"Si los sectores industriales no reducen espont¨¢neamente sus consumos energ¨¦ticos, habr¨¢ que ir a medidas de ordenaci¨®n"

Pregunta. ?Cu¨¢l puede ser la evoluci¨®n previsible de los precios de los crudos tras la ¨²ltima conferencia de la OPEP en Ginebra?Respuesta. Hay que tener en cuenta el bajo nivel de stocks de los pa¨ªses consumidores y que el pr¨®ximo inicio del invierno, y por tanto de la temporada de utilizaci¨®n intensiva de las calefacciones, provocar¨¢n un incremento en la demanda de gas-oil, uno de los productos m¨¢s escasos, cuyos precios se mover¨¢n al alza. El mercado se encuentra muy distorsionado, hasta el punto de que en los ¨²ltimos meses los precios del gas-oil han superado a los de las gasolinas. En cualquier caso, es previsible que cuando se restituyan los stocks y el aprovisionamiento invernal se encuentre garantizado, los precios tiendan a la baja. Pero el palo ha sido ya lo suficientemente fuerte como para que la mayor¨ªa de pa¨ªses que dudaban entre adoptar o no medidas de restricci¨®n de consumos se hayan decidido a aplicarlas. Aqu¨ª, lo m¨¢s importante es constatar que cuando se reconstruya el nivel de consumos y la demanda vuelva a ser la habitual, nos encontraremos con que oferta y demanda son pr¨¢cticamente iguales y absolutamente r¨ªgidas. En esta situaci¨®n, cualquier elemento at¨ªpico -un invierno fr¨ªo, por ejemplo- desestabiliza todo el esquema del mercado mundial. Y ya no digamos si se produce alg¨²n problema a nivel de suministrador, como ocurri¨® con Ir¨¢n.

P. Las sucesivas y cada vez m¨¢s frecuentes reuniones de los pa¨ªses de la OPEP -en septiembre se celebrar¨¢ la pr¨®xima- desembocan en cuantiosos aumentos de precios para los crudos petrol¨ªferos. ?Qu¨¦ techo puede tener esta carrera alcista?

R. A m¨ª me cuesta creer que en la pr¨®xima reuni¨®n de la OPEP se produzca una nueva subida. En cuanto a las predicciones, son muy dif¨ªciles porque las decisiones son eminentemente pol¨ªticas. Los precios que se fijan no tienen nada que ver con los costes. Yo apostar¨ªa a que en septiembre no mueven los precios. A m¨¢s largo plazo, no es, f¨¢cil hacer predicciones.

P. ?Pueden, en cambio, producirse acuerdos para reducir producciones?

R. Hay que tener en cuenta que cada decisi¨®n de la OPER supone de hecho una ralentizaci¨®n de los ritmos de crecimiento de las econom¨ªas, incluidas las de algunos pa¨ªses productores, por la baja en los niveles de demanda. El precio es uno de los mejores reguladores de esta magnitud. En cualquier caso, el tema hay que contemplarlo a medio plazo y, en este sentido, el documento m¨¢s actualizado y fiable de los ¨²ltimos tiempos es el presentado por el secretariado de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa en su ¨²ltima reuni¨®n ministerial. Seg¨²n este documento, en 1985 faltar¨¢n en el mundo unos 185 millones de toneladas de petr¨®leo; unos seiscientos millones, en 1990, y para el a?o 2000 el d¨¦ficit se estima en 1.500 millones de toneladas. Este es el tel¨®n de fondo de lo que puede ser el mercado del petr¨®leo en los pr¨®ximos a?os.

P. ?Qu¨¦ posibilidades de ahorro de energ¨ªa tiene Espa?a y qu¨¦ es lo que en este sentido se va a hacer?

R. El acuerdo b¨¢sico que, ratific¨® la AIE fue el compromiso de los pa¨ªses miembros de disminuir el consumo de petr¨®leo en los pr¨®ximos a?os, aunque se determin¨® m¨¢s espec¨ªficamente para lo que queda del presente y el pr¨®ximo. Naturalmente, una reducci¨®n a tan corto plazo s¨®lo puede obtenerse por dos caminos: por la v¨ªa de -la sustituci¨®n de energ¨ªas o por la del racionamiento y el efecto precios. Desgraciadamente, no hay m¨¢s opciones que ¨¦stas.

