"El pueblo vasco sabe que la ¨²nica v¨ªa es el di¨¢logo"
Miguel Unzueta, senador del Partido Nacionalista Vasco, fue uno de los protagonistas de la negociaci¨®n en la Moncloa del Estatuto de Autonom¨ªa para Euskadi. Todav¨ªa con grandes ojeras, ha accedido a relatar a EL PA?S c¨®mo se desarrollaron las conversaciones y c¨®mo las vivieron los parlamentarios vascos. Est¨¢ contento, casi euf¨®rico: ?Todo el mundo me pregunta cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n de ETA. No lo s¨¦, son puras especulaciones. Creo que habr¨¢ gente en torno a ETA que nos llamar¨¢ traidores, pero despu¨¦s ver¨¢ que hay que poner en marcha el Estatuto y trabajar duro.? Habl¨® con ¨¦l Soledad Gallego-D¨ªaz.
Miguel Unzueta -Mitxel, en euskera- se levant¨® ayer a las once de la ma?ana y pase¨® por la casa en pijama: una de las cosas que m¨¢s le gustan en esta vida. Se hab¨ªa acostado a las cuatro de la madrugada, despu¨¦s de celebrar con sus compa?eros de partido -el PNV- el ¨¦xito de las negociaciones del Estatuto de Autonom¨ªa para el Pa¨ªs Vasco y durmi¨® siete horas seguidas profundamente. ?Llevaba quince d¨ªas durmiendo, todo lo m¨¢s, tres o cuatro horas y, encima, tan preocupado que me sobresaltaba por cualquier cosa. Cuando me he levantado hoy me sent¨ªa en el s¨¦ptimo cielo.? Unzueta, senador peneuvista, form¨® parte de la comisi¨®n negociadora desde el primer d¨ªa. ?El pasado 3 de julio nos reunimos en la suite que alquil¨® el PNV en el hotel Palace con dos ponentes centristas, Alberto Oliart y Sebasti¨¢n Mart¨ªn Retortillo, para tratar de concretizar los motivos de desacuerdo de UCD. Un d¨ªa de esa misma semana nos acercamos a comer a la Moncloa para tomar contacto con Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca, pero las aut¨¦nticas negociaciones comenzaron el lunes siguiente, d¨ªa 9, con una estrategia muy sencilla: una primera instancia, la nuestra, de expertos y ponentes, y una segunda, la de los lendakaris, a la que remit¨ªamos las decisiones pol¨ªticas o los temas en los que nos qued¨¢bamos estancados.?Mitxel Unzueta es un hombre tranquilo y con un buen sentido del humor: ?Negociar durante tantas horas seguidas, como hemos hecho nosotros, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventaja era, por ejemplo, que llegamos a conocer casi por los gestos el estado de ¨¢nimo de los negociadores centristas. "D¨¦jale", nos dec¨ªamos, "¨¦se est¨¢ hoy de mal humor." Pero, en contrapartida, el cansancio hac¨ªa que a veces alguno de nosotros y alguno de ellos se enzarzaran en agrias pol¨¦micas sobre temas sin importancia y ten¨ªa que salir alguien y decir: "Ya est¨¢ bien; eso lo discut¨ªs en otra sala, que ahora tenemos cosas m¨¢s importantes que hacer".?
El senador del PNV recuerda casi divertido las espectaculares salidas de la Moncloa a altas horas de la madrugada: ?Exist¨ªa psicosis de atentado y nos llevaban a casa por calles sin sem¨¢foros, a una velocidad de v¨¦rtigo. A m¨ª me hubiera gustado m¨¢s llamar a un taxi. ?
Los refranes vascos de P¨¦rez Llorca
En la primera reuni¨®n formal en la Moncloa, el ministro de la Presidencia, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca, tuvo palabras muy cari?osas para los negociadores vascos. Analiz¨® los aciertos y los errores cometidos por ambas partes en la negociaci¨®n de la ?cuesti¨®n vasca? en la Constituci¨®n. ?De P¨¦rez Llorca no ten¨ªamos muy buen juicio, a ra¨ªz de aquella etapa, pero ahora le tenemos un afecto sincero. Es incre¨ªble. Hasta se compr¨® un libro de refranes en vasco y nos lanzaba de cuando en cuando alguno con el m¨¢s puro acento andaluz.?
