Euforia en Rabat por el apoyo material y moral de Washington
La decisi¨®n del presidente norteamericano, Jimmy Carter, de vender a Marruecos las armas que el pa¨ªs necesita para mejorar su capacidad militar ha causado una cierta euforia en Rabat, en donde se la considera no solamente un apoyo material concreto, sino moral.La prensa marroqu¨ª de la tarde -la noticia no lleg¨® a tiempo para la de la ma?ana- se refiere con grandes titulares a esta actitud, aunque sin mencionar las condiciones a que estar¨¢n sujetos estos suministros, en particular la invitaci¨®n a Marruecos para que inicie r¨¢pidamente negociaciones para una soluci¨®n pac¨ªfica del conflicto.
El diario Maroe-Soir, publicaba ayer tarde un editorial con el t¨ªtulo de ?Armas para la defensa, armas para la agresi¨®n?, en el cual se hac¨ªa un paralelismo entre las ventas de armas americanas a Marruecos y las sovi¨¦ticas a Argelia.
De hecho, la URSS ha seguido atacada en la prensa marroqu¨ª, en particular despu¨¦s de la entrevista celebrada en Mosc¨² entre el responsable de asuntos ideol¨®gicos del PCUS para el exterior, Boris Ponomariov, y el ?patr¨®n? del petr¨®leo argelino, Belaid Abdesalam.
El editorialista del diario Al Maghrib, ¨®rgano de los independientes, encontraba significativo que, por una parte, la URSS haya encomendado el problema del Sahara a un experto en cuestiones ideol¨®gicas, como Ponomariov, y por otra, que en Argelia, despu¨¦s de haber estado largo tiempo en manos de Buteflika, haya pasado a las de Abdesalam, a quien se cree teorizador del ?hegemonismo argelino?.
La prensa local no se refiere para nada a lo que los norteamericanos declaran que es su intenci¨®n al aceptar suministrar armas a Marruecos, colocar al rey Hassan II en una posici¨®n de fuerza que le permita negociar.
Aparentemente, los norteamericanos han querido salir de esta manera del dilema en que se encontraban en Marruecos, en donde ten¨ªan que escoger entre armar al pa¨ªs con las armas sofisticadas que necesita y reforzar la posici¨®n del rey Hassan II y su r¨¦gimen, gan¨¢ndose con ello la hostilidad de la mayor parte de los pa¨ªses africanos, que votaron en la OUA, en Monrovia, por la autodeterminaci¨®n de los saharauis, o abandonar a Marruecos, con el riesgo de serios contratiempos para el r¨¦gimen y la monarqu¨ªa y, lo que es peor, de un reforzamiento de la creencia de determinados pa¨ªses, como Arab¨ªa Saud¨ª, los Emiratos del Golfo y los moderados africanos, de que Estados Unidos no se lanza realmente en socorro de sus aliados estrat¨¦gicos, como ocurri¨® en el caso de Ir¨¢n.
El ministro saud¨ª de Asuntos Exteriores, pr¨ªncipe Seud al Faysal, que entreg¨® ayer un mensaje personal del rey Jaled para Hassan II, ha solicitado, al parecer, un gesto de Rabat, a las demandas norteamericanas de negociaci¨®n, en correspondencia por los esfuerzos que ha desplegado Ryad para obtener la prometida ayuda militar de Washington.
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