La colina de la libertad
A mediados del siglo XVII, la guerra civil arruin¨® a las clases m¨¢s modestas de Inglaterra Campesinos y peque?os comerciantes intentaron a veces cambiar la vida del pa¨ªs a trav¨¦s de utop¨ªas precursoras, pero abocadas al fracaso. Para los llamados ?niveladores?, el Parlamento no significaba gran cosa sin un pacto que defendiera lo que hoy entendemos por ?derechos humanos? Otros, autodenominados ?cavadores?, vinieron a constituir su extrema izquierda, a trav¨¦s de un primitivo socialismo.Su ¨²nico escritor y l¨ªder importante fue Gerrard Winstanley que, en su ?Ley de la Libertad?, lleg¨® a afirmar que toda esclavitud radicaba fundamentalmente en la miseria. Asimismo, predicaba una reforma encaminada a prohibir compra y ventas de tierras. Para ¨¦l, la riqueza supon¨ªa opresi¨®n y era imposible alcanzarla honestamente. ?Nadie? a?ad¨ªa, ?la gana con su propio esfuerzo, sino guardando para s¨ª una parte de lo que producen los que le ayudan. La verdadera libertad nac¨ªa, pues, de una tierra en com¨²n cuyo producto habr¨ªa de conservarse para todos, y todos, a su vez, deb¨ªan trabajar, a trav¨¦s de un c¨®digo de leyes muy r¨ªgidas y simples?.
Direcci¨®n: Kevin Brownlow y Andrew Mollo
Gui¨®n de Brownlow y Mollo, basado en la novela ?Comrade Jacob?, de David Caute. Seg¨²n los escritos del autor. Fotograf¨ªa: Ernest Vincze. M¨²sica de ?Alexander Nevsky?, de Prokoviev. Hist¨®rica. Inglaterra. Int¨¦rpretes: Miles Halliwell, Jerome Willis, Terry Higgins, Phil Oliver, David Bradley. Local de estreno: D¨²plex. Sala 2
Como explica tambi¨¦n George Sabine en su Historia de la Teor¨ªa Pol¨ªtica, Winstanley respetaba la familia, propon¨ªa el sufragio universal y limitaba por un a?o el ejercicio de los cargos p¨²blicos. Lo sobrenatural le interesaba poco. ?Conocer los secretos de la naturaleza es conocer las obras del Se?or?. Y tambi¨¦n escrib¨ªa: ?Mientras los hombres miran al cielo, imaginando una felicidad ultraterrena o temiendo al infierno despu¨¦s de la muerte, se les ciegan los ojos para que no vean cu¨¢les son sus derechos ?.
As¨ª, el comunismo de Winstanley, subraya Sabine, fue ¨²nico en la filosof¨ªa pol¨ªtica del siglo XVII, y como aut¨¦ntico revolucionario, no content¨¢ndose con la pura teor¨ªa, al frente de un pu?ado de hombres llev¨® sus ideas a la pr¨¢ctica en Surrey.
Sus luchas con los labradores vecinos, sus querellas en torno a la propiedad privada, su juicio, y final ante el ej¨¦rcito de Cronwell, ilustran este filme, ya presentado en el festival de Valladolid, y excepcional por m¨²ltiples razones. A la vez testamento y testimonio, sus im¨¢genes, de una fidelidad en lo que a ambiente y personajes se refiere, resultan de un verismo total, como si el cine se hubiera descubierto siglos antes.
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