'Conviene mejorar la imagen del ferrocarril'

P. La utilizaci¨®n disuasoria de los precios nunca ha surtido efecto a medio plazo, una vez superado el corto.

R. La discontinuidad de las series hist¨®ricas del consumo en los ¨²ltimos a?os puede interpretarse de muy diversos modos. Pero s¨ª es cierto que en el terreno industrial, que actualmente supone m¨¢s del 50% de todo el consumo energ¨¦tico espa?ol, s¨ª cabe hablar de que cada industria busca la optimizaci¨®n de sus costes productivos, entre los que se incluyen los energ¨¦ticos. Los objetivos de las medidas que ha aprobado el Gobierno son: apoyo a las inversiones para ahorro de energ¨ªa y promoci¨®n de la autogeneraci¨®n de electricidad. Esta ¨²ltima no existe pr¨¢cticamente en Espa?a por dos causas esenciales: primero, porque hasta hace dos o tres a?os el fuel-oil que se vend¨ªa a las centrales t¨¦rmicas ten¨ªa un precio m¨¢s bajo que el que se entregaba a la industria, y la diferencia no compensaba el mejor rendimiento con que pod¨ªan producirse kw en el proceso combinado del uso del vapor; y segundo, porque la relaci¨®n entre el autoproductor y la compa?¨ªa el¨¦ctrica no estaba regulada, y la compa?¨ªa suministradora no permit¨ªa el enganche de las m¨¢quinas al sistema general en condiciones razonables. Por otra parte, est¨¢ prevista la sustituci¨®n por energ¨ªa solar y otras formas la actual utilizaci¨®n masiva del petr¨®leo. A trav¨¦s de los estudios realizados por el Centro de Estudios de la Energ¨ªa tenemos la convicci¨®n de que se puede desarrollar un mercado de aplicaciones de la energ¨ªa solar a la industria, antes incluso que en el campo dom¨¦stico, sobre todo en industrias que necesitan consumir grandes cantidades de agua caliente o vapor en condiciones no muy severas. De cara a estos temas (conservaci¨®n, autogeneraci¨®n y sustituciones del petr¨®leo), ha de tenerse en cuenta que en la estructura de precios que se puso en vigor a principios de julio el del fuel-oil ha quedado un poco bajo, precisamente porque la industria tiene una capacidad de reacci¨®n no demasiado r¨¢pida y tiene que prepararse para precios de fuel-oil m¨¢s altos, que deber¨¢n ser fijados en un futuro m¨¢s o menos inmediato. El industrial es consciente de que el actual escalonamiento le facilita la reconversi¨®n, pero debe ir hacia la adecuaci¨®n de sus formas de consumo energ¨¦tico cuanta m¨¢s r¨¢pidamente mejor.

P. ?Garantiza la nueva estructura de precios el fin del fraude que supon¨ªa quemar gas¨®leos primados- en lugar de fuel-oil?

R. Efectivamente, los nuevos precios de ambos combustibles dificultan en mayor medida estas sustituciones indeseables. Hay que tener en cuenta que el fuel-oil es un producto hasta cierto punto excelente en el mercado. En los ¨²ltimos meses, cuando los precios spot se han disparado en todos los merca dos internacionales, el incremento de los del fuel-oil ha sido mucho menos espectacular que el registrado por las gasolinas y los gas¨®leos; esto se debe simplemente a que los productos ligeros son m¨¢s escasos porque hay relativamente menos capacidad de producci¨®n a nivel mundial de derivados ligeros que de pesados. De ah¨ª tambi¨¦n la conveniencia de ir hacia inversiones, en instalaciones de craking, por las que se consiga modificar el proceso productivo y aumentar el porcentaje de obtenci¨®n de productos ligeros en las refiner¨ªas, a costa de reducir los pesados.

