.
Este a?o la situaci¨®n era tan grave que no se pudo abonar a los m¨¢s de cien empleados del c¨ªrculo la paga de Reyes. Es entonces cuando el grupo de socios que se oponen a la gesti¨®n del se?or Calvo Sotelo convocan junta general extraordinaria, en la que ¨¦ste, ante el claro ambiente en contra, decide presentar la dimisi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.