Callaghan amenaza a la CEE con retirar sus subvenciones a Italia e Irlanda

Con la posibilidad de un critico voto de confianza en puertas, el Gobierno laborista brit¨¢nico est¨¢ intensificando sus cr¨ªticas a la Comunidad Econ¨®mica Europea, en lo que se considera un¨¢nimemente una maniobra destinada a ganar votos en unas eventuales elecciones generales de primavera.

Reflejo de esta endurecida posici¨®n es la amenaza en Bruselas del ministro de Hacienda, Denis Healey, en el sentido de que Londres podr¨ªa bloquear el pago de las subvenciones acordadas para facilitar el ingreso de Italia e Irlanda en el Sistema Monetario Europeo (SME), a menos que Gran Breta?a sea incluida en el reparto.El ministro de Hacienda volvi¨® a insistir ante sus colegas de la CEE que Inglaterra consideraba inadmisiblemente elevado el costo de su pertenencia a la Compnidad, una idea ya expuesta crudamente por el primer ministro Callaghan en la reciente cumbre de Par¨ªs.

El tema comunitario es uno de los que divide profundamente al partido gobernante brit¨¢nico, en el que existe un poderoso sector de militancia antimercadista. Ello, unido a la posibilidad de unas elecciones imprevistas, debido a la precaria situaci¨®n parlamentaria del primer ministro, habr¨ªa convencido al se?or Callaghan de la oportunidad de hacer del asunto, presentado en su forma m¨¢s patri¨®tica, un caballo de batalla electoral. Este es el punto de vista que prevalece tanto en el 4ercado Com¨²n como en Londres y aun dentro del propio Partido Laborista.

Escuetamente formuladas, las quejas brit¨¢nicas se refieren al costo de su pertenencia a la CEE, cifrado por el ministro de Hacienda en el 1% del producto nacional bruto, y a lo irracional de la pol¨ªtica agr¨ªcola de los nueve, dise?ada para el beneficio de los m¨¢s ricos (Alemania y Francia) -y v¨ªctima de cr¨®nicos y gigantescos excedentes pagados fundamentalmente por los m¨¢s d¨¦biles, entre los que se incluye el Reino Unido. Las perspectivas, desde el punto de vista de Londres, son a¨²n peores cuando se incorporen Grecia, Espa?a y Portugal.

Caso de que el primer ministro consiga evitar unas elecciones generales el mes pr¨®ximo, lo que se sabr¨¢ antes de que acabe marzo, la maquinaria de su partido se inclina por convocarlas en junio.