Los ni?os prefieren los juguetes que ellos hacen
Todos los ni?os del mundo juegan a lo mismo, aunque lo hagan en distintos idiomas y con diferentes instrumentos. Esta significaci¨®n del juego como supralenguaje universal se revela en todo su alcance en la exposici¨®n de m¨¢s de 2.000 juegos y juguetes, procedentes de 56 pa¨ªses, que se ofrece estos d¨ªas en el palacio de Vel¨¢zquez del Retiro. Organizada por la Unesco con motivo de la celebraci¨®n del A?o Internacional del Ni?o, dicha muestra estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el pr¨®ximo d¨ªa 21. Despu¨¦s se trasladar¨¢ a la Fundaci¨®n Joan Mir¨®, de Barcelona, y a continuaci¨®n visitar¨¢ otras ciudades espa?olas todav¨ªa por designar. Sobre ella escribe Bel Carrasco.
Fabricarse los propios juguetes es ya una forma de jugar. Hazlos t¨² mismo: construye tus juguetes. Inventa colores, formas, descubre nuevos materiales... Tal es la consigna y ense?anza fundamental de la exposici¨®n de la Unesco, dirigida tanto a los ni?os como a sus padres y educadores, con el fin de potenciar la creatividad infantil, de que el ni?o aprenda a valorar lo que hace con sus manos.As¨ª, la mayor¨ªa de los juguetes que incluye la muestra son obra de muchachos menores de doce a?os, desde un singular modelo de autom¨®vil, dise?ado por alg¨²n ni?o del Tercer Mundo a base de dos latas de conserva, cuatro chapas de coca-cola a modo de ruedas y una cuerda, hasta unos curiosos mu?ecos articulados, hechos por chicos franceses con piezas de pl¨¢stico y alambre.
Cualquier objeto de uso cotidiano, una caja vac¨ªa de cigarrillos o una huevera de cart¨®n, con mucha imaginaci¨®n, un poco de pintura y otros aditamentos, se convierte en un juguete con el que su joven art¨ªfice puede pasarlo tan bien, o mejor, que con cualquiera de los tecnificados ingenios para ni?os que produce la industria japonesa, o la espa?ola, algunos de ellos, por cierto, incluso con efectos peligrosos para su integridad f¨ªsica o su salud.
Pero bastan los materiales naturales para lanzarse al l¨²dico bricolage del juguete infantil. Cartones, telas y lanas, piedra, madera, mimbre o cuerdas son las principales materias primas de los centenares de juguetes que aparecen en la exposici¨®n. Juguetes para producir todo tipo de sonidos, como carracas, discos zumbadores, racimos de cascabeles o flautas de ca?a, juguetes para darle marcha al cuerpo, ejercitar los m¨²sculos y adquirir un control de su movimiento, como zancos, hondas, aros o cuerdas para saltar. Y tambi¨¦n juegos de adiestramiento manual, desde el montaje de artilugios mec¨¢nicos, estilo mekano, a la confecci¨®n de primorosas mu?ecas u otros objetos de artesan¨ªa estrechamehte vinculados a las tradiciones y al folklore de cada pa¨ªs. El teatro de sombras chinescas de Malasia, las m¨¢scaras de Nigeria para las danzas de la muerte, o los mu?ecos de gui?ol son algunas de las piezas donde m¨¢s se reflejan los ingredientes del arte popular.
Una de las atracciones de la exposici¨®n es una casa de mu?ecas de tres pisos y notables dimensiones, construida en madera, por cuyas ventanas de l¨¢mina pl¨¢stica transparente, que se pueden abrir y cerrar, se observan los interiores perfectamente amueblados y decorados. Su autor, un muchacho madrile?o que ha invertido casi un a?o en su realizaci¨®n, ha pensado en todos los detalles. Libros diminutos ocupan los anaqueles de la sala de estar y un peque?o tren de juguete ocupa el suelo de la habitaci¨®n de los ni?os. Un parterre de c¨¦sped y macizos de flores rodean el edificio. ?S¨®lo me falta el coche, porque no he encontrado ninguno del tama?o adecuado para el garaje?, confiesa el constructor de la casa de mu?ecas.
Una especie de bicicleta rupestre, de pintoresco y sencillo trazado, toda ella de madera tallada, es otro de los juguetes artesanales de elaboraci¨®n propia que representa a Espa?a en la exposici¨®n. Tambi¨¦n las piezas de un juego de bolos llamado o, canteiro, t¨ªpico del norte de la provincia de Lugo, cuyos or¨ªgenes se remontan a finales del siglo XI, y que se practica en algunos centros gallegos de Buenos Aires.
?Como todo lo que hacen, por ser el A?o Internacional del Ni?o, esto no es para los ni?os, sino para las personas que se interesan por ellos?, comentaba una jovencita que hab¨ªa llevado a su hermana peque?a a ver la exposici¨®n. ?A los ni?os lo que les gusta es poder tocar las cosas, jugar con ellas y ver c¨®mo est¨¢n hechas. ?
A la cr¨ªtica de la muchacha visitante se podr¨ªa a?adir las deficiencias del montaje en el aspecto informativo, pues muchos carteles en ingl¨¦s, franc¨¦s e incluso italiano no est¨¢n traducidos al castellano.
No obstante, tanto el recinto donde se ha instalado como la gratuidad de la entrada son dos puntos a favor de la exposici¨®n que, en todo caso, merece verse, aunque seguramente los mayores disfruten m¨¢s que los ni?os a quienes acompa?an.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.