El Congreso respondi¨® positivamente a la "cumbre" de alcaldes
El Parlamento dio ayer respuesta positiva a la inquietud manifestada en los ¨²ltimos tiempos por los responsables de los ayuntamientos democr¨¢ticos y de la que fue m¨¢xima expresi¨®n la reciente cumbre de alcaldes celebrada en Valencia. Como una primera prueba de la buena disposici¨®n de la Administraci¨®n central a atender las demandas de las corporaciones locales, el partido gubernamental accedi¨®, en el marco del debate presupuestario, a establecer en 60.000 millones de pesetas el techo del Banco de Cr¨¦dito Local para concertar cr¨¦ditos con las corporaciones locales, a fin de liquidar las deudas al 31 de diciembre de 1978.La oposici¨®n se felicit¨® por el acuerdo parlamentario adoptado, sin que faltaran alusiones socialistas a la ?innecesaria tensi¨®n? creada por el Gobierno en esta materia. El vicepresidente segundo, Fernando Abril, justific¨® las resistencias centristas en la visi¨®n necesariamente global con que el Gobierno debe afrontar los problemas econ¨®micos y apel¨® a que la consideraci¨®n de ?cuesti¨®n de Estado? aplicada a los ayuntamientos se extienda a otros sectores de la vida nacional igualmente merecedores de ella.
La inopinada subida de Fernando Abril a la tribuna de oradores -el peso gubernamental del debate presupuestario hab¨ªa reca¨ªdo hasta entonces en el ministro de Hacienda, Jaime Garc¨ªa A?overos- se interpret¨® en un primer momento como un deseo de capitalizar pol¨ªticamente, desde la c¨²spide econ¨®mica del Gobierno, la flexibilidad de UCD ante las reivindicaciones municipales. Pronto se deshizo en el hemiciclo esta impresi¨®n. La oraci¨®n de Fernando Abril tuvo acentos de reflexi¨®n de Estado sobre los problemas del incremento del d¨¦ficit presupuestario y la mala t¨¦cnica de cancelar las deudas mediante su refinanciaci¨®n, esto es, creando nuevas deudas. El se?or Abril no dej¨®, sin embargo, de felicitarse por la convergencia de los grupos parlamentarios en el modo de afrontar un tema, planteado por los alcaldes en un clima de responsabilidad. Reconoci¨® el ?activo pol¨ªtico? que significan los ayuntamientos democr¨¢ticos, en un momento ?en que sobran los pasivos pol¨ªticos de que disponemos?.
El elogio gubernamental al poder municipal no pas¨® inadvertido en un instante en que la atenci¨®n period¨ªstica se centraba precisamente en la conversaci¨®n que manten¨ªan, a puerta cerrada, Adolfo Su¨¢rez y Felipe Gonz¨¢lez, y en los pasillos del Congreso anidaban los rumores de un pacto de futuro para una coalici¨®n UCD-PSOE que saque al pa¨ªs del bache posconstitucional en que se encuentra.
En todo caso, la sensibilidad parlamentaria ante la problem¨¢tica de los ayuntamientos debe apuntarse en el haber del Congreso de los Diputados y descubre la importancia pol¨ªtica capital de la vida municipal. Los elogios a la cumbre de alcaldes no s¨®lo fueron expresados por los partidos de la izquierda ni por algunos de los participantes en ella, como el comunista Ram¨®n Tamames. Todos los grupos parlamentarios asumieron las conclusiones acordadas en la citada reuni¨®n y ni siquiera una fuerza como Coalici¨®n Democr¨¢tica, con escasa presencia en los ayuntamientos, regate¨® el aplauso a la iniciativa municipal. Manuel Fraga no desaprovech¨® la ocasi¨®n de reconocer la calidad del documento de los alcaldes, si bien record¨® la urgente necesidad de renovar la legislaci¨®n local, para dar desarrollo a lo que la Constituci¨®n establece.
Mejora del sistema fiscal
El se?or Tamames destac¨® la importancia de que, una vez superada la v¨ªa presupuestaria para la soluci¨®n de los problemas municipales, se abordara r¨¢pidamente otro de los acuerdos de Valencia, como es el decreto-ley de medidas urgentes, como adelanto de una definitiva ley de Haciendas Locales o de R¨¦gimen Local. Insisti¨® en la necesidad de complementar el acuerdo parlamentario de ayer con una serie de medidas que mejoren el sistema fiscal municipal y modernicen el aparato recaudatorio de los ayuntamientos.
La decisi¨®n del Pleno del Congreso fue adoptada por 301 votos favorables, un voto en contra y una abstenci¨®n. La realidad es que la decisi¨®n de CD, adoptada en la Junta de Portavoces del martes, ante la comisi¨®n de alcaldes, de sumarse a los dem¨¢s grupos de la oposici¨®n en el apoyo a la enmienda de la Minor¨ªa Catalana dej¨® un tanto desarmada a UCD, que ante la eventualidad de unir a sus males presentes un descalabro parlamentario en los presupuestos, opt¨® por sumarse al coro general. Ello oblig¨® al ex ministro Alberto Oliart, portavoz centrista en la comisi¨®n de Presupuestos, donde UCD se opuso a la enmienda de la Minor¨ªa Catalana, a exponer de modo lac¨®nico y sin explicaciones el cambio de actitud de su grupo.
Por su parte, el grupo proponente de la enmienda, la Minor¨ªa Catalana, contrapes¨® su ¨¦xito, por un lado, apelando al sentido de la responsabilidad de los ayuntamientos, que no deben gastar -dijo- ?a tontas y a locas?, y por otro, a la necesidad de que el Estado se haga cargo del coste financiero de las operaciones de cr¨¦dito de las corporaciones locales a partir de los presupuestos del Estado de 1980, hasta tanto se sanean las haciendas municipales. Esta fue la segunda parte de la enmienda catalana que no logr¨® prosperar.
Por ¨²ltimo, el grupo andalucista actu¨® un poco de aguafiestas del ¨¦xito catal¨¢n cuando su portavoz, se?or P¨¦rez Ruiz, denunci¨® agravios comparativos -?mientras a los municipales catalanes se les aplaza cuatro pesetas de deuda, a los andaluces se les aplaza una peseta?, ejemplific¨®- y pidi¨® que ?todos los pa¨ªses de Espa?a tengan la misma influencia?. Era un anticipo de la actitud andalucista en la pr¨®xima confrontaci¨®n parlamentaria sobre los estatutos de autonom¨ªa.
En relaci¨®n con el tema municipal, fue rechazada una enmienda socialista, defendida por Luis Fajardo, por la que se pretend¨ªa fijar indemnizaciones a los miembros de los ayuntamientos que se dediquen en exclusiva a la corporaci¨®n. El se?or Oliart estim¨® que este tema no era propio de una ley de Presupuestos.
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