Violento debate en torno al deterioro del Bot¨¢nico
??Recuerda usted que en 1974 todav¨ªa viv¨ªa el general Franco? Pues ah¨ª est¨¢ la explicaci¨®n de la situaci¨®n en que se encuentra actualmente el Jard¨ªn Bot¨¢nico.? Esta fue la respuesta que dio el director del centro, Salvador Rivas, a Mar¨ªa Rosa Su¨¢rez Incl¨¢n, secretaria general de Adelpha, durante el coloquio que sigui¨® al acto de presentaci¨®n del proyecto de restauraci¨®n del Jard¨ªn Bot¨¢nico, cerrado desde 1974.
Salvador Silva consumi¨® m¨¢s de una hora para explicar que la restauraci¨®n fue aprobada en 1978 y que todo un equipo de t¨¦cnicos y especialistas hab¨ªan tratado de convertirlo en un jard¨ªn ecol¨®gico, funcional y de investigaci¨®n. Respecto a la fecha definitiva de reapertura, el se?or Rivas dijo que no se pod¨ªa hablar, porque todo depend¨ªa de que tuvieran presupuesto para finalizar las obras.El director del Jard¨ªn Bot¨¢nico afirm¨® tambi¨¦n que hab¨ªa mantenido una actitud rebelde contra obras tales como la del Museo Goya, situado en el pabell¨®n Villanueva, por considerar que rompe la estructura del Jard¨ªn. Afirm¨® despu¨¦s que, por el momento, Bellas Artes ha gastado 48 millones de pesetas en el Jard¨ªn y otros treinta en el Museo Goya, mientras que el Consejo ha pagado veinticinco millones de pesetas en la ampliaci¨®n del edificio y diecinueve en el proyecto de restauraci¨®n.
Leandro Silva, arquitecto paisajista, concluy¨® la explicaci¨®n asegurando que tratar¨ªan de adaptar el Jard¨ªn Bot¨¢nico al momento actual y que intentar¨ªan recuperar todo lo perdido en ?avatares econ¨®micos y administrativos?.
Posteriormente se inici¨® un coloquio en el que representantes de Adelpha (Asociaci¨®n de Defensa Ecol¨®gica del Patrimonio Hist¨®rico-Art¨ªstico) pidieron explicaciones al director del Jard¨ªn Bot¨¢nico sobre la situaci¨®n actual del mismo.
?A partir de 1974 se han realizado aqu¨ª obras totalmente clandestinas -afirm¨® Rosa Su¨¢rez Incl¨¢n-, con la opini¨®n en contra de la Direcci¨®n General del Patrimonio Hist¨®rico Art¨ªstico, porque el decreto permit¨ªa solamente la construcci¨®n de las obras del museo, no de todo lo dem¨¢s?. Luego, pregunt¨® acerca del paradero de las 4.000 herb¨®reas -en 1939 hab¨ªa 7.000- perdidas estos a?os, las numerosas parras que hab¨ªa tras el pabell¨®n, etc¨¦tera. Critic¨® la pradera inglesa que ha sustituido a cantidad de las herb¨®reas desaparecidas, la construcci¨®n de viviendas para los jardineros en el recinto del Jard¨ªn Bot¨¢nico y la construcci¨®n de una p¨¦rgola que, a su juicio, merec¨ªa ?estar en un retrete?.
Visiblemente nervioso, Salvador Rivas respondi¨® que ?hab¨ªa permitido un desahogo, porque la mayor¨ªa de las cosas que ha denunciado nos duelen tambi¨¦n a nosotros. Sin embargo?, dijo, ?estamos ambos en una l¨ªnea parecida. No obstante, yo no soy responsable del mal gusto, y si ha habido corrupci¨®n, eso no es discutible, pero ?recuerda usted que en 1974 todav¨ªa viv¨ªa el general Franco??.
Santiago Am¨®n, vicepresidente de Adelpha, intervino para decir que le parec¨ªa abusivo que se responsabilizara a Franco tambi¨¦n del jardincidio del Bot¨¢nico. A?adi¨® que hab¨ªa que devolver al jard¨ªn todo lo perdido desde que se inici¨® su destrucci¨®n, y habl¨® de la necesidad de que se abra un per¨ªodo de informaci¨®n p¨²blica y que todas las obras salgan a concurso.
Tras el coloquio, durante el recorrido se pudo apreciar la constante sensaci¨®n de deterioro que hay en todo el Bot¨¢nico. Algunos paseos est¨¢n totalmente abandonados, mientras que en otras zonas el cemento amenaza con destruir el verde.
La apertura al p¨²blico parece de todas formas que va para largo, ya que no hay presupuesto concreto para finalizar las obras y, por el contrario, s¨ª existe una gran confusi¨®n en torno a lo que se quiere hacer con el Jard¨ªn.
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