La primera semana la invirtieron los negociadores en matizar desacuerdos. ?Alguien podr¨ªa decir que perdimos el tiempo, pero no fue as¨ª. Pudimos realizar una lectura m¨¢s fr¨ªa y t¨¦cnica del Estatuto de Guernica. Los expertos y ponentes peneuvistas llamaron diariamente -una y dos veces- a su presidente, Carlos Garaicoetxea. ?La ronda m¨¢s fuerte empez¨® a mediados de semana. Su¨¢rez no negociaba con nosotros, s¨®lo con Carlos-, pero P¨¦rez Llorca estaba siempre en nuestra mesa de discusi¨®n.? El ministro de la Presidencia demostr¨®, a juicio del PNV, un talante flexible y pol¨ªtico. ?Ten¨ªa que conjugar las posturas del PNV y las de UCD y, adem¨¢s, las opiniones internas de su grupo. El presidente Su¨¢rez le enviaba con un conserje muchos recados y a veces se marchaba de la sala y tardaba dos horas en volver.? Los negociadores centristas enviaron tambi¨¦n papelitos al presidente del Gobierno. ?Un d¨ªa encontramos perdido por una mesa uno que dec¨ªa: "Se est¨¢n enfadando".?
Unzueta tiene tambi¨¦n grandes elogios para el ministro de Hacienda, Jaime Garc¨ªa A?overos. ?Yo no le conoc¨ªa mucho y ha resultado una revelaci¨®n. Tiene un sentido del humor magn¨ªfico. El comit¨¦ que se encarg¨® de redactar los art¨ªculos de Econom¨ªa y Hacienda, en el que estuvieron ¨¦l, Ollora y Guevara, ha trabajado muy bien. El tema de los conciertos parec¨ªa insalvable y luego march¨® a gusto de todos. ? Mitxel Unzueta cree que P¨¦rez Llorca estaba algo preocupado con su imagen de ?malo del drama?: ?Realmente no es verdad. No ha habido negociadores duros o blandos. S¨®lo tuvimos problemas con un centrista, abogado del Estado, y no porque sea duro, sino porque se niega casi a dialogar y terminan poni¨¦ndote furioso sin necesidad.?
La crisis de la madrugada del lunes
Las negociaciones pasaron por un momento de crisis en la tarde del lunes. ?La muerte de la madre de Garaicoetxea nos perjudic¨®, porque algunos temas que estaban en la segunda instancia, la de los lendakaris, volvieron a nuestra mesa.? Las posiciones se enconaron respecto al art¨ªculo 16 -educaci¨®n- y el PNV lleg¨® a creer que, por alguna raz¨®n que se le escapaba, UCD y el Gobierno hab¨ªan variado en el ¨²ltimo minuto su actitud y no quer¨ªan llegar a un acuerdo a tiempo.
?Estuvimos unas horas solos mientras ellos se reun¨ªan en otra sala. La redacci¨®n final la alcanzamos sentados en unas sillas de hierro, en el jard¨ªn, cuando ya empezaba a clarear y se o¨ªan los primeros p¨¢jaros. Respiramos todos tranquilos. Quedaba todav¨ªa el tema de las polic¨ªas aut¨®nomas, pero lo hab¨ªamos discutido ya y ten¨ªamos las ideas claras.? Seg¨²n Unzueta, el ex ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, no particip¨® casi en las negociaciones, al menos en las reuniones mixtas UCD-PNV. ?Con nosotros estuvo s¨®lo unos segundos.? Mayor participaci¨®n tuvo, no en este tema concreto, sino en todos, el ministro de Relaciones con las Cortes, Rafael Arias-Salgado. ?Me parece que estuvo mucho en la trastienda.?
