Un industrial guipuzcoano anuncia que no pagar¨¢ el "impuesto revolucionario"
Juan Alcorta Ma¨ªz, presidente del Banco Industrial de Guip¨²zcoa, de Koipe, SA, y Savin-Campoviejo, ha hecho p¨²blica una carta en la que explica su negativa a pagar el ?impuesto revolucionario? que le ha exigido ETA. ?No puedo pensar que el pueblo vasco est¨¦ contemplando pasivamente?, escribe, ?la proliferaci¨®n de este sistema de extorsi¨®n por una colectiva cobard¨ªa?.La carta dice, entre otras cosas:
?Como tantos conciudadanos de la m¨¢s variada clase y condici¨®n, he recibido la carta de ETA exigi¨¦ndome, bajo amenaza de muerte, el pago de lo que ellos consideran impuesto revolucionario?.
?Antes que ninguna otra, la primera sensaci¨®n que me ha producido ha sido una profunda amargura. La amargura de una persona que se siente v¨ªctima de una grave injusticia?.
?Pero no termina ah¨ª lo angustioso de esta situaci¨®n, puesto que esa amargura se agrava con la impresi¨®n de impotencia e indefensi¨®n en que uno se encuentra?.
?He pensado mucho antes de tomar una decisi¨®n y he procurado hacerlo con la mayor serenidad posible?.
?Me rebela la idea de tener que pagar para salvar la vida, de ceder al miedo absoluto de morir. No soy un h¨¦roe, no quiero serlo. S¨¦ que con esta decisi¨®n pongo en peligro los a?os que me pueden quedar de vida. Pero hay algo en mi conciencia, en mi manera de ser, que prefiero cualquier cosa que ceder a un chantaje, que est¨¢ destruyendo a mi tierra, a mi pueblo y a mi gente. Siempre hemos dicho que los vascos no somos cobardes. Entre las cualidades negativas que tenemos (que las tenemos), pienso que no est¨¢ la cobard¨ªa. Y, como buen vasco, no quiero ser cobarde?.
?Tengo cuatro alternativas ante la amenaza que queda recogida literalmente en el p¨¢rrafo que copio de la carta: "As¨ª pues, antes del 22 del presente mes de abril deber¨¢ tomar contacto con el se?or XX en los medios vascos de San Juan de Luz, Biarritz o Bayona, a quien har¨¢ entrega de XX millones de pesetas en billetes usados, de numeraci¨®n discontinua, o, en su defecto, en francos franceses el equivalente a la cantidad"?.
?"Si no hace la entrega en el plazo fijado, le buscaremos hasta ejecutarle". Las alternativas que me quedan son:
1. ?Pagar y seguir viviendo (por ahora)?.
2. ?Negociar, rogar y conseguir un descuento a trav¨¦s de los "intermediarios"?.
3. ?Escapar, huir?.
4. ?No pagar, no negociar, no huir y seguir viviendo (mucho o poco, no lo s¨¦), aunque con indudable angustia, evidentemente?.
?Yo me he decidido por la cuarta. Pero he decidido hacer algo m¨¢s. He decidido hacer p¨²blica mi actitud, y con esta finalidad me dirijo a los peri¨®dicos Egin, El Diario Vasco, Deia, El Correo Espa?ol, La Gaceta del Norte, Norte Express y Diario de Navarra. Pienso que, a cambio de mi delicada situaci¨®n, puedo prestar un servicio a Euskadi?.
El industrial vasco a?ade luego una serie de consideraciones sobre la acusaci¨®n que le formula la carta de ETA: ser un burgu¨¦s, calificativo que asume explicando su dedicaci¨®n, su trabajo, su actitud social y la de su familia. Tras indicar que la carta se?ala una fecha para su ejecuci¨®n ?que ya ha vencido, o sea, que ponen precio a mi derecho a vivir y tengo que comprarlo?. Alcorta concluye:
?Estoy en la lista en la que si ocurre lo peor, podr¨¢ decirse sin faltar a la verdad esa frase que para tanta gente en este pa¨ªs sirve para explicar o casi para justificar cada muerte violenta: Estaba amenazado?.
?ETA: Seguir¨¦ viviendo como he seguido siempre. Me ver¨¦is en las empresas en las que soy responsable. Me ver¨¦is en Atocha aplaudiendo a la Real. Me ver¨¦is en alg¨²n partido de pelota. Me ver¨¦is en alguna sociedad popular, cenando feliz con mis amigos. Eso s¨ª, quiz¨¢ con un gesto de tristeza y de cansancio que hasta ahora no ten¨ªa. Eso lo hab¨¦is conseguido?.
?As¨ª pues, no tendr¨¦is necesidad de buscarme, como dec¨ªs en la carta. Pienso que debo seguir mi vida normal. Por lo que quiz¨¢, y desgraciadamente para mi, os va a ser muy f¨¢cil el encontrarme?.
?Permitidme que me despida de vosotros sin odio, sin rencor, con el deseo de que se¨¢is alg¨²n d¨ªa parte de un pueblo aut¨¦ntico y desvel¨¦is sin miedo vuestros rostros?.
?Pese a mis angustias, sigo teniendo fe en el futuro del pueblo vasco. Yo seguir¨¦ poniendo piedra sobre piedra en el edificio com¨²n mientras tenga vida. Y si me la quit¨¢is, que Dios os perdone?.
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