P. Siempre se habla de ahorro dom¨¦stico, pero lo cierto es que el m¨¢s importante es el que pueda lograrse a partir de lo que haga la industria. De ello nadie habla.

R. Evidentemente, el potencial de ahorro m¨¢s importante es el que pueda obtenerse a partir de una restricci¨®n de consumos en la industria y los transportes.El ahorro dom¨¦stico representa poco en el conjunto del consumo nacional de energ¨ªa.

P. Vamos, si le parece, a los sectores en tos que parece que se puede actuar a corto plazo; por ejemplo, el transporte.

R. Desde un punto de vista energ¨¦tico, no cabe duda que convendr¨ªa mejorar la calidad de los servicios de transporte colectivo. Desde el ferrocarril a los transportes urbanos y de cercan¨ªas. Este es un tema que requerir¨¢ un gran esfuerzo inversor, pero cuya rentabilidad social es obvia. Habr¨¢ que racionalizar y perfeccionar sensiblemente la calidad de los servicios (el ejemplo del carril bus es un ¨¦xito apreciable).

P. En el transporte de mercanc¨ªas, por ejemplo, la participaci¨®n de la carretera es excesiva, en detrimento del ferrocarril.

R. Por supuesto. Cre¨® que el ferrocarril es un medio de transporte id¨®neo cuya imagen conviene mejorar m¨¢s y m¨¢s, y que por supuesto comporta unos consumos energ¨¦ticos muy inferiores a los de otras modalidades, tanto en transporte de mercanc¨ªas como de viajeros. Actualmente existe un importante desfase de volumen de viajeros desde el ferrocarril al avi¨®n, en buena medida porque mucha gente ni siquiera considera al tren en sus desplazamientos. Efectivamente, en el transporte de mercanc¨ªas no se emplea adecuadamente el ferrocarril y tampoco el transporte mar¨ªtimo de cabotaje, quiz¨¢ porque este ¨²ltimo sistema es complejo, los enlaces de carga y descarga tambi¨¦n y las tarifas portuarias son altas y encarecen excesivamente el transporte. El Ministerio de Transportes est¨¢ ya trabajando en ello adecuadamente, buscando soluciones para mejorar todo el esquema en su conjunto.

P. El tema capital de todo el planteamiento de la crisis energ¨¦tica es, en definitiva, lo que haga la industria. Por ejemplo, ?interesa seguir siendo el principal exportador mundial de cemento, cuyo componente energ¨¦tico es tan alto?

R. En ¨¦ste y otros sectores de la actividad lo primero que hay que tener en cuenta es que lo m¨¢s caro es no utilizar la capacidad ya construida. La capacidad hay que utilizarla, aunque la producci¨®n lleve un gran componente energ¨¦tico, porque la inversi¨®n est¨¢ hecha y no existe otra f¨®rmula mejor. Lo que plantear¨ªa es hacia qu¨¦ campos hay que dirigir el desarrollo futuro de la industria del pa¨ªs. ?Ser¨ªa aconsejable incrementar ahora la capacidad de producir cemento? Si ese cemento que se exporta cubre en sus precios los costes de la energ¨ªa que utiliza, a los precios internacionales de mercado, entonces ese potencial que han creado los fabricantes de cemento debe seguir y, si es posible, incrementarse. Pero si esa exportaci¨®n se est¨¢ efectuando a trav¨¦s de una subvenci¨®n encubierta, abaratando para la industria los costes reales de la energ¨ªa, entonces creo que no, que no habr¨ªa que des arrollar esa industria ni ninguna otra que se encuentre en el mismo caso. Hay sectores industriales que, como el cementero, el el¨¦ctrico y alg¨²n otro, no tienen otra alternativa que ir hacia la reconversi¨®n de sus instalaciones productivas existentes, yendo hacia el uso de combustibles no petrol¨ªferos y en particular hacia el carb¨®n. Si estos sectores no reaccionan espont¨¢neamente, habr¨¢ que ir a medidas de ordenaci¨®n. El nuevo precio del fuel-oil y sus previsibles aumentos ya no permiten. ir simplemente a repercutir. en los precios finales los incrementos, sino que obligan a buscar nuevas fuentes de energ¨ªa, m¨¢s baratas y asequibles que los derivados del petr¨®leo.

