Las cosas de Paula salvaron la tarde
Rafael de Pa¨²la, con sus cosas, salv¨® la tarde. Paquirri y Angel Teruel no dieron un s¨®lo muletazo que quede en el recuerdo y adem¨¢s estuvieron palizas. Paula no, y esto ya es digno de encomio. El primer toro no le gust¨® al gitano, ¨¦l sabr¨¢ por qu¨¦, y se inhibi¨¦ por completo. La bronca que se arm¨® fue ¨¦pica, con lluvia de botes incluida. Aqu¨ª, en este toro, no hubo lugar para el aburrimiento. Cuando Paquirri y Teruel ?trabajaban? con los suyos, del sopor s¨®lo nos libraba la banda de m¨²sica con su ?chunda chunda?.El primer toro de M¨¦ndez, serio y bien armado, pero sin malas intenciones, s¨®lo era manso. Paula lo hizo asesinar en varas: hasta seis veces lo picaron con sa?a tremenda. Luego, en medio de una bronca fenomenal, con el toro semimuerto, dio unos pases por la cara sin ninguna confianza, y sainete para matar. El cuarto, aparte de manso, embest¨ªa con la cara alta. Rafael de Paula lo recibi¨® con unas ver¨®nicas en tablas, dos de las cuales tuvieron temple. Pero las m¨¢s fueron embarulladas por el exceso de codilleo del torero. Con la muleta realiz¨® Paula lo mejor de la tarde. Unos derechazos en el centro del anillo, con la mano muy baja, temple y figura erguida. Y ah¨ª se acab¨® todo; el toro segu¨ªa con la cara arriba y Paula no acertaba a pulirle el defecto. Tras un macheteo entr¨® a matar y de nuevo la pasi¨®n en los tendidos. Unos le abroncaban con furia y otros aplaud¨ªan con igual calor.
Plaza de Alcal¨¢ de Henares
Segunda corrida de feria. Toros de Antonio M¨¦ndez: bien presentados, tocados de pitones, mansos, nobles. El tercero fue devuelto por burriciego. El sobrero, de hermanos Garc¨ªa Mart¨ªn, mansote y noble. Rafael de Paula: cinco pinchazos a paso de banderillas y media estocada trasera, ca¨ªda y atravesada (gran bronca). Estocada delantera (m¨¢s pitos que palmas). Paquirri: estocada trasera y tendida, rueda de peones y tres descabellos (oreja). Dos pinchazos y estocada (palmas y saludos). Angel Teruel: bajonazo (oreja). Media estocada ca¨ªda (palmas).
Con Paquirri y Angel Teruel no hab¨ªa lugar para la pasi¨®n. Con ellos hubo consenso: estos s¨ª que son honraos y quieren ?trabajar?.
As¨ª, Paquirri estuvo vistoso y deportivo en sus largas cambiadas de rodillas, ver¨®nicas veloces, medias ver¨®nicas y revolera. Todo ello al recibir al toro. Luego en el quite dio unos regates parecidos a las chicuelinas, en aquello de que giraba con el capote a la espalda. Puso Paquirri tres pares de banderillas malos, salvo el tercero, en el que reuni¨® bien y clav¨® arriba. Faena larga, templada sobre la mano izquierda, por debajo de la calidad del toro, que era muy noble. Derechazos horrorosos, que casi siempre convert¨ªa en circular. Y como aquello no causaba eco en los tendidos, la emprendi¨® a rodillazos y a molinetes, lo cual fue muy celebrado. El quinto fue un toro soso, que renqueaba de los cuartos traseros y embest¨ªa como un borreguito. Paquirri se puso a su altura y le realiz¨® una faena tan sosa como pesada. En un momento, la m¨²sica comenz¨® a tocar, lo que fue muy festejado, pues la cosa iba de siesta. Bien, pues Paquirri no estaba para m¨²sicas y mand¨® parar a la banda. Y continu¨® imp¨¢vido y trist¨®n arreando derechazos.
Angel Teruel super¨® a Paquirri en tiempo en la cara del toro. Sus faenas inacabables y mon¨®tonas no tuvieron el menor atisbo de calidad. Perfilero, con la muleta retrasada, el pico por delante y la mano alta. Casi todos los pases salieron enganchados. Y lo peor, sus pausas y paseos. Pero tuvo un detalle que hay que elogiar en justicia: ayer Teruel no baderille¨® a ninguno de sus dos toros.
Babelia
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