El control de las aguas del trasvase Tajo-Segura
La regulaci¨®n del r¨¦gimen econ¨®mico de la explotaci¨®n del acueducto Tajo-Segura, vuelve a poner de actualidad uno de los temas cuyo desarrollo ha resultado m¨¢s conflictivo de cuantos la democracia espa?ola heredara del pasado m¨¢s reciente. La obra del trasvase, que, es obvio, no naci¨® acompa?ada de un planteamiento todo lo riguroso que fuera de desear, vuelve a constituir el centro de una pol¨¦mica ciertamente soslayable en sus extremismos, si se trata con un m¨ªnimo de l¨®gica.Discutir ahora si la obra es acertada o no, si se tuvieron en cuenta todas las variables socioecon¨®micas o si abri¨® o no el necesario per¨ªodo de informaci¨®n, son cuestiones que pertenecen a un momento concreto, el de la estructuraci¨®n del proyecto, ya que no pueden ser tenidas en cuenta ante la realidad incuestionable de que el acueducto se encuentra concluido y dispuesto para iniciar su funcionamiento. Es preciso, por tanto partir de la premisa evidente de que la obra est¨¢ ah¨ª, y este es un hecho inevitable ya. El coste del proyecto de trasvase, 30.000 millones de pesetas, ha sido financiado por todos los espa?oles, y el pa¨ªs no puede permitirse el costos¨ªsimo lujo de desde?ar una obra, aun con sus defectos, de esta categor¨ªa, entre otras razones, porque habr¨ªa que explic¨¢rselo a todos los contribuyentes de todas las provincias.
Si ciertas provincias -es el caso de Toledo- no quieren o¨ªr hablar de tarifas para el agua trasvasada, por considerar que ello implica legalizar la situaci¨®n confusa del proyecto, no es menos cierto que la paralizaci¨®n de la explotaci¨®n del acueducto provocar¨ªa, no s¨®lo dejar ociosos unos recursos ingentes, sino, y ello resulta capital en todo el planteamiento, el hecho de que la cuenca donante dejar¨¢ de percibir la importante cantidad de cerca de 1.300 millones de pesetas anuales con destino a mejoras en su estructura hidr¨¢ulica, adem¨¢s de las llamadas compensaciones que contempla la ley de 1971.
En cualquier caso, las reticencias de la cuenca donante, su inquietud ante la inminente puesta en marcha del trasvase, no dejan de moverse en un plano de cierta l¨®gica. Sin embargo, el planteamiento, con que piensa abordarse el problema -y siempre sin perder de vista lo inevitable de su funcionamiento como alternativa a la nada pr¨¢ctica idea de su posible paralizaci¨®n- deja suficientemente claro c¨®mo los inconvenientes previsibles han sido contrarrestados mediante la adopci¨®n de determinadas medidas cautelares.
Medidas cautelares
La interrogante fundamental, y que surge de inmediato, es la que se refiere a la ¨¦poca en que se llevar¨¢n a cabo las detracciones de agua, factor este de gran incidencia en la cuenca donante. Como parece natural, se ha previsto que el trasvase de las aguas se efect¨²e en la ¨¦poca de m¨¢xima disponibilidad de agua en el caudal del Tajo, y no en el per¨ªodo de estiaje.
En cualquier caso, ello no afecta a los actuales usuarios del Tajo, dado que, como se?ala, respecto a prioridades en el uso del agua, el real decreto de 29 de junio de 1979, ?las previsiones y programas del trasvase se someter¨¢n en todo caso a la consideraci¨®n de la junta de gobierno de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo y su Comisi¨®n de Desembalse?. Corresponde, por consiguiente, a esta Comisi¨®n de Desembalse estimar las prioridades seg¨²n las necesidades de la cuenca donante.
La propia ley de Aguas especifica con toda claridad c¨®mo la cesi¨®n de las mismas a otra cuenca se verificar¨¢ siempre y cuando ello no vaya en detrimento de la cuenca donante.
Un componente fundamental y hasta decisivo en el conflicto del trasvase es la potenciaci¨®n que, como ¨®rgano ejecutivo, ha otorgado la ley a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica. del Tajo, a partir del real decreto de 14 de septiembre de 1979, que estructura las confederaciones hidrogr¨¢ficas impulsando sus ¨®rganos democr¨¢ticos de representaci¨®n y participaci¨®n. Ello se verifica a trav¨¦s de la presencia en los ¨®rganos de gobierno de la Confederaci¨®n de representantes del Gobierno, de la Administraci¨®n, de las provincias implicadas y de los usuarios. El funcionamiento democr¨¢tico de la Confederaci¨®n y, consiguientemente, de la Comisi¨®n de Desembalse, garantiza que el trasvase de agua de la cuenca del Tajo a la del Segura s¨®lo se realizar¨¢ cuando existan excedentes reales y cuando lo estime la Comisi¨®n de Desembalse que pertenece a la cuenca donante. Esta es una ser¨ªa garant¨ªa.