P. ?No cree que existe en el fondo un gran escepticismo en torno al ahorro de energ¨ªa?

R. Creo que el escepticismo viene de que tendemos a despreciar la parte de energ¨ªa que podemos ahorrar por entender que se trata de cantidades peque?as en cada componente del consumo. Lo que se olvida es que la suma de todas esas peque?as cantidades s¨ª puede dar como resultado un porcentaje importante de ahorro en, el consumo de energ¨ªa. Precisamente esa es la norma de actuaci¨®n de los pa¨ªses occidentales y la que acaba de dictarla CEE.

P. Sobre lo que se duda es sobre la voluntad. ?Por qu¨¦ se ha tardado tanto? ?No ha habido voluntad? ?No hay t¨¦cnicos? ?Qu¨¦ ha pasado?

R. Hay que reconocer que el tema energ¨¦tico es ahora cuando se est¨¢ abordando seriamente y de forma global. Al mismo tiempo, en este asunto ha habido una falta de informaci¨®n casi total, tanto de la situaci¨®n real como de lo que se estaba haciendo. Hay casos, por ejemplo, de programas de conservaci¨®n de la energ¨ªa desarrollados por empresas p¨²blicas y privadas que conozco y que son espectaculares. Pero no se han divulgado suficientemente a trav¨¦s del Centro de Estudios de la Energ¨ªa, tanto en lo que se refiere a la opini¨®n p¨²blica como a otras empresas del mismo sector. Ah¨ª se ha realizado un esfuerzo que no se ha dado a conocer.

'Tenemos un ambicioso programa de energ¨ªa solar'

P. Vayamos, si le parece, a temas concretos: energ¨ªa solar.

R. Tenemos uno de los programas m¨¢s ambiciosos en la materia. Por un lado, tenemos las investigaciones en el campo de los paneles planos, destinados a calentar agua a temperaturas para usos dom¨¦sticos o en determinadas industrias. Se ha hecho un programa de desarrollo de un panel muy perfeccionado, en cooperaci¨®n con el INI. Ya se han encargado las primeras series, de hasta mil paneles, para empezar su instalaci¨®n. Hay apoyos importantes,a todas las empresas que se han dirigido al Centro de Estudios en demanda de informaci¨®n. Se les ha elaborado un estudio de dise?o b¨¢sico para instalaci¨®n y aprovechamiento de energ¨ªa solar, adecuado a su producci¨®n, estudiando incluso la rentabilidad en cada caso. Tambi¨¦n se han efectuado labores de demostraci¨®n en bastantes unidades que ya est¨¢n en servicio. Se ha facilitado el ensayo, tanto mec¨¢nico como t¨¦rmico, de todos los modelos de panel que se fabrican en Espa?a, que sen algo as¨ª como veinte. Se ha facilitado la homologaci¨®n y losensayos, tanto en el INTA como en CASA. Queremos dar car¨¢cter de sector preferente a la construcci¨®n de paneles solares. Y, por otra parte, en el campo de los concentradores parab¨®licos, que permiten ya la producci¨®n de vapor, se est¨¢ siguiendo, aunque con mayor retraso, el mismo camino. Hay ya una instalaci¨®n en marcha para desalinizaci¨®n de agua de mar en Canarias y otras dos para otro tipo de industrias. Finalmente, en el tema de generaci¨®n el¨¦ctrica existe un proyecto de 1 mw. y otros dos de 1/2 mw., en cooperaci¨®n con la Agencia Internacional de la Energ¨ªa. Tambi¨¦n se est¨¢ definiendo, cara a 1980, un programa de aplicaci¨®n en el campo fotovoltaico, en colaboraci¨®n con el profesor Luque. Dedicamos actualmente al tema solar un presupuesto equiparable al que se dedica a investigaci¨®n nuclear.

