Satisfacci¨®n de los parlamentarios por las palabras del Rey

El discurso del Rey ante las Cortes, en la solemne sesi¨®n de apertura de la legislatura, fue acogido con satisfacci¨®n por todos los parlamentarios, seg¨²n se desprende de las declaraciones que ¨¦stos realizaron al terminar el acto. Este se cerr¨® en la ma?ana de ayer con el desfile ante los Reyes y los representantes del pueblo de las fuerzas militares que rindieron honores.

Los parlamentarios destacaron la moderaci¨®n y el buen sentido del saludo real a las Cortes y la capacidad que hab¨ªa tenido don Juan Carlos de sintonizar con todos los grupos que componen la representaci¨®n parlamentaria. Esta buena impresi¨®n comprend¨ªa desde los parlamentarios comunistas hasta el diputado de Fuerza Nueva, Blas Pi?ar, quien manifest¨® a los periodistas que el discurso le hab¨ªa parecido correcto, ?de acuerdo con un Rey de una Monarqu¨ªa parlamentaria?.Por su parte, el vicepresidente segundo del Congreso y diputado socialista, Luis G¨®mez Llorente, expres¨® su buena impresi¨®n de las palabras del Rey y observ¨® el dilatado espacio dedicado en el discurso al tema del terrorismo. En el terreno de la an¨¦cdota, el se?or Gl¨®mez Llorente subray¨® el tratamiento de ustedes que el Rey hab¨ªa dado a los parlamentarios. El tambi¨¦n diputado socialista Alfonso Guerra indic¨® por su parte que el Rey hab¨ªa asumido conceptos que a la propia UCD le costaba trabajo asimilar, tales como el de Estado social y democr¨¢tico de derecho.

El acto de constituci¨®n solemne de las Cortes dio lugar a un aspecto inusual de las inmediaciones del palacio de la carrera de San Jer¨®nimo. A las fuertes medidas de seguridad desplegadas se uni¨® desde primeras horas de la ma?ana el corte del tr¨¢fico en la citada calle, que estaba engalanada con posters a todo color de los Reyes, y donde formaban una compa?¨ªa de infanter¨ªa de Marina, otra del Ej¨¦rcito del Aire y una tercera de Tierra.

Don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa llegaron poco antes de las doce y media a las Cortes. Minutos antes hab¨ªa llegado el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, quien los recibi¨® en la puerta principal del edificio, junto con las Mesas del Congreso y del Senado. Despu¨¦s de saludarles, los Reyes entraron en el sal¨®n de plenos, a las doce y media en punto.

Mayor¨ªa de aplausos

Cuando los monarcas penetraron en el hemiciclo, todos los parlamentarios, puestos en pie, les tributaron un cari?oso recibimiento, a excepci¨®n de algunos parlamentarios vascos y catalanes, quienes no aplaudieron. Tampoco lo hicieron los diputados del PSOE Alfonso Guerra, Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas y Nicol¨¢s Redondo.

Marcos Vizcaya, diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV), se?al¨® al t¨¦rmino del discurso del Rey que uno de sus aspectos no positivos hab¨ªa sido la alusi¨®n de don Juan Carlos al fen¨®meno del terrorismo como ¨²nico perturbador de la paz. El diputado vasco manifest¨® que deber¨ªa haber incluido como factores de desestabilizaci¨®n a la crisis econ¨®mica y al paro, y que deber¨ªa, asimismo, haber hecho una llamada a la conciliaci¨®n con el pueblo vasco, que hoy est¨¢ sufriendo -dijo- un estado de excepci¨®n de hecho.

Respecto a su decisi¨®n de no aplaudir al Rey, el se?or Vizcaya explic¨® que el grupo vasco mantiene una actitud de absoluto respeto hacia la figura real, pero que considera tambi¨¦n el aplauso como un gesto gratuito ?y no le debemos aplaudir porque est¨¦ cumpliendo su labor, de la misma manera que no ser¨ªa l¨®gico que el Rey nos aplaudiese a nosotros por realizar nuestro trabajo?.

El secretario general del PCE, Santiago Carrillo, manifest¨® por su parte que el discurso le hab¨ªa parecido bien, porque hab¨ªa tratado los temas de manera objetiva.

Desfile de las tropas

Terminado el acto de apertura de las Cortes, los Reyes abandonaron la tribuna presidencial para dirigirse a la puerta del palacio, donde se iba a celebrar el desfile de las tropas. Antes, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa permanecieron unos minutos en el sal¨®n de los pasos perdidos, que da acceso a la puerta, charlando con los portavoces de los grupos parlamentarios y con numerosos diputados y senadores.

Una vez que ¨¦stos ocuparon su sitio en la escalinata exterior, salieron a la puerta los Reyes, acompa?ados por el presidente del Gobierno y los de ambas C¨¢maras, y ocuparon una tribuna levantada ante la puerta para presidir el desfile. En primer lugar desfil¨® la infanter¨ªa de Marina, con bandera y banda; a continuaci¨®n lo hicieron los soldados del Aire, y cerraron la marcha las tropas del Ej¨¦rcito de Tierra.