La Junta de Explotaci¨®n
En el funcionamiento de los organismos reguladores del trasvase posee una funci¨®n important¨ªsima la Junta de Explotaci¨®n, cuya funci¨®n principal ser¨¢ la de elaborar normas y proponerlas a la Direcci¨®n General de Obras Hidr¨¢ulicas, a trav¨¦s del director de la Confederaci¨®n. Estas normas recoger¨¢n el orden de prestaci¨®n de los distintos aprovechamientos, los vol¨²menes anuales de agua y su r¨¦gimen de utilizaci¨®n en las distintas ¨¦pocas del a?o, los derechos de preferencia y las necesidades de explotaci¨®n de los distintos aprovechamientos y, finalmente, las normas de restricciones cuando los caudales disponibles sean inferiores a los de las concesiones. Las juntas de explotaci¨®n estar¨¢n integradas democr¨¢ticamente por representantes de la Confederaci¨®n, las empresas de energ¨ªa hidr¨¢ulica, los municipios y los usuarios. Asimismo, el real decreto de 29 de junio de 1979 se?ala c¨®mo ?se crea en la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo el Departamento de Explotaci¨®n Tajo-Segura, para ejercer las tareas de gesti¨®n t¨¦cnica y econ¨®mica de la explotaci¨®n de la infraestructura hidr¨¢ulica trasvase Tajo-Segura, en la parte correspondiente al tramo de conducci¨®n?, desde la toma en el r¨ªo Tajo hasta el desag¨¹e, en el embalse de Talave.
A la vista de todo ello, se trata de asegurar que el manejo del ?grifo? se haga racional y democr¨¢ticamente, evitanto imposiciones con arreglo al viejo estilo, que conducir¨ªan, inevitablemente, hacia conflictos e insatisfacciones.
Compensaciones
Finalmente, se hace necesaria siquiera una breve alusi¨®n a la reticencia de Toledo respecto al pr¨®ximo inicio de? trasvase. Todo lo expuesto anteriormente aclara el funcionamiento democr¨¢tico de los organismos reguladores y cierra las puertas a cualquier manipulaci¨®n de signo contrario. Por otra parte, Toledo, como Guadalajara, Ciudad Real, Cuenca o Albacete, van a recibir, en compensaci¨®n a los caudales de agua aportados a las provincias del Sureste, una serie de recursos necesarios para el r¨¢pido e inaplazable despegue de su econom¨ªa. Por otra parte, conviene recordar que determinadas obras previstas en la ley que sancionaba el proyecto de trasvase no se han llevado a efecto, y Podr¨¢n ser sustituidas, como prev¨¦ el proyecto de ley de Explotaci¨®n del Acueducto Tajo-Segura, por otras an¨¢logas a petici¨®n del ¨®rgano preauton¨®mico o auton¨®mico competente, a propuesta de las diputaciones.
En cualquier caso, el problema m¨¢s acuciante de la cuenca toledana del Tajo es el de la contaminaci¨®n de sus aguas, debido al vertido de residuos. sin depurar procedentes de Madrid y de los n¨²cleos de poblaci¨®n de su entorno. Esta cuesti¨®n, de no ser resuelta con toda urgencia, s¨ª afectar¨ªa, y muy gravemente, a toda la problem¨¢tica del trasvase. En este sentido, el Ayuntamiento de Madrid debe comprometerse firmemente a resolver, en los plazos previstos -cuatro a?os-, el problema de los vertidos, de la capital que, a trav¨¦s de los r¨ªos Manzanares y Jarama, contaminan actualmente el Tajo en proporciones altamente peligrosas. Tan peligrosas, que los toledanos temen que ese cuatrien¨ªo sea un plazo demasiado largo y que, durante ese tiempo, las aguas residuales recogidas por el Tajo hagan aumentar la ya tan preocupante contaminaci¨®n del r¨ªo hasta alcanzar niveles insalvables. Ese es el reto que deben recoger los ediles madrile?os. Ellos van a ser los m¨¢ximos responsables de que el Plan de Saneamiento Integral -sin olvidar tampoco que otros-municipios, como Aranjuez o Alcal¨¢ de Henares, tambi¨¦n estar¨ªan implicados en el problema de los vertidos- sea una realidad en el menor tiempo posible. El problema es de tal trascendencia que s¨®lo con su soluci¨®n inmediata alcanzar¨¢ el Tajo la ¨²ltima oportunidad de salvar su futuro.
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