S¨®lo razones pol¨ªticas pueden retrasar la adhesi¨®n de Espa?a a la CEE m¨¢s all¨¢ de 1981
Desde el punto de vista t¨¦cnico no existen razones, para que las negociaciones para la adhesi¨®n de Espa?a a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) no est¨¦n terminadas en lo fundamental a finales de 1980. S¨®lo razones pol¨ªticas podr¨ªan aconsejar otro calendario m¨¢s dilatado. El ministro espa?ol para las Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo, sostuvo esta opini¨®n en la sesi¨®n negociadora Espa?a-CEE celebrada ayer en Bruselas, la tercera, a nivel ministerial, desde que se iniciaron las conversaciones hispano-comunitarias.
El se?or Calvo Sotelo, consciente de la importancia de los argumentos pol¨ªticos en el seno de la CEE, afirm¨® tambi¨¦n que, si las negociaciones t¨¦cnicas quedan terminadas en 1980, ?un ¨²ltimo esfuerzo permitir¨ªa firmar los tratados de adhesi¨®n en 1981 ?, sin especificar en qu¨¦ mes concreto. Existir¨ªa, pues, un per¨ªodo de doce meses para negociar a nivel pol¨ªtico, tras las elecciones generales en la Rep¨²blica Federal de Alemania y las elecciones presidenciales en Francia.?Comprendemos que el Consejo de Ministros de los nueve no puede comprometerse ahora con fechas exactas?, se?al¨® el ministro espa?ol en una rueda de prensa. ?Nosotros tampoco queremos comprometer a nuestro Gobierno. Nadie es adivino para saber qu¨¦ pasar¨¢ dentro de dos a?os, y muchas cosas pueden cambiar.?
La CEE, sin calendario
El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores del Mercado Com¨²n, que celebr¨® tambi¨¦n ayer una reuni¨®n, no se ha pronunciado todav¨ªa sobre el ritmo que tanto Espa?a como la Comisi¨®n quieren dar a las negociaciones en 1980. El presidente de la Comisi¨®n, el brit¨¢nico Roy Jenkins -que querr¨ªa ver solucionada la adhesi¨®n de Espa?a antes del t¨¦rmino de su mandato, en 1981 -, inform¨® al Consejo sobre la visita a Bruselas del presidente del Gobierno espa?ol, Adolfo Su¨¢rez, y del calendario inicialmente previsto; pero los ministros de los nueve se limitaron a tomar acta y remitir al hipot¨¦tico calendario a sus embajadores permanentes (el COREPER), a fin de que lo estudien.
Por mucho que la Comisi¨®n facilite la rapidez de las negociaciones con Espa?a, entregando en los cuatro primeros meses de 1980 todos los documentos de an¨¢lisis, la decisi¨®n final permanece en el Consejo, que puede paralizar el proceso, reteniendo simplemente dichos documentos. La misi¨®n espa?ola necesita encontrar un equilibrio entre lo que desea la Comisi¨®n y la postura del Consejo, m¨¢s atento a los problemas pol¨ªticos internos que a cada pa¨ªs supone la adhesi¨®n de Espa?a.
Queja espa?ola por la falta de conclusiones
La queja fundamental planteada por la delegaci¨®n espa?ola en la sesi¨®n negociadora, de ayer se centra en la falta de conclusiones por parte de la Comunidad. Hasta el momento se han estudiado diversos documentos sobre uni¨®n aduanera, transportes, CECA, movimiento de capitales, etc¨¦tera; pero, seg¨²n el ministro Calvo Sotelo, ?no se ha realizado ning¨²n esfuerzo de s¨ªntesis o de aproximaci¨®n que permita extraer de los documentos una serie de conclusiones, no por ser provisionales menos ¨²tiles para los objetivos de esta fase negociadora?.
Las conversaciones parecen haberse desarrollado hasta el momento en planos unilaterales, sin llegar a aproximaciones sobre soluciones a medio camino. La delegaci¨®n espa?ola pretende que en el primer semestre de 1980 se realice ?un registro? de las coincidencias y de las discrepancias para poder ir valorando globalmente los efectos de la adhesi¨®n para la econom¨ªa espa?ola. No parece, sin embargo, que la CEE est¨¦ muy interesada en este cat¨¢logo ?temprano?, como tampoco en la exigencia de la delegaci¨®n espa?ola de que se pronuncie ya sobre los per¨ªodos transitorios que, a su juicio deben afectar a cada sector econ¨®mico. La Comunidad s¨®lo se ha pronunciado hasta ahora en el sentido de proponer un ?per¨ªodo? corto en lo que afecta a la industria, pero no respecto a la agricultura, servicios o asuntos sociales.
La delegaci¨®n espa?ola solicit¨® ayer que no se retrase el documento comunitario sobre el sector agr¨ªcola" previsto inicialmente para noviembre pasado y relegado de momento a la segunda quincena del mes de enero. ?Una demora excesiva en el an¨¢lisis de este sector?, explic¨® Leopoldo Calvo Sotelo, ?puede retrasar innecesariamente la negociaci¨®n. Resulta con frecuencia dif¨ªcil pronunciarse claramente sobre otros cap¨ªtulos sin haber realizado antes el de la agricultura.?
En el cap¨ªtulo referido a asuntos sociales existir¨¢ tambi¨¦n, sin duda, disparidad de criterios. La CEE exigir¨¢ un per¨ªodo transitorio largo, dado el n¨²mero de parados que existen en Espa?a (la RFA se mostr¨® muy dura en este sector en las negociaciones de adhesi¨®n de Grecia), mientras que Espa?a, l¨®gicamente, no deber¨ªa aceptar, sobre el papel, restricciones a la salida de mano de obra hacia los nueve. La postura comunitaria se sabr¨¢, seg¨²n las previsiones del momento, en febrero, al igual que el documento sobre la aportaci¨®n espa?ola al presupuesto de la CEE (seg¨²n los estudios realizados por t¨¦cnicos de nuestro pa¨ªs, el balance final ser¨¢ positivo para Espa?a; es decir, recibiremos del Mercado Com¨²n algo m¨¢s de lo que pagaremos, unos 350 millones de unidades de cuenta, siempre que el Gobierno Su¨¢rez sea capaz de poner en marcha programas de pol¨ªtica regional, que la Comunidad sufragar¨ªa en un importante porcentaje).
En la reuni¨®n celebrada ayer, la delegaci¨®n espa?ola present¨® un documento en respuesta al elaborado por la CEE respecto al comercio exterior de Espa?a, y en el que se exig¨ªan grandes modificaciones de la estructura actual. En su respuesta, la delegaci¨®n espa?ola considera que la adhesi¨®n al Mercado Com¨²n no s¨®lo no debe entorpecer sus relaciones comerciales con Am¨¦rica Latina y con Portugal, sino que, por el contrario, debe fortalecerlas. Espa?a se encuentra en una situaci¨®n muy distinta a la que plante¨® Gran Breta?a respecto a pa¨ªses terceros, puesto que el Reino Unido manten¨ªa relaciones institucionales con esos pa¨ªses a trav¨¦s de la Commonwealth, mientras que Espa?a no puede basarse m¨¢s que en acuerdos comerciales bilaterales.
En cuanto al documento sobre movimiento de capitales entregado por la Comunidad a Espa?a, la delegaci¨®n espa?ola afirm¨® que solicitar¨¢ ciertas limitaciones a la exportaci¨®n de capital espa?ol (a fin de evitar, al igual que hizo Grecia, la evasi¨®n pura y simple), as¨ª como para la reserva de ciertos sectores de la econom¨ªa espa?ola al capital comunitario.
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