P. Aparte de ¨¦stos, ?qu¨¦ otros proyectos se realizan?

R. Se est¨¢ trabajando, sobre todo, en dos campos. Uno es el aprovechamiento de los residuos urbanos, en el que queremos construir dos estaciones de demostraci¨®n, cuyo dise?o y ubicaci¨®n est¨¢n por decidir. Tambi¨¦n vamos a desarrollar investigaciones en el campo de la biomasa y en la energ¨ªa e¨®lica hemos concertado con el INTA y CASA la construcci¨®n de una m¨¢quina e¨®lica para instalarla en Tarifa.

P. ?Qu¨¦ piensa la Administraci¨®n de los inventos que diariamente surgen, como, por ejemplo, la sustituci¨®n de petr¨®leo por alcoholes?

R. Esa sustituci¨®n se est¨¢ introduciendo en algunos sitios, m¨¢s por colocaci¨®n de excedentes agr¨ªcolas que por problemas estrictamente energ¨¦ticos. Por ese camino no creo que a este pa¨ªs le venga la soluci¨®n; primero, por razones de coste, y luego, porque no nos distinguimos precisamente por un elevado nivel de excedentes agr¨ªcolas. Sin despreciar este campo, creo que el futuro vendr¨¢ con un orden l¨®gico: energ¨ªa solar, aprovechamiento de residuos, energ¨ªa e¨®lica, etc¨¦tera.

P. Hablemos del carb¨®n.

R. Nuestra producci¨®n anual est¨¢ pr¨®xima a los veinte millones de toneladas. Lo que se ha previsto en el PEN es duplicarla a partir de, explotaciones de lignitos, incrementando tambi¨¦n la producci¨®n de hullas y antracitas en los yacimientos ya conocidos. Este objetivo parece realista. Se hizo un inventario completo de los recursos, del que se deducen unas reservas explotables del orden de los setecientos millones de toneladas, aparte de las adicionales que puedan confirmarse. Sucede, efectivamente, que hay yacimientos poco conocidos. En ese sentido se ha formulado un presupuesto para que el Estado desarrolle von los empresarios la investigaci¨®n para conocer mejor las cuencas. Hay In compa?¨ªas p¨²blicas y privadas que est¨¢n invirtiendo en la b¨²squeda de nuevos yacimientos y que, sin duda, tendr¨¢n resultados. Por ejemplo, el tema de Granada, que se explotaba hasta hace poco para obtener tierra vegetal y que permitir¨¢, probablemente, instalar una central de trescientos megavatios a base de los lignitos y turbas reconocidos en Arenas del Rey y Padul.

'En el PEN se ha querido ver m¨¢s de lo que en s¨ª representa'