El art¨ªculo cuya discusi¨®n ocup¨® m¨¢s tiempo fue el relativo a las competencias de la comunidad aut¨®noma. ?Competencias exclusivas del Estado hay pocas; compartidas, much¨ªsimas?, explica el senador del PNV, y a?ade que las estructuras sociales y econ¨®micas de Espa?a tienen un car¨¢cter muy centralizado. ?Aunque todos hubi¨¦ramos sido autonomistas -y algunos de los que se sentaron a negociar no lo son- era muy dif¨ªcil deslindar tajantemente competencias, porque el Estado tiene una estructuraci¨®n nueva en la Constituci¨®n, pero no en la realidad, y las interrelaciones de un tema con otro son enormes.? La dificultad de algunos parlamentarios de UCD para asumir plenamente la concepci¨®n auton¨®mica quedaba patente -seg¨²n Mitxel Unzuetacuando dec¨ªan: ?Nosotros, el Estado.? ?Muchas veces, nosotros, para que se dieran cuenta de lo absurdo de ese planteamiento, les contest¨¢bamos: ?Nosotros, el Estado, y vosotros, la Administraci¨®n central ... ? Pero, bueno: no eran enfrentamientos; siempre conservamos el tono cordial. ?
La Moncloa no debe ser un palacio muy c¨®modo, si se hace caso al se?or Unzueta: ?Hace un calor horrible. No es verdad que nos di¨¦ramos chapuzones en la piscina. Pase¨¢bamos a veces de madrugada por el jard¨ªn para despejarnos y porque ten¨ªamos la camisa pegada al cuerpo. El presidente y su equipo hac¨ªan lo posible por facilitarnos las cosas, y m¨¢s de uno de nosotros se ha afeitado con su maquinilla el¨¦ctrica. A?overos dec¨ªa, en broma, que desde que los vascos ¨ªbamos por all¨ª se comia mejor, pero la verdad es que los men¨²s eran sencillitos. Al marcharnos de la Moncloa tomamos una copa con el ma?tre, que es un hombre amabil¨ªsimo y nos aguantaba a todas horas. ?
Para el pol¨ªtico nacionalista, el Partido Socialista de Euskadi (PSE) y Euskadiko Ezkerra (EE), las otras dos fuerzas vascas representadas en la ponencia que estudi¨® el Estatuto de Guernica les dieron siempre su apoyo a la negociaci¨®n. ?Ellos mantienen algunos votos particulares, es l¨®gico, pero cuando Miguel Roca propuso a las doce y veinte de la noche del 17 que di¨¦ramos un voto a la totalidad, se levantaron para aplaudir. Nos hubiera sido ¨²til tener a mano a Benegas y a Bandr¨¦s cuando negoci¨¢bamos, pero el Gobierno ten¨ªa prisa y, por otra parte, intentamos tenerles informados al m¨¢ximo. Yo dir¨ªa que el PSOE, por ejemplo, ha estado m¨¢s informado de lo que hac¨ªa creer. ?. Seg¨²n relata Mitxel Unzueta, en una de las conversaciones mantenidas por Carlos Garaicoetxea con los representantes de otros grupos vascos, alguien protest¨® por la forma como se estaban llevando a cabo las negociaciones, y el presidente del PNV contest¨®: ?Si no est¨¢is de acuerdo, somet¨¢moslo a votaci¨®n. Si as¨ª lo quer¨¦is, hasta podemos romper las negociaciones.? Para Unzueta las declaraciones de Mario Onaind¨ªa en defensa del Estatuto son un motivo de alegr¨ªa: ?Onaind¨ªa intenta hacer un partido pol¨ªtico sabe lo que es eljuego pol¨ªtico. Aunque no estoy de acuerdo con muchos de sus planteamientos, considero muy positivo su apoyo por lo que supone adem¨¢s de integraci¨®n social. ?
