Empezar con buen humor
Fecho esta carta con el m¨¢s ingenuo y tierno s¨ªmbolo de la nueva d¨¦cada (1-1-1980) por dos razones. Primera, en honor de una nueva vida. Segunda, porque me refiero a la l¨ªnea editorial de fin-comienzo-d¨¦cada de EL PA?S SEMANAL de 30 de diciembre pasado.Cierra el editorial: ?Probablemente, la d¨¦cada de los ochenta va a ser todav¨ªa peor que la de los setenta.? Vaya tambi¨¦n por el augurio. Si se tratase de datos, aunque futuros, podr¨ªa estar de acuerdo. Pero no es un art¨ªculo, es un editorial, y al jugar con los resortes del esp¨ªritu creo que olvida algo esencial: dar paso a la esperanza.
Olvida que por muy malas y espantosas que sean las cosas del mundo y las actitudes de los otros, siempre han de pasar por el tamiz de nuestra capacidad de asimilarlas; a¨²n m¨¢s, quiz¨¢, por nuestra capacidad de hacer.
La muerte nos espera inevitablemente. Pongamos, pues, al mal tiempo buena cara. Este remedio es tan viejo como el mundo. aunque Juan Luis Cebri¨¢n, en su art¨ªculo de 30 de diciembre, no parece estar de acuerdo, al decir: ?El hombre, en busca de una cosmogon¨ªa moderna, conciliadora de su mundo, hu¨¦rfano de respuestas, se acerca as¨ª a las que siempre tuvo? (religiones). ?Acaso no han sido siempre las mismas preguntas?. ?de d¨®nde venimos?. ?qui¨¦nes somos?, ?a d¨®nde vamos? Nunca podremos estar seguros de las respuestas, pero s¨ª de nuestras propias reglas de vida.
Este es un mensaje ingenuo, tierno, infantil, sencillo. Un mensaje de esperanza dirigido a la capacidad de asimilaci¨®n de cada hombre.
Con optimismo, algo ya se tiene adelantado. Luego viene el quehacer concreto al que se refiere el director de EL PA?S en su art¨ªculo: c¨®mo hemos de resolver el problema del ocio, la ense?anza, la familia, etc¨¦tera. ?Y el hambre?
Todos podemos hacer algo. Ante toda, estar de mejor humor, para luego empezar.
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