P. Habr¨ªa que hablar del Plan Energ¨¦tico Nacional.

R. El Plan tiene, en principio, dos aspectos esenciales. Primero, la parte en la que se pretende evaluar las necesidades de consumo y aprovisionamiento del pa¨ªs en los pr¨®ximos a?os. Esta parte es absolutamente controvertida, porque no s¨®lo se trata de establecer las tendencias del consumo de los pr¨®ximos a?os, sino tambi¨¦n de cuantificarlo. Por otra parte, en el PEN algunos sectores han deseado plantear preferentemente determinadas cuestiones institucionales, minusvalorando otros aspectos de aut¨¦ntica pol¨ªtica energ¨¦tica, como puedan ser la conservaci¨®n de la energ¨ªa, un mayor apoyo a las energ¨ªas propias, -temas tecnol¨®gicos, el nuclear y otros. Se ha ido m¨¢s al aspecto institucional: si hab¨ªa que crear o no un ente petrol¨ªfero para agrupar no s¨¦ qu¨¦ o no s¨¦ cu¨¢ntos; si hab¨ªa que nacionalizar o no la red el¨¦ctrica... Es decir, la atenci¨®n se desvi¨® con facilidad hacia una ordenaci¨®n sectorial, de contenido b¨¢sicamente pol¨ªtico, que tuvo mucho que ver con la filosof¨ªa de la pol¨ªtica que cada uno de los grupos parlamentarios quisiera aplicar. Creo que, desde luego, esto no es lo importante en la formulaci¨®n de un plan energ¨¦tico. Si tomamos como ejemplo lo que sucede en otros pa¨ªses pol¨ªtica, social y econ¨®micamente desarrollados, la definici¨®n de sus directrices energ¨¦ticas no plantea ning¨²n cambio radical de modelo o de dise?o en la pol¨ªtica econ¨®mica general. Se trata simplemente de fijar una serie de principios a los que deba ajustarse la pol¨ªtica energ¨¦tica a la vista de la realidad de una importante crisis del petr¨®leo. Creo que el Plan ha resultado m¨¢s pol¨¦mico porque se ha querido ver en ¨¦l m¨¢s de lo que representa en s¨ª y porque determinados grupos han polarizado los aspectos pol¨ªticos. En cuanto al retraso, no cabe duda que otros acontecimientos prioritarios, la propia celebraci¨®n de elecciones, pospusieron reiteradamente la discusi¨®n. Algo que no deseaba nadie. Aprobado ya por el Parlamento, nuestra tarea es ahora la de trabajar a fondo para ponerlo en marcha lo m¨¢s r¨¢pidamente posible y construir s¨®lidamente el futuro de nuestro pa¨ªs en este aspecto tan esencial.

P. Pero todo ese conjunto de actuaciones para ordenar el sector energ¨¦tico, ?no habr¨ªa que emprenderlas tambi¨¦n de inmediato?

R . Efectivamente, para con seguir los objetivos que se han aprobado por el Plan Energ¨¦tico Nacional resulta conveniente afrontar una serie de ordenaciones institucionales, y esta necesidad se aprecia en pr¨¢cticamente todos los subsectores. Quiz¨¢s en el ¨¢rea petrol¨ªfera es donde la ordenaci¨®n resulta m¨¢s compleja, ya que se precisa establecer un marco adecuado para el futuro, para todas las actividades de investigaci¨®n, transporte, refino, distribuci¨®n, etc¨¦tera. Resulta necesario ordenar las distintas participaciones del sector p¨²blico y definir el futuro papel del sector privado sobre el principio de que todas las empresas pueden evolucionar hacia una integraci¨®n vertical de sus actividades, previendo al mismo tiempo la evoluci¨®n futura del monopolio de petr¨®leos de cara a nuestra integraci¨®n en el Mercado Com¨²n. Naturalmente, este proceso evolutivo ha de dirigirse con prudencia necesaria para no poner en riesgo ninguna de las piezas de nuestro engranaje de suministro. Por lo que se refiere a los pasos previos para la mejor ordenaci¨®n de participaciones p¨²blicas en el sector, ya hace alg¨²n tiempo se han iniciado una serie de actuaciones coordinadas en el ¨¢rea del refino, y se seguir¨¢ por este camino hasta conseguir unos criterios de gesti¨®n comunes que permitan, en su momento, perfeccionar el esquema de futuro.

