Caza de brujas
El enfrentamiento de la sociedad con todo aquel que pretende mantenerse al margen de sus h¨¢bitos, moral o creencias ha dado pie siempre a numerosos conflictos, desde persecuciones de jud¨ªos, de las que en Espa?a sabemos algo, hasta discriminaciones cerca y lejos de Europa, a un lado y otro del Atl¨¢ntico.La ira, el resentimiento hacia todo aquel que se siente o proclama diferente, a¨²n vive y medra en el coraz¨®n del hombre, fruto de amarguras cuando no de perpetuas frustraciones. Si esto es as¨ª en sociedades de cultura m¨¢s o menos superior, resulta m¨¢s evidente y agresivo en ambientes rurales reducidos. All¨ª donde la relaci¨®n humana se establece de modo cotidiano y cerrado, donde intereses y odios se enfrentan cada d¨ªa, la avidez por lo ins¨®lito suele unirse a su total rechazo precisamente por lo que encierra de novedad, por esa especie de a?oranza de protagonismo, de lo que nunca conseguimos llegar a ser y que otros lograron por encima de nosotros. Si a?adimos a ello un caldo de cultivo religioso y un motivo inmediato centrado en la cuesti¨®n homosexual, no es dif¨ªcil poner en pie una historia de caza como esta, en la que un grupo de aldeanos persigue a un hombre por la baja Baviera.
Escenas de caza en la baja Baviera
Director: Peter Fleichmann. Gui¨®n de Peter Fleichmann, seg¨²n la obra de Martin Sperr. Fotograf¨ªa: Alain Derobe. M¨²sica: Karl-Heinz Frank. Int¨¦rpretes: Martin Sperr, Angela Winkler, Else Quecke, Michael Strixner. Alemania Occidental. Dram¨¢tico. Local de estreno: Duplex Sala 2
En cuestiones de homosexualismo influye siempre como en toda caza de brujas el miedo a mantenerse al margen y ser tachado de c¨®mplice. Todos aquellos que sienten o temen tal tipo de amenaza tienden a convertirse en verdugos a fin de quedar limpios de cualquier sospecha. Ello puede aplicarse a cualquier tipo r¨¦gimen o estado de cosas en donde el miedo fomente la delaci¨®n, en donde los verdugos acaben por devorarse entre si mismos una vez que la causa inmediata, la v¨ªctima, acaba sacrificada o eliminada para siempre.
Drama y buen sentido del humor
Mart¨ªn Sperr, autor de la obra teatral en la que el filme se basa, no ha aportado excesivas novedades en lo que se refiere al tratamiento. Ambiente, an¨¦cdota, incluso personajes, son habituales en este tipo de dramas. A pesar del trabajo del realizador, pionero en tiempos del nuevo cine alem¨¢n y actualmente dedicado a historias m¨¢s o menos pornogr¨¢ficas, ¨¦sta, fundamental en su carrera, corre el riesgo de no trascender m¨¢s all¨¢ de su ¨¢mbito concreto, hoy, que el paso del tiempo la ha reducido a sus estrictas dimensiones, a pesar de esa agresividad asumida a trav¨¦s de los textos de Konrad Lorenz, tan vieja como el hombre, llevada por la moderna t¨¦cnica a resultados bien cercanos a nosotros.Filmada la historia en lugares, y con actores en gran parte naturales, se sigue con inter¨¦s a pesar de que ciertas secuencias, como la matanza del cerdo, las fiestas, el amor entre espigas o la recolecci¨®n, recuerden otros filmes de corte naturista, anteriores a la ¨²ltima guerra. A ello contribuye tambi¨¦n, en cierta medida, su buen sentido del humor, tanto en la imagen como en la m¨²sica, que sirve de eficaz contrapunto al drama.
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