Paisaje urbano con figuras
Vivir en Sevilla es, sin ninguna duda, la pel¨ªcula m¨¢s extravagante que se ha filmado en Espa?a en los ¨²ltimos a?os. Y la m¨¢s audaz. La audacia no es ni una virtud ni un defecto; es una postura que produce obras innovadoras u obras rid¨ªculas. Gonzalo Garc¨ªa-Pelayo, que debut¨® como realizador con Manuela, prosigue con Vivir en Sevilla su intento de hacer un cine andaluz. Si en Manuela el camino elegido era m¨¢s o menos convencional, Vivir en Sevilla resulta una pel¨ªcula desconcertante por cuanto su lenguaje tiene de automarginador. Vivir en Sevilla no pretende contar una historia. Y lo que cuenta no est¨¢ narrado de una forma tradicional, directa. Los desmadres de lenguaje de esta pel¨ªcula nos apartan de su supuesto contenido en vez de acercarnos, o ser parte de ¨¦l. A caballo entre el melodrama folletinesco, el ensayo f¨ªlmico y un estilo que se quiere po¨¦tico, Gonzalo Garc¨ªa-Pelayo intenta trazar el retrato de unos personajes concretos en una ciudad concreta -Sevilla- y en una ¨¦poca tambi¨¦n concreta -la primavera de 1978-.Pero a la vista de los resultados, Vivir en Sevilla no es ni un filme de personajes ni la pintura de una ciudad. Lo ¨²nico que Garc¨ªa-Pelayo consigue retratar -tal vez, a pesar suyo- son sus obsesiones personales de todo tipo, desde las er¨®ticas hasta las est¨¦ticas.
Vivir en Sevilla
Director: Gonzalo Garc¨ªa-Pelayo.Gui¨®n: Gonzalo y Javier Garc¨ªa-Pelayo, con la colaboraci¨®n de Pancho Bautista y Adri¨¢n Vogel, Fotograf¨ªa: Jos¨¦ Enrique Izquierdo. Sonido: Eduardo Costa. Int¨¦rpretes: Miguel Angel Iglesias, Ana Bernal, Lola Sordo, Guillermo M¨¦ndez y Jos¨¦ Miguel Campos. Espa?ola, 1978. Local del estreno: Peque?o Cinestudio.
En Vivir en Sevilla se dan cita multitud de influencias mal asimiladas, Godard, por ejemplo... Pero de Godard Garc¨ªa-Pelayo s¨®lo parece haber tomado algunos tics de lenguaje, precisamente lo que m¨¢s ha envejecido de la obra de ¨¦ste. Gonzalo Garc¨ªa-Pelayo se entrega a una serie de confusas divagaciones sobre el amor, el erotismo, la locura sevillana, etc¨¦tera, movi¨¦ndose entre unos personajes que se quieren del rollo, pero que son en cierta forma la ¨¦lite de los marginales. La incoherencia galopante del discurso de algunos de sus protagonistas parece haber sido adoptada por el propio Garc¨ªa-Pelayo, quien parece haberla considerado el ¨²nico camino para aprehender una serie de fugaces aspectos de la vida sevillana. Vivir en Sevilla resulta torpemente ret¨®rica y demasiado calculadamente vanguardista. Sus personajes se nos escurren sin llegar a afectamos de verdad, ya que el experimentalismo de Garc¨ªa-Pelayo resulta una barrera interpuesta entre ellos y los espectadores.
Lo m¨¢s destacado de la pel¨ªcula es su fotograf¨ªa y su sonido directo, de una pulcritud incre¨ªble para venir de unos t¨¦cnicos que realizan su primer largometraje. Vivir en Sevilla, gracias a ellos, se ha convertido en un filme amateur de lujo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.