Una tela de Turner, vendida por 454 millones de pesetas, nuevo "r¨¦cord" mundial en la venta de cuadros
El cuadro Julieta y su ni?era, del pintor brit¨¢nico de finales del siglo XVIII y primera mitad del siglo siguiente, ha batido todos los r¨¦cords de venta en una subasta celebrada por Sotheby's en Nueva York, ayer por la tarde: el cuadro fue adjudicado por la cantidad de 6.400.000 d¨®lares (454 millones de pesetas), con lo que se super¨® el r¨¦cord mundial alcanzado en Londres, en 1970, por el retrato de Juan de Pareja, de Vel¨¢zquez, que alcanz¨® los cinco millones y medio de d¨®lares (385 millones de pesetas).
Hace exactamente catorce d¨ªas, un cuadro de Van Gogh roz¨® peligrosamente el r¨¦cord de Vel¨¢zquez, tambi¨¦n en una subasta en Nueva York: 364 millones de pesetas se pagaron por El jard¨ªn del poeta en Arl¨¦s, del pintor flamenco. Parece que en estos tiempos de crisis econ¨®mica y de inflaci¨®n, la inversi¨®n en obras de arte constituye uno de los refugios m¨¢s codiciados.El Juan de Pareja fue adquirido por el Metropolitan Museum, de Nueva York, y, al parecer, el cuadro de Van Gogh por el naviero griego Niarchos. Hasta el momento se desconoce la ¨ªdentidad del adquirente del cuadro de Turner, que representa, dentro de una vista general de la plaza de San Marcos, de Venecia, al personaje shakespearlano de Julieta con su ni?era, en una terraza. Juliel and her nurse, pintado en 1836, en plena madurez del artista, est¨¢ considerado como una de sus obras maestras.
En su vejez, siendo ya acad¨¦mico, y tras un debate pol¨¦mico entre estetas, Joseph Mallord William Turner abandon¨® la discusi¨®n murmurando: ?Esto de la pintura es una cosa extra?a...?. Influido por los franceses Poussin y Claude Lorrain, Turner, al reaccionar frente al topografismo anterior, conect¨® con el romanticismo para desembocar en una verdadera explosi¨®n de luz y color, que le convirti¨® en un adelantado y precursor de la pintura contempor¨¢nea.
Fue llamado el menos acad¨¦mico de los acad¨¦micos, y empez¨® su carrera a los quince a?os (hab¨ªa nacido en 1775, en Londres), cuando present¨® una acuarela -Vista del palacio del arzobispo de Canterbury- a la exposici¨®n de la academia. Tard¨® en dominar el ¨®leo, por lo que en su producci¨®n primera abundan las acuarelas. A los veintisiete a?os, Jorge III le hizo acad¨¦mico; sus clases eran dif¨ªciles, pues se expresaba mal. Su romanticismo -y hasta su fascinaci¨®n por las tormentas, seg¨²n cuentan sus leyendas- le llev¨® a los grandes estallidos de luz que le hicieron ser en principio incomprendido, para conducirle al triunfo final. Se dice que, en v¨ªsperas de una exposici¨®n, mientras Constable retocaba cuidadosamente uno de sus paisajes, Turner lleg¨® a su cuadro y le a?adi¨® un r¨¢pido trazo de color: ?Ha venido Turner y ha disparado?, se dice que dijo Constable.
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