P. En el tema el¨¦ctrico, el caballo de batalla ha sido la nacionalizaci¨®n de la red de alta.

R. La nacionalizaci¨®n de la red de alta no resuelve problemas y s¨ª los crear¨ªa. En esencia, es un planteamiento en apariencia absurdo y que esconde un trasfondo que mejor ser¨ªa plantearlo con toda claridad. En los distintos pa¨ªses se pueden encontrar ejemplos muy claros en los que el sistema el¨¦ctrico funciona perfectamente bien, tanto en r¨¦gimen privado como mixto o nacionalizado. En nuestro caso se ha optado por el mantenimiento de una situaci¨®n mixta de coexistencia de empresas p¨²blicas y privadas, y el esfuerzo hemos de dirigirlo hacia un perfeccionamiento de los mecanismos de gesti¨®n del sistema y de la supervisi¨®n de dicha gesti¨®n. En este sentido, es ya conocida la f¨®rmula aprobada por el Par lamento para que se constituya una asociaci¨®n por las empresas el¨¦ctricas, insisto, p¨²blicas y privadas, con facultad para instruir a las dis tintas empresas respecto a la utilizaci¨®n en cada momento m¨¢s con veniente de los distintos medios de generacion. La actuaci¨®n de esta entidad estar¨¢ intervenida por un delegado del Gobierno al que se, le ha otorgado derecho de veto respecto. a cualquier acuerdo, que pudiera eventualmente, tomarse, que se entienda lesivo para los intereses p¨²blicos. Esta es la f¨®rmula apobada mayoritaria mente por el Congreso de los Diputados y cuya instrumentaci¨®n habremos de establecer de la forma m¨¢s pr¨¢ctica. En todo caso, se parte de una situaci¨®n en la que el sistema de generaci¨®n el¨¦ctrica opera con un grado de optimizaci¨®n razonable y, por ello, el perfeccionamiento no habr¨¢ de plantear mayores problemas.

'En materia energ¨¦tica se requiere un importante esfuerzo inversor '

P. Pero al parecer existen numerosas quejas sobre el actual funcionamiento del RECA.

R. Bueno, lo cierto es que, por circunstancias o intereses estra t¨¦gicos, como ha ocurrido re cientemente, se puede ordenar la parada de una determinada insta laci¨®n de una empresa que produ ce electricidad a trav¨¦s de fuel-oil y que se ponga en marcha otra que funciona con gas natural. Una de cisi¨®n de este tipo siempre choca con los intereses y las conveniencias de una determinada empresa que, por ejemplo en un caso como el se?alado, d ebe parar su instalaci¨®n y adem¨¢s comprar la energ¨ªa a otras para garantizar sus niveles de suministro. Evidentemente, cada empresa del sector defiende sus intereses y puntos de vista, y ello no crea ning¨²n problema, ya que, en definitiva, las consignas dictadas por la Direcci¨®n General de la Energ¨ªa se cumplen sin discusi¨®n.

P. Bien, pero lo cierto es que parece que hay algunas compa?¨ªas que se quejan siempre y otras que nunca protestan. Da la impresi¨®n de que a unas les va mejor y a otras peor. Es decir, que no hay equilibrio.

R. No s¨¦ a qu¨¦ se refiere concretamente. Entiendo que en este p¨¢is se queja todo el mundo siempre. Yo mantengo que el sistema est¨¢ optimizado y que, ciertamente, es perfectible, para lo que considero positivo el nuevo marco definido en el PEN. Ahora insisto tambi¨¦n en que el que diga que no est¨¢ optimizado lo demuestre. Creo que no se pueden tolerar tantas manifestaciones generalizadas, como si en es te pa¨ªs todo y todos fueran deshonestos.

P. ?Qu¨¦ factores pueden se?alarse a favor y en contra de la nacionalizaci¨®n de las centrales nucleares?

R. Tampoco en este campo existen razones objetivas en favor o en contra de la nacionalizaci¨®n de las centrales nucleares; en este aspecto, como en el conjunto, nos movemos y, cumpliendo las resoluciones aprobadas por la mayor¨ªa parlamentaria, nos moveremos dentro de un r¨¦gimen mixto de empresa p¨²blica y privada. En todo caso, es importante recalcar que el Congreso de los Diputados ha estimado la energ¨ªa nuclear como una fuente imprescindible para nuestro abastecimiento en las pr¨®ximas d¨¦cadas y necesaria para nuestro crecimiento econ¨®mico, y ha establecido el criterio firme de extremar las condiciones de seguridad en la utilizaci¨®n de esta forma de energ¨ªa. De ah¨ª viene la futura constituci¨®n del Consejo de Seguridad Nuclear, organismo al que se le otorgan facultades de informe vinculante en lo que se refiere a las nuevas autorizaciones de instalaciones, teniendo a su cargo el control de la seguridad de las instalaciones nucleares y radiactivas. La independencia que se le otorga a este organismo dif¨ªcilmente se encuentra en ning¨²n pa¨ªs del mundo, de entre los que desarrollan programas nucleares. En lo que se refiere a la pol¨¦mica planteada en su pregunta, con frecuencia se olvida que la tutela de la seguridad de las personas no puede delegarse en ninguna empresa, ni publica ni privada; esta cuesti¨®n deber¨ªa quedar bien clara de una vez por todas.

