Directivos de la mina de San Fins, retenidos por trabajadores encerrados
Once trabajadores de la mina de San Fins, en las proximidades de Noya (La Coru?a), mantienen retenidos al facultativo director de la explotaci¨®n y a un ayudante, en el fondo de un pozo de 180 metros de profundidad, desde las diez horas del lunes. Tratan de presionar con ello al empresario Gabriel P¨¦rez, que reiteradamente se ha negado a negociar aumentos salariales y determinadas condiciones de seguridad e higiene.Este complejo minero (esta?o y wolframio) es conocido por sus duras condiciones laborales. En los ¨²ltimos meses, los mineros trataron de negociar un convenio que les reconociera determinadas mejoras, ya que cobran el sueldo m¨ªnimo de 640 pesetas diarias, sin categor¨ªas ni diferencias en las condiciones de trabajo. La mina presenta, adem¨¢s, deficiencias de seguridad e higiene, como son la carencia de duchas y lavabos adecuados y de escalera de seguridad en el ¨²nico pozo que permanece abierto al exterior.
La empresa no facilita ropas ni calzado adecuados, y ha sido investigada varias veces por presunto tr¨¢fico ilegal de mano de obra practicado con trabajadores clandestinos tra¨ªdos de Portugal y con menores de edad. EL PA?S obtuvo el testimonio de una joven que durante meses cobr¨® 9.000 pesetas mensuales hasta hace pocas semanas, en que alcanz¨® la mayor¨ªa de edad.
Durante el mes de julio, los obreros hicieron tres huelgas, la ¨²ltima de quince d¨ªas de duraci¨®n, sin conseguir que el patr¨®n se sentase a la mesa de negociaci¨®n. Solicitan, entre otras cosas, que sus actuales salarios, de 19.200 pesetas, pasen a ser de 35.000 para los trabajadores del exterior de la mina y de 45.000 para los del interior. Argumentan que la explotaci¨®n de la mina es mucho m¨¢s que rentable y calculan beneficios anuales superiores a los cien millones de pesetas.
?Cansados de pasar hambre y de aguantar que el patr¨®n se burlara de nosotros?, declar¨® a EL PA?S el barrenista Manuel Bugallo, ?tuvimos que recurrir a estas medidas de presi¨®n, que no dese¨¢bamos, pero que son necesarias para que se nos haga caso?. Celestino Gonz¨¢lez, el director de l¨¢mina, que permanece encerrado en el pozo Novo, es considerado por todos los trabajadores como uno de los responsables de las condiciones laborales de la explotaci¨®n. Entre los 55 obreros de la mina hay varias mujeres y nueve portugueses.
Por orden del gobernador civil de La Coru?a, Pedro G¨®mez Aguerre, la Guardia Civil prohibi¨® todo suministro de alimentos a los encerrados desde las diecis¨¦is horas del lunes hasta las 17.30 de ayer. Portavoces de CCOO, la central que tiene la mayor¨ªa de afiliaci¨®n en la mina, calificaron esta medida como de ?clara arbitrariedad y peligroso acto de falta de consideraci¨®n humana para los afectados?, entre los que hay incluso un obrero sometido a tratamiento m¨¦dico. La Guardia Civil tampoco permiti¨® el acceso de los asesores de esta central al punto donde permanecen concentrados los restantes trabajadores y sus familiares.
El caso reviste id¨¦nticas caracter¨ªsticas al registrado hace, algunos meses en la mina asturiana de Figaredo, en las cercan¨ªas de Mieres. A ¨²ltima hora de la tarde de ayer renacieron algunas esperanzas de soluci¨®n, al existir la promesa formal de la empresa de comenzar la negociaci¨®n si previamente los trabajadores abandonan el encierro.
El mec¨¢nico encargado del ¨²nico ascensor que da acceso a las galer¨ªas sufri¨®, delante del reportero de EL PA?S, una ataque de epilepsia que dur¨® m¨¢s de diez minutos. ?Imag¨ªnese?, comentaron sus compa?eros, ?si una cosa as¨ª ocurre cuando est¨¢ operando a solas el ascensor, como sucede diariamente?. El ¨²nico representante de la empresa que estuvo presente a lo largo del d¨ªa de ayer (un auxiliar, carente de capacidad de decisi¨®n) contest¨® acerca de este incidente que ?nadie de la casa conoc¨ªa hasta ahora que este obrero sufriera tal enfermedad?.
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