Un falso emir "compra" la ciudad francesa de Burdeos
Burdeos, la capital dirigida por su alcalde, diputado y presidente de la Asamblea Nacional, Jacques Chaban Delmas, fue vendida por 85.000 millones de pesetas a un ciudadano de Kuwait afortunado en petrod¨®lares, Mohamed Zakher, a lo largo de una negociaci¨®n que se desarroll¨® en la capital de Aquitania entre el 7 y el 9 del mes en curso.
Sabido es que los franceses saben venderse como rosquillas. ?Qui¨¦n, en el mundo, ha sido capaz de convertir esa cochambre ?ejemplar?, que es el barrio chino de Pigalle, en una mercanc¨ªa-golosina para los millones y millones de turistas que se regalan por la noche en dicho antro como lo hacen, por el d¨ªa, con la catedral de Notre Dame? Un ejemplo m¨¢s reciente: el Centro Nacional de Arte Georges Pompidou, m¨¢s conocido por Beaubourg. De haberse construido en Madrid (es un ejemplo) este drugstore del arte, con pinta de refiner¨ªa de petr¨®leo a primera vista, ya hubiese sufrido alguna desgracia explosiva o a sus arquitectos ya los hubiesen condenado a algunas d¨¦cadas de inhabilitaci¨®n profesional, por lo menos. Los franceses, en pocas horas precisamente, han hecho de Beaubourg un lugar de peregrinaci¨®n mundial, es decir, una fuente de divisas sana y pura.Lo ocurrido ahora en Burdeos, sociedad herm¨¦tica, burguesa, orgullosa y paridora de ese vino simp¨¢tico y noble en muchas ocasiones, es el ?colmo? del arte franc¨¦s de saber venderse como nadie.
He aqu¨ª lo ocurrido los d¨ªas 7, 8 y 9 de este mes de mayo. Un periodista parisiense, Andr¨¦ Bercoff, por cuenta de la revista mensual Actuel (joven y futurista), urdi¨® la posibilidad de hacer un reportaje period¨ªstico falso, pero de verdad. Tema del reportaje: un ¨¢rabe rico por mor del petr¨®leo, como es l¨®gico, se presenta en Burdeos dispuesto a comprar todo lo que le vendan, o casi. A ver qu¨¦ pasa.
Bercoff prepar¨® el ?golpe? debidamente. En primer lugar, el periodista en cuesti¨®n habla ¨¢rabe, cosa no despreciable. Para garantizar su anonimato f¨ªsico compr¨® un bigote que se peg¨® bajo la nariz. Encarg¨® quinientas tarjetas de visita en las que se identificaba: Mohamed Zakher, representante en Europa de la Arab Corporated and Co. Contrat¨® a un consejero econ¨®mico y a una secretaria que le servir¨ªa de int¨¦rprete en ingl¨¦s, porque Bercoff-Zakher hablar¨ªa la lengua de Shakespeare con acento ¨¢rabe. Pocos d¨ªas antes de llegar a Burdeos, en el diario de la regi¨®n Sud-Ouest, public¨® un anuncio en el que se le¨ªa: ?Arab Corporated and Co. desea entrar en contacto con hombres de negocios con vistas a invertir en los sectores industrial, vit¨ªcola e inmobiliario. Para ello nuestro representante en Europa, Mohamed Zakher, premanecer¨¢ en Burdeos entre el 7 y el 9 de mayo. Telefonear a su secretaria, Christianne Samer, al hotel Frantel?. Y tras algunos ensayos con amigos en el pa¨ªs, el ¨¢rabe y sus dos ac¨®litos se plantaron en una suite del hotel ya mencionado de Burdeos.
Le Sardiniere, el edificio n¨²mero uno de la ciudad; Aticana, el hotel m¨¢s volurninoso de todo el suroeste franc¨¦s; una docena m¨¢s de hoteles, muchos de los vi?edos m¨¢s reputados, castillos de lujo, terrenos, diamantes, relojer¨ªas, una f¨¢brica de armas, otra de ac¨²stica, todo o mucho de lo que en Burdeos vale unas perras, le fue ofrecido al ¨¢rabe de la Corporated por millones y millones de d¨®lares petroleros. Un honesto bordel¨¦s incluso le propuso, a cambio de 400.000 d¨®lares de entrada (unos veinticuatro millones de pesetas), el proyecto de la Instalaci¨®n de un Instituto Cor¨¢nico en Burdeos.
La C¨¢mara de Comercio de Burdeos le hizo propuestas tentadoras. En una cena de negocios que ofreci¨® en el Saint-James (el restaurante bordel¨¦s m¨¢s estrellado por las gu¨ªas gastron¨®micas), al hombre ¨¢rabe-periodista se le cay¨® el bigote en el plato, pero nadie se dio cuenta. La fascinaci¨®n del ?dinero fresco?, petrolero por a?adidura, fue m¨¢s tentadora que los hechos.
Nadie se preocup¨® por conocer su identidad. En menos de tres d¨ªas recibi¨® correo por kilos, registr¨® m¨¢s de cuatrocientas llamadas telef¨®nicas y atendi¨® a 150 proposiciones de ventas, de las que s¨®lo pudieron ser atendidas cincuenta. El total de esas ofertas: 85.000 millones de pesetas. La nota de gastos pagada por Actuel al periodista: 160.000 pesetas.
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