Rafael Zalaca¨ªn

tiene nombre de aventurero barojiano, pero es un viejo socialista navarro cuya profesi¨®n es la de tramoyista. Con esos atributos acudi¨® anteayer a la Audiencia Territorial de Pamplona para defenderse de la acusaci¨®n de haber roto una urna, durante lajornada electoral del 3 de abril de 1979.El incidente del que ahora ha tenido que responder ante la justicia el se?or Zalacain ha desencadenado otro, protagonizado por ¨¦l mismo al interrumpir, en el juicio, al abogado del Estado diciendo: ??Qu¨¦ democracia es ¨¦sta, en la que todav¨ªa subsisten el yugo y las flechas?? Detras del presidente del Tribunal figuraba el actual escudo de Espa?a, en el que est¨¢n representados tales s¨ªmbolos.

Antes, el abogado del Estado hab¨ªa incriminado al se?or Zalaca¨ªn por su gesto al romper una urna y explic¨® el significado pol¨ªtico que este objeto receptor de votos tiene como un elemento m¨¢s en la construcci¨®n de la democracia.

Rafael Zalaca¨ªn, que fue presidente del Partido Socialista Obrero Espa?ol de Navarra, justific¨® la ruptura de la urna el mismo 3 de abril de 1979. Se acerc¨® al colegio electoral de Federico Mayo, en Pamplona, solicit¨® del presidente de una de las mesas permiso para cambiar alguno de los nombres que aparec¨ªan en la lista del PSOE, ?por no ser ¨¦sta una candidatura digna de un socialista? y al recibir la negativa presidencial la emprendi¨® a martillazos con la urna, hasta que ¨¦sta qued¨® inservible.

El fiscal pide par¨¢ el viejo socialista tres meses de arresto mayor y 50.000 pesetas de multa. El ahogado defensor solicita la absoluci¨®n de Rafael Zalaca¨ªn, indicando que ¨¦ste no origin¨® esc¨¢ndalo p¨²blico, y que s¨®lo intent¨® mostrar un gesto testimonial.

La presentaci¨®n de un disco suele ser en Madrid un incentivo para beber mientras se escucha m¨²sica. Hubo una excepci¨®n, y se produjo. anteayer, cuando Juan Carlos Senante introdujo su nuevo long play, cuyo t¨ªtulo, Chateubriand, filete y salsa, lo hace apetitoso. En una fiesta celebrada en un night club, el cantante, que antes hab¨ªa hecho letras para Marisol y que sigue haciendo sus propias composiciones, mostr¨® su primera incursi¨®n en el terreno de la salsa, de la mano a veces de Pablo Milan¨¦s, el cubano de la Nueva Trova, y a veces de su propia mano. Como un homenaje a su antiguo letrista, all¨ª estuvo Marisol, vestida de negro, morena, acompa?ada de Antonio Gades, y rodeada de personajes de la canci¨®n y de la pol¨ªtica. Entre los primeros Sergio y Est¨ªbaliz. Y, entre los ¨²ltimos, para completar un c¨®ctel amplio, Fernando Sagaseta, l¨ªder de Uni¨®n del Pueblo Canario y diputado en el Congreso.