Carrillo afirma que hubo conversaciones Gobierno-PCE para un acuerdo de mayor¨ªa en 1978

Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de Espa?a (PCE) afirm¨® ante el Pleno del Congreso que en oto?o de 1978 el Gobierno llam¨® a su partido para hacer un acuerdo de mayor¨ªa parlamentaria. Las palabras de Carrillo fueron contestadas por el vicepresidente Fernando Abril y el mismo presidente Su¨¢rez, quienes afirmaron que aquellas conversaciones citadas por el l¨ªder comunista iban encaminadas exclusivamente a buscar salida a los problemas socioecon¨®micos. Su¨¢rez reiter¨® que en ning¨²n caso pactar¨ªa con los comunistas un acuerdo como el se?alado.

Santiago Carrillo, dijo, entre otras cosas: ?No ten¨ªa intenci¨®n de hablar, pero el Gobierno ha afirmado que es delicada la presencia de partidos comunistas en el poder ejecutivo, lo que viene a establecer una especie de soberan¨ªa limitada para esta C¨¢mara y este pa¨ªs. El PCE se considera con los mismos derechos y deberes que cualquier partido, y prueba de ello es que Su¨¢rez nos llam¨® como a los dem¨¢s para firmar los pactos de la Moncloa. Asimismo, en oto?o de 1978, el Gobierno pidi¨® al PCE hacer un acuerdo de mayor¨ªa?.?Ello nos fue propuesto en una cena celebrada en Castellana, 3, con Fernando Abril, Rafael Calvo Ortega y Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, y Jordi Sol¨¦-Tura, Eugenio Triana y yo, y quiz¨¢ alguno m¨¢s. Me pareci¨® la cosa tan extraordinaria que le dije a Abril que lo pensara bien. Me llam¨® a los dos d¨ªas para decirme que lo hab¨ªa pensado y segu¨ªan estando dispuestos. Como mi extra?eza no terminaba, me fui a la Moncloa y consult¨¦ con Su¨¢rez el asunto. El presidente me dijo que efectivamente estaban dispuestos, entre otras razones porque el PCE es un partido nacional y democr¨¢tico?.

?A ra¨ªz de esta entrevista en la Moncloa, se celebr¨® una nueva reuni¨®n a la que asist¨ªan Fernando Abril, Calvo Ortega, P¨¦rez-Llorca Sol¨¦-Tura, Tamames y Manuel Azc¨¢rate. Esta entrevista ten¨ªa como fin empezar a discutir el acuerdo, y ya hubo intercambio de papeles?.

?Yo le hab¨ªa dicho a Su¨¢rez que aceptaba comenzar las negociaciones porque no me extra?ar¨ªa que un d¨ªa alg¨²n partido negase a los comunistas legitimidad para estar en el Gobierno, y en esta eventualidad las conversaciones ser¨ªan un argumento. Tambi¨¦n acept¨¢bamos porque ¨ªbamos a proponer un programa que bien pod¨ªa ser nuestro manifiesto electoral, y porque si la iniciativa ten¨ªa ¨¦xito est¨¢bamos dispuestos a proponer la inclusi¨®n, de los socialistas en el Gobierno?.

Fernando Abril replic¨® en estos t¨¦rminos: ?El se?or Carrillo confunde los deseos con la realidad. De todas formas, ha dado una buena muestra del soporte ¨¦tico que dirige su comportamiento, de que cualquier medio, en su opini¨®n, es bueno para el fin que se pretende?.

?Nos estamos refiriendo a unas conversaciones celebradas en mayo de 1978, cuya preocupaci¨®n fundamental era lograr un acuerdo para afrontar la situaci¨®n econ¨®mica y salarial. A pesar de los esfuerzos del Gobierno reuniendo una mesa donde estaban la Administraci¨®n, los sindicatos y los empresarios, el acuerdo fue imposible, porque Comisiones Obreras exig¨ªa sistem¨¢ticamente que participasen los partidos, para llevar as¨ª a los comunistas, que no pod¨ªan acceder dado el escaso poder de su grupo pol¨ªtico. Pero UGT se opon¨ªa a la inclusi¨®n de los partidos, Cuando la conversaci¨®n pas¨® a los temas de la OTAN, el Gobierno cancel¨® las negociaciones?.

El propio presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, subi¨® a la tribuna seguidamente: ?El se?or Carrillo ha dicho parte de la verdad, pero no toda. Ya el vicepresidente Abril ha aclarado los objetivos de aquellas negociaciones: enfrentarse a la situaci¨®n econ¨®mico-social. Pero Carrillo siempre busc¨® un acuerdo pol¨ªtico. En, aquella visita que hizo a la Moncloa le manifest¨¦ mi acuerdo de tratar los temas sociales pendientes, pero no los temas pol¨ªticos, y, sin embargo, ¨¦l quiso saber incluso si habr¨ªa disoluci¨®n de las Cortes y elecciones generales?.

Santiago Carrillo replic¨®: ?Es fundamentalmente verdad lo que dice Fernando Abril, de que buscaba sobre todo lograr un acuerdo econ¨®mico. Por eso me pareci¨® extra?a la proposici¨®n,

?El se?or Su¨¢rez confunde las entrevistas. Todo lo que he dicho aqu¨ª es cierto: usted me habl¨® de mayor¨ªa de Gobierno y yo le pregunt¨¦ qu¨¦ iban a decir los americanos, a lo que me respondi¨®, se?or presidente, ciertas cosas de los americanos que no quiero recordarle para no molestar. De elecciones hablamos en otra ocasi¨®n. Lamento, pero lo comprendo, que la situaci¨®n pol¨ªtica en que se encuentra hoy le impide decir la verdad?.

Enemigos pol¨ªticos

Adolfo Su¨¢rez intervino de nuevo para decir: ?Sabe muy bien el se?or Carrillo que ¨¦l y yo ser¨ªamos siempre enemigos pol¨ªticos, adversarios pol¨ªticos, que nunca puede pasar por mi imaginaci¨®n formar un acuerdo con UCD y el PCE. En aquella etapa ten¨ªamos conversaciones con este partido como con los dem¨¢s, puesto que se estaba en el per¨ªodo de construcci¨®n de la democracia, pero nuestras diferencias ideol¨®gicas son tan grandes que rechazo totalmente cualquier colaboraci¨®n con los comunistas?.Santiago Carrillo termin¨® la pol¨¦mica diciendo que reiteraba lo dicho ?y podr¨ªa decir otras cosas, que dir¨¦ cuando escriba mis memor¨ªas. Y quiero advertirle que a pesar de esas distancias que se?ala usted ha hecho acuerdos con nosotros. No diga de este agua no beber¨¦, porque es posible que alg¨²n d¨ªa tenga que hacer nuevos compromisos?.