Una sentencia del Supremo suprime la cuota de pantalla
La producci¨®n cinematogr¨¢fica nacional, paralizada
El conocimiento de forma oficiosa de la sentencia dictada por el Tribunal Supremo en favor de la supresi¨®n de la cuota de pantalla establecida en el real decreto de 11 de noviembre de 1977 ha hecho que cunda el p¨¢nico entre todos los profesionales del cine espa?ol. La situaci¨®n no puede ser m¨¢s grave. A partir de que dicha sentencia aparezca publicada en el BOE -requisito indispensable para su puesta en pr¨¢ctica-, ning¨²n exhibidor cinematogr¨¢fico tendr¨¢ obligaci¨®n de proyectar en sus salas cine espa?ol.
Esta medida no hace sino dar la puntilla a una industria que se encuentra en estos momentos en una situaci¨®n que, sin alarmismos de ning¨²n tipo, podemos calificar como ag¨®nica.En efecto, el adeudamiento por parte del Estado de 1.300 millones a los productores, que corresponden a los pagos atrasados del 15% de taquilla, as¨ª como de los premios de calidad de 1978, coloca a ¨¦stos -especialmente a las peque?as productoras independientes- en una dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica que pone en peligro cualquier continuidad. A esto hay que a?adir las irregularidades y retrasos continuos en la puesta a punto del control de taquilla, la no publicaci¨®n de la tan anunciada y esperada ley de cine, y finalmente el anuncio de la supresi¨®n de la cuota de pantalla, que supone pr¨¢cticamente la muerte del cine espa?ol.
La decisi¨®n del Supremo ha sido motivada por un recurso contencioso administrativo interpuesto por la Federaci¨®n de Empresarios de Cine al dia siguiente de la publicaci¨®n de dicho decreto del 11 de noviembre de 1977. Seg¨²n el actual director general de Cinernatograf¨ªa, Luis Escobar, ?la Administraci¨®n es totalmente ajena a esta decisi¨®n, pero se ve implicada en ella, ya que plantea graves e importantes problemas al cine espa?ol?. El se?or Escobar manifest¨® que el Ministerio de Cultura no tiene a¨²n conocimiento oficial de dicha sentencia y que no adoptar¨¢ ninguna resoluci¨®n hasta hablar con las partes interesadas.
Al mediod¨ªa de ayer tuvo lugar el primer encuentro entre representantes de las tres ramas -producci¨®n, distribuci¨®n y exhibici¨®n-. En el transcurso de dicho encuentro, representantes de las tres asociaciones de productores existentes en el Estado espa?ol -Asociaci¨®n Independiente de Productores Cinematogr¨¢ficos Espa?oles (AIPCE), Uni¨®n de Productores Cinematogr¨¢ficos Espa?oles (UPCE) y la Agrupaci¨® Catalana de Productors Cinematografics Independents (ACPC)- manifestaron los acuerdos tomados en su junta general, celebrada anteayer, seg¨²n los cuales se hace necesaria la adopci¨®n de una serie de medidas de urgencia para salvar al cine espa?ol en el transcurso de los pr¨®ximos d¨ªas.
La cuota de distribuci¨®n
Un exhibidor espa?ol afirma que la oposici¨®n de su sector al real decreto estaba basada en que no puede exig¨ªrseles el cumplimiento de una cuota de pantalla sin saber previamente si ello va a ser posible. Si en algo est¨¢n de acuerdo productores, distribuidores y exhibidores es en que la ra¨ªz del conflicto est¨¢ en dicho real-decreto. El productor El¨ªas Querejeta afirma que cuando ¨¦ste instaur¨® la cuota de pantalla del dos por uno, la realidad era que ya se estaba cumpliendo el 2,09. Todos los productores est¨¢n de acuerdo en que es necesario el establecimiento de una cuota de distribuci¨®n del cuatro por uno, seg¨²n la cual los distribuidores estar¨ªan obligados a distribuir una pel¨ªcula espa?ola por cada cuatro pel¨ªculas extranjeras dobladas al castellano o a cualquier otra lengua del Estado espa?ol. Ello no supone un atentado a la libertad de importaci¨®n, ni contradice la pol¨ªtica de libre mercado practicada por el Gobierno, seg¨²n han manifestado fuentes oficiales de otros ministerios a la UPCE, sino ¨²nicamente un cierto control en la concesi¨®n de licencias de doblaje.
El hecho de que alg¨²n productor haya roto contratos y cancelado los rodajes que ten¨ªa previstos, tal como se ha publicado en algunos medios, ha contribuido a aumentar la inquietud en el sector profesional. Los productores piden una urgente reestructuraci¨®n de la reglamentaci¨®n causante de la actual situaci¨®n de cat¨¢strofe. El¨ªas Querejeta insisti¨® en que las medidas ¨¢ tomar no pueden ni deben ser coyunturales, sino estructurales y con car¨¢cter de urgencia. Asimismo, los productores afirman que es necesario encontrar las f¨®rmulas t¨¦cnicas de negociaci¨®n entre las tres ramas en un tiempo r¨¦cord, pues de no ser as¨ª, las consecuencias pueden ser funestas para el cine espa?ol.
Para el productor Luis Megino, en la implantaci¨®n de una cuota de distribuci¨®n est¨¢ la llave definitiva para solucionar todos los problemas del cine espa?ol.
La prueba de que la ra¨ªz del problema se remonta a la publicaci¨®n del real-decreto del 11 de noviembre de 1977 est¨¢ en el hecho de que en los siete meses que van de a?o s¨®lo se hayan producido diecisiete largometrajes, cuando lo normal en esta fecha ser¨ªa cincuenta, lo cual significa un descenso vertiginoso con relaci¨®n a la producci¨®n de a?os anteriores. En 1975 se rodaron 102 pel¨ªculas; en 1976, la cifra subi¨® a 115; en 1977, descendi¨® a 93, y en 1978, a 70.
Lo importante es que productores, distribuidores y exhibidores han llegado al acuerdo de la necesidad de implantar una cuota de distribuci¨®n y en los pr¨®ximos d¨ªas se reunir¨¢n para discutir el c¨®mo esta cuota debe ser aplicada.
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