P. Pero lo que decida a fin de cuentas el car¨¢cter p¨²blico o privado de las centrales nucleares ser¨¢ la capacidad del sector el¨¦ctrico de financiar tan cuantiosas inversiones. R. Esta es una cuesti¨®n aparte. Evidentemente, el desarrollo de la pol¨ªtica en erg¨¦tica requerir¨¢, durante los pr¨®ximos a?os, un esfuerzo inversor importante, ya que, en definitiva, la inversi¨®n que requie re una central nuclear es mucho m¨¢s importante por unidad de potencia que una central de fuel-oil, y, adem¨¢s, el tama?o de las unidades nucleares es superior al que se construye para otros combustibles. Naturalmente, durante la vida de la instalaci¨®n se disminuyen los costes de explotaci¨®n por consumo de combustible y, con seguridad, el kw/h producido resultar¨¢ a menor coste. Este esfuerzo inversor plantea los correspondientes problemas de financiaci¨®n, que s¨®lo ser¨¢n abordables para empresas el¨¦ctricas de un cierto tama?o, y esta es la causa de que estemos asistiendo a una cesi¨®n de participaciones minoritarias en grupos nucleares de empresas de peque?a dimensi¨®n, en favor de las grandes compa?¨ªas. Evidentemente, ser¨¢ preciso analizar los esquemas de financiaci¨®n del programa nuclear, que en ning¨²n momento debe quedar ralentizado por esta causa, siempre que las necesidades globales sean compatibles con la situaci¨®n econ¨®mica general. Este es el desaf¨ªo que tienen los empresarios y que posiblemente puede condicionar la futura relaci¨®n de participaci¨®n sector p¨²blico/sector privado del conjunto de empresas que operan en el campo el¨¦ctrico. En definitiva, el sector p¨²blico participa ya hoy en las centrales de Asc¨®, la de Vandell¨®s existente y la futura, e indirectamente como importante accionista de Uni¨®n El¨¦ctrica en las de Almaraz, en la futura de Trillo, etc¨¦tera, de forma que aun su participaci¨®n actual no es despreciable.

P. Pero dado el importante retraso que lleva el programa nuclear y el riesgo de que en un a?o de escasa pluviosidad nos quedemos sin luz y haya que volver a las restricciones, ?no aconsejan que el Estado tome la iniciativa y acelere la construcci¨®n de centrales nucleares?

R. Hasta la fecha no se ha producido ning¨²n retraso en la construcci¨®n de las centrales que hubiera de ser corregido por la iniciativa p¨²blica. Los retrasos son imputables a entregas de materia les o demoras en la construcci¨®n. El consumo el¨¦ctrico contin¨²a creciendo a un ritmo relativamente fuerte y ello es una raz¨®n m¨¢s para acelerar la construcci¨®n de centrales de carb¨®n, que adem¨¢s de utilizar una energ¨ªa propia tienen un plazo de construcci¨®n, m¨¢s corto y, a¨²n mas , complementar este pro grarna con algunas unidades dise?adas para operar con carb¨®n importado. Estas construcciones permiten flexibilizar el sistema de generaci¨®n y ajustar mejor la ca pacidad a la evoluci¨®n real de la demanda. En definitiva, insisto, se cuenta ahora con unas l¨ªneas directrices aprobadas mayoritariamente por el Congreso y por tanto comienza ahora nuestro trabajo y el establecimiento de un sistema energ¨¦tico mejor, que ha de ser m¨¢s transparente, m¨¢s participativo y menos vulnerable a los suministros exteriores.