El cambio tecnol¨®gico del textil causa b¨¢sica del desempleo en B¨¦jar
B¨¦jar est¨¢ comenzando a sentir los problemas derivados del maquinismo. La industria textil que alberga y da vida a la poblaci¨®n se encuentra en un proceso de modernizaci¨®n y mecanizaci¨®n que est¨¢ inflando el n¨²mero de parados. La instalaci¨®n de m¨¢quinas autom¨¢ticas en las empresas ha supuesto en veinte a?os la reducci¨®n de 810 puestos de trabajo. El ¨ªndice de paro que tiene la comunidad supera con creces la media espa?ola. La producci¨®n, sin embargo, se mantiene en sus cotas m¨¢ximas. Para una poblaci¨®n que no dispone de cultivo agr¨ªcola, y donde la ganader¨ªa no roza el concepto de notable, la diversificaci¨®n de la industria textil y la creaci¨®n de puestos en el sector servicios son las ¨²nicas v¨ªas que se vislumbran capaces de proporcionar trabajo a los 1.050 obreros que est¨¢n en paro.
M¨¢s de un millar de trabajadores empadronados en B¨¦jar est¨¢n en paro. Representan el 30% aproximado de la poblaci¨®n activa.Ayer los espa?oles dec¨ªan aquello de ?vivo como los m¨¢s ricos de B¨¦jar?. Los bejaranos de ayer comentaban que ?en B¨¦jar, el que no es textil es un desconocido?. Hoy, el alcalde de la localidad, Juan Bel¨¦n Cela, socialista, asegura que B¨¦jar ?est¨¢ enfrentada a un problema similar al de los comienzos del maquinismo?.
Piara entender esta poblaci¨®n salmantina, pr¨®xima a Portugal y regada por un r¨ªo llamado Cuerpo de Hombre que -aseguran en aquella tierra- los empresarios de la industria textil catalana envidian por su ¨ªnfimo porcentaje en impurezas, hay que enumerar el proceso que tiene la fabricaci¨®n textil. Desde la recepci¨®n de la lana sucia hasta el ?acabado? el producto pasa por un sorteo, lavado, cardado, peinado, hilado, mezclado el telar, los tintes y los aprestos. Diez fases que son las diez columnas en las que se apoya la vida de las 17.787 personas que integran el actual censo de B¨¦jar.
Balance negativo: un obrero, para cada diez telares autom¨¢ticos
?B¨¦jar sufre el paro del maquinismo?, asegura el alcalde. Los datos oficiales as¨ª lo apuntan. En los ¨²ltimos veinte a?os la m¨¢quina ha reemplazado en las industrias textiles a 1.280 trabajadores. En ese tiempo, los puestos creados por la m¨¢quina fueron 470. Un balance negativo a todas luces. Talleres que empezaron su producci¨®n con el empleo de una abundante mano de obra disponen hoy de maquinaria que suple la presencia humana. Hace ocho a?os, un obrero manejaba un telar para hacer ocho metros de pa?o diarios; hoy, el mismo obrero dispone de diez telares autom¨¢ticos.En B¨¦jar, donde se habla de que cada cuatro a?os se sufre una aguda crisis textil, la tasa de desempleo supera con creces la media nacional. En la localidad hay 4.100 puestos de trabajo, 250 de los cuales los ocupan trabajadores aut¨®nomos. El n¨²mero de obreros que se acogen al seguro de desempleo ronda el medio millar; otros 450 est¨¢n inscritos sin gozar de sus beneficios, y otros cien no tienen cartilla de paro. Total, 1.050 trabajadores que animan la plaza de la Corredera o la plaza Mayor las ma?anas soleadas de B¨¦jar.
?Paro, s¨ª; pero no falta de producci¨®n?
En la plaza Mayor se encuentra el edificio que comparten el Ayuntamiento y el Juzgado de Instrucci¨®n de Primera Instancia. El edificio, reconstruido sobre lo que hace a?os fue la c¨¢rcel de B¨¦jar, dispone en sus s¨®tanos de calabozos que se presume utiliz¨® en su d¨ªa la Inquisici¨®n. Los obreros en paro que se re¨²nen frente a ese edificio por las ma?anas comentan en tono jocoso que ?el Ayuntamiento est¨¢ en la c¨¢rcel, y el Juzgado, en las mazmorras?. B¨¦jar, que fund¨® en 1850, al tiempo que Matar¨®, el primer Montep¨ªo, de Espa?a, se extiende a lo largo de tres kil¨®metros. De su casco antiguo han desaparecido en los ¨²ltimos a?os alrededor de doscientos comercios, fruto de la continua emigraci¨®n que sufre la localidad. Al problema del paro los bejaranos buscan alternativas en Catalunya, Pa¨ªs Vasco o el extranjero.El alcalde de B¨¦jar matiza con vehemencia el paro que sufre la localidad. ?Es cierto que sufrimos una tasa de desempleo grave, pero no es menos cierto que las empresas textiles, los centros de trabajo en definitiva, est¨¢n a tope de producci¨®n. Trabajan a todo gas. Se ha escrito?, a?ade, ?que B¨¦jar est¨¢ en crisis, y eso ha podido retraer la demanda de productos de nuestras f¨¢bricas. Para s¨ª hay, pero no falta de producci¨®n?.
El alcalde recibi¨® a primeros del presente mes una carta del Ministerio de Trabajo en la que se comunicaba la inexistencia de presupuesto para el Fondo Comunitario de B¨¦jar. La primera autoridad local coment¨® entonces la notificaci¨®n a un concejal del Ayuntamiento. ?No hay partidas de empleo comunitario; ?qu¨¦ buena noticia para los bejaranos! ?