La aportaci¨®n de Blas Pi?ar al Estatuto
Los debates en la ponencia conjunta Comisi¨®n ConstitucionalAsamblea de Parlamentarios vascos est¨¢n tambi¨¦n rodeadas de un amplio anecdotario. ?Blas Pinar, por ejemplo, es el autor de una enmienda que ampl¨ªa las competencias de la comunidad aut¨®noma. En el apartado 13 del art¨ªculo 10 se hablaba de "Fundaciones de car¨¢cter ben¨¦fico, ben¨¦fico-docente y similares", y ¨¦l propuso que se hablara de "Fundaciones y asociaciones". ?Curioso, no? Pi?ar tiene una preparaci¨®n jur¨ªdica de buen nivel, es notario, y aunque votaba a todo que no, ve¨ªa aspectos jur¨ªdicos perfeccionables y lo dec¨ªa.? ?Los primeros d¨ªas?, a?ade Mitxel Unzueta, ?ped¨ªa la palabra una y otra vez, y alguien le calific¨® de filibustero. Nos expuso sus ideas pol¨ªticas y su concepci¨®n de Espa?a, y yo le contest¨¦ que hay diversas formas de entender a Espa?a y que nadie puede tener el monopolio de la mejor. Me hizo desde su asiento una reverencia y replic¨®: "Por supuesto, por supuesto".?
El representante de Coalici¨®n Democr¨¢tica, Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, prest¨® desde el primer momento su apoyo a la negociaci¨®n. ?Sentir¨ªa que, como me han dicho, vaya a tener problemas en su partido por este motivo. Nadie pone en duda que el se?or Areilza tiene una concepci¨®n unitaria del Estado, pero ha sido capaz de actuar con responsabilidad.?
Garaicoetxea elegir¨¢ entre ser diputado foral o "lehendakari"
El senador Unzueta prodiga los elogios al presidente de su partido: ?Tiene ideas claras sobre el nacionalismo vasco, sabe d¨®nde se puede y d¨®nde no, y su formaci¨®n pol¨ªtica es enorme.? Siente el parlamentario vasco que Carlos Garaicoetxea tenga que decidir, una vez transcurra la etapa de transitoriedad actual, entre su cargo de diputado foral por Navarra y el de presidente del Consejo General Vasco. ?Pero as¨ª tendr¨¢ que ser. Yo quisiera que ocupase durante muchos a?os la presidencia del CGV.?
Los peneuvistas son respetuosos con la tradici¨®n y las formas y han telefoneado al lendakari Jes¨²s Mar¨ªa de Leizaola a Par¨ªs, para informarle del ¨¦xito de la negociaci¨®n. ?Leizaola tiene unas ganas enormes de volver al Pa¨ªs Vasco, y yo creo que lo har¨¢ pronto. O viene cuando se celebre el refer¨¦ndum del Estatuto o cuando se constituya el primer gobierno vasco de esta etapa. Por lo pronto, vamos a darle un homenaje en Francia.?
Mitxel Unzueta sigue pensando que el Rey deber¨ªa ir a Euskadi. ?Habr¨¢ que planear bien cu¨¢ndo lo hace y c¨®mo lo hace, pero nos gustar¨ªa mucho que viniera al Pa¨ªs Vasco. Pensamos hacerle una visita y volver a record¨¢rselo. Tambi¨¦n visitaremos al presidente Su¨¢rez para despedirnos de ¨¦l.?
?Se ha dicho que nosotros est¨¢bamos obligados a volver a Euskadi con un Estatuto. Es verdad, pero la obligaci¨®n tiene un l¨ªmite y hubi¨¦ramos preferido volver, aunque fuera terrible, sin Estatuto que con un Estatuto que no cubriera los m¨ªnimos. Lo digo sinceriamente.?
?Y ETA? ?Qu¨¦ har¨¢ ahora? Unzueta dice que todo son especulaciones. ?Yo creo que habr¨¢ gente en torno a ETA que har¨¢ un an¨¢lisis del Estatuto y, a corto plazo, nos pondr¨¢ por los suelos y nos llamar¨¢ traidores. Pero luego, despu¨¦s de esta reacci¨®n emotiva, habr¨¢ que poner en marcha el Estatuto y trabajar duro. El Estatuto est¨¢ ah¨ª, y no es malo, ni mucho menos. Ellos tienen que ver que la ¨²nica v¨ªa civilizada es la del di¨¢logo, aunque en los ¨²ltimos a?os, por desgracia, no sirviera de mucho. El pueblo vasco, en su gran mayor¨ªa, est¨¢ radicalizado m¨¢s por rabia ante lo que ha sufrido que por principios ideol¨®gicos determinados.? ?Yo ya le he dicho a mi mujer?, termina, ?que nuestros hijos a¨²n tendr¨¢n materias que desarrollar de este Estatuto.?
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