?Hay responsables?

Las muertes en conciertos de rock o de pop, en general, no son ning¨²n hecho ins¨®lito dentro de los espect¨¢culos de masas. Todo lugar donde se re¨²nan varios miles de personas, inducidos a un cierto grado de histeria, puede ser el escenario de cualquier desgracia. El que la excusa sea el f¨²tbol, el rugby norteamericano o Julio Iglesias no significa m¨¢s que la constataci¨®n de que los organizadores no ponen, por lo general, los medios necesarios para que estos hechos no tengan lugar.En el caso de las violencias que tuvieron lugar en Barcelona, se dan los suficientes datos nuevos como para intentar analizarlos, aunque s¨®lo sea por encima. En el concierto de Pecos, y con independencia de que la avalancha se produjera por unas u otras causas, el aforo del auditorio se vio rebasado con creces. Como en todos los parques de atracciones, la entrada en el de Montjuich lleva impl¨ªcita el poder asistir a las atracciones que se celebren en su auditorio.

A alguien no se le ocurri¨® que con la presencia de un grupo como Pecos se superar¨ªan las audiencias habituales, y aquello se fue llenando hasta el foso, las copas de los ¨¢rboles, las vallas y dem¨¢s lugares donde una persona pudiera ubicar su cuerpo. En estas circunstancias lo normal es esperar una desgracia, que, por lo general, no tiene lugar, gracias a que casi todo el mundo debe efectivamente tener un ¨¢ngel de la guarda. Ocurre que confiar en estas colaboraciones ang¨¦licas no suele ser suficiente, pero como nadie pide despu¨¦s unas responsabilidades serias, todo seguir¨¢ igual, mientras desde distintos medios se afirma que todo lo relacionado con la m¨²sica joven (m¨¢s o menos progre, m¨¢s o menos hortera) es una creaci¨®n sat¨¢nica. Claro que mientras existan salvajes que disfruten quemando coches o pinchando ruedas como ¨²nica salida a su frustraci¨®n haremos m¨¢s bien poco. Lo penoso es que sean m¨¢s actualidad cuatro bestias o una muerte que 5.000 ¨® 10.000 personas disfrutando en un concierto, y que muy pocos intenten solucionarlo.