?A m¨ª me parece muy bien?, comenta Juan Bel¨¦n Cela, ?que nos muramos..., pero s¨®lo en el caso de que nosotros no contribuy¨¦ramos a engrosar el tesoro p¨²blico?. B¨¦jar aporta a la Seguridad Social. alrededor de mil millones de pesetas anuales, que representan la cuarta parte de los ingresos p¨²blicos de la provincia de Salamanca.
B¨¦jar es la representaci¨®n genuina de la industria textil. Todo lo que all¨ª se produce -excepciones hechas de una f¨¢brica de caramelos y otra de botones- se relaciona con las hilaturas. Merced a la modernizaci¨®n de las f¨¢bricas se hacen a diario 6.000 metros de pa?os.
Cinco compa?eros concejales
La industria textil bejarana est¨¢ configurada como una cadena de diez eslabones -lavado, cardado, hilado...- en la que el fallo de uno repercute de inmediato en el resto. En la actualidad, una empresa, Muson, con 175 puestos de trabajo, est¨¢ al borde del cierre. Trabaja la hilatura de carda. De sus telares salen a diario doscientas piezas que se env¨ªan al tinte. ?Imaginen?, sugiere un trabajador de aquel centro, ?qu¨¦ suceder¨¢ si cierra?. Los da?os no son a¨²n cuantificables.?En B¨¦jar, el que no es textil es un desconocido.? La frase, exagerada, no deja de ser real. Una empresa, Francisco G¨®mez Rodolfo, S. A., tiene en su plantilla cinco concejales socialistas de la actual corporaci¨®n. Con un sentido del humor que no se ha perdido en aquella localidad, se insin¨²a la posibilidad de hacer los plenos municipales -el ayuntamiento lo rigen nueve socialistas, siete centristas y un independiente- ?entre los telares? de aquella industria... ?para evitar gastos de desplazamiento ... ?.
Hay quien asegura que ?aquello es un polvor¨ªn?. Aunque los obreros en paro no han dado hasta la fecha ning¨²n problema de orden ciudadano, preocupa el constante aumento de los parados. ?De momento, no se pueden medir las consecuencias p¨²blicas que esto puede conllevar.? Las peticiones de trabajo que no se pueden satisfacer se api?an por centenares.
?Ya no es cierto que vivamos como los m¨¢s ricos de B¨¦jar.? Pero las condiciones de vida de los bejaranos en activo no son, precisamente, lamentables. Indicio de ello puede ser el parque m¨®vil. En la actualidad asciende a 4.500 veh¨ªculos, lo que significa una relaci¨®n de un turismo por cada tres habitantes.
En B¨¦jar, rodeada de montes inaccesibles al cultivo agr¨ªcola, ?por lo que la realidad del paro est¨¢ m¨¢s acentuada?, no se dispone de parcelas aptas para facilitar una subsistencia m¨ªnima. Descuellan empresas textiles como Francisco G¨®mez Rodolfo, S. A., Palma Mor¨®n Hermanos, S. A., Textil Lizard, Textil Navazo, Manuel Bruno Fraile o Esteban Guti¨¦rrez y Sucesor, S. A. Entre ellas s¨®lo una, Textil Lizard, dispone de la maquinaria adecuada para realizar todo el proceso textil. Ha llevado a cabo una gran inversi¨®n t¨¦cnica y se encuentra en condiciones de competitividad frente a la entrada de Espa?a en el Mercado Com¨²n Europeo.
El reto, sin embargo, es duro. Textil Lizard es el anuncio de lo que puede suceder en B¨¦jar en un corto per¨ªodo de tiempo. Es el ?ejemplo del maquinismo?. Seg¨²n los bejaranos, las empresas seguir¨¢n el mismo camino y podr¨¢n atender la demanda pendiente, pero se restar¨¢n puestos de trabajo.
Hacia los productos acabados
En B¨¦jar se consideran ante esta situaci¨®n actual de paro y su posible agravamiento, dos salidas. La primera, la diversificaci¨®n de las industrias del sector. En los ¨²ltimos veinte a?os, 250 de los 470 puestos de trabajo creados no son propiamente textiles, aunque se encuadren en el sector. Se trata de poner en circulaci¨®n la prenda acabada y no limitarse a lanzar, tan s¨®lo, la materia para que otras industrias la transformen en un producto de consumo directo.La segunda v¨ªa para alejar el paro se cifra en la creaci¨®n de puestos de trabajo en servicio. Todo el mundo, en B¨¦jar, recuerda aquella vieja copla: ?Salamanca, la blanca, qui¨¦n te mantiene, cuatro bejaranitos que van y vienen.? Entre las peticiones que el Ayuntamiento tiene previsto hacer a las m¨¢s altas instancias del Gobierno, figuran la creaci¨®n de un centro sanitario. B¨¦jar dispone hoy de un ambulatorio con diez camas; los casos graves hay que atenderlos en Salamanca, hacia donde se dirigen todos los d¨ªas decenas de pacientes que all¨ª, de paso, realizan sus compras. ?B¨¦jar, dicen, es una escuela de salud. ? Otra posible realizaci¨®n es la instalaci¨®n de un centro de esqu¨ª. Las monta?as que rodean la localidad tienen nieve la mayor parte del a?o.
Hoy, B¨¦jar, aquejada de un paro alto y creciente, sigue siendo el centro de la poca transhumancia que queda en Espa?a y uno de los focos industriales m¨¢s importantes que existen en la zona oeste de la geograf¨ªa peninsular. Sus actuales clientes, en competencia y colaboraci¨®n con el textil catal¨¢n, abarcan desde los grandes almacenes hasta el Ej¨¦rcito, pasando por los pa¨ªses ¨¢rabes, am¨¦n de los tres grandes de la Europa occidental: Francia, Gran Breta?a y Rep¨²blica Federal de Alemania.
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