La guerra civil espa?ola fue la "universidad del espionaje" para Kim Philby
?La guerra civil espa?ola fue mi verdadera universidad, donde aprend¨ª el arte de ocultar mis pensamientos?. Casi veinte a?os despu¨¦s de haber huido a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el esp¨ªa ingl¨¦s Kim Philby ha hecho sorprendentes revelaciones al peri¨®dico Izvestia sobre sus experiencias como agente sovi¨¦tico infiltrado en los servicios secretos brit¨¢nicos. Estas declaraciones aparecen poco despu¨¦s de que se haya publicado su libro Mi guerra secreta.
Cuando el general Franco impuso a Kim Philby, tras ser herido en la batalla de Teruel, cuando cumpl¨ªa labores informativas, la Cruz del M¨¦rito Militar, con distintivo rojo, no sab¨ªa que estaba abrazando a uno de los esp¨ªas sovi¨¦ticos m¨¢s importantes de todos los tiempos.Para Philby, nacido en Inglaterra, hace 68 a?os, estudiante del Trinity College, de Cambridge, donde dio los primeros pasos en el espionaje, no era dificil compartir el periodismo con el espionaje. Desde Inglaterra fue enviado a Espa?a durante la guerra civil para facilitar informaci¨®n a los rusos desde la zona nacional. En una ocasi¨®n fue detenido por la Guardia Civil, en C¨®rdoba, y fue puesto en libertad tras declarar que era periodista brit¨¢nico.
?Me present¨¦ ante todos como un ferviente partidario del franquismo. Mis cr¨®nicas, para el diario londinense The Times, estaban impregnadas de apoyo a esta causa. El departamento de prensa del Estado Mayor de Franco estaba muy contento con ellas, hasta el punto que un d¨ªa un oficial vino a buscarme a Bilbao, en donde me hallaba, para llevarme a Burgos ante el Estado Mayor. La cruz que me entreg¨® Franco me fue muy ¨²til para desviar sospechas durante mi trabajo en el contraespionaje brit¨¢nico?. Para entonces, Philby ya actuaba como doble esp¨ªa.
Desde esta privilegiada posici¨®n -Philby fue recibido por Franco todav¨ªa en otra ocasi¨®n-, envi¨® a los sovi¨¦ticos cuanta informaci¨®n precisaban sobre la ayuda militar alemana e italiana al general Franco.
Kim Philby es uno de los componentes, junto a Donald Mac Lean, Guy Burgess y Anthony Blunt, de la red de espionaje sovi¨¦tico m¨¢s importante que se descubri¨® en Inglaterra despu¨¦s de la guerra mundial. Mac Lean falleci¨® hace unos a?os. Burgess y Phllby viven en Mosc¨², el primero, desde 195 1, y el segundo, desde 1963. Anthony Blunt vive en Inglaterra, ya que fue respetada su libertad a cambio de que informara de todo lo que sab¨ªa sobre esta red de espionaje y otras actividades sovi¨¦ticas a los servicios secretos brit¨¢nicos.
El propio Philby, que ha recibido al periodista de Izvestia en su casa de Mosc¨², situada en uno de los lugares m¨¢s celosamente guardados para los ojos de la Prensa extranjera, una casa ?cuyo mobiliario, estrictamente ingl¨¦s, parece sacado de una obra de Dickens?, cuenta c¨®mo entr¨® en el espionaje sovi¨¦tico. ?Comenc¨¦ a plantearme el tema en 1929, cuando ingres¨¦ en el Trinity College, de la Universidad de Cambridge. Entonces, Inglaterra atravesaba una devastadora crisis econ¨®mica y ya soplaban en el mundo los vientos sepulcrales del fascismo?.
?Unos viajes?, a?ade, ?por Austria y Alemania me convencieron de cu¨¢l era el lado de la trinchera de que deb¨ªa estar, y as¨ª, en 1934, comenc¨¦ a trabajar en los servicios secretos sovi¨¦ticos, para ser ¨²til a la causa del comunismo, porque as¨ª consideraba que tambi¨¦n serv¨ªa a mi pueblo, el brit¨¢nico?.
Kim Philby cuenta que su trabajo de esp¨ªa le desilusion¨® al principio, porque ?no cuadraba con la idea rom¨¢ntica que de ¨¦l me hab¨ªa forjado y porque los trabajos que me encomendaban me parec¨ªan insignificantes ?. Pasada la ¨¦poca dorada, de 1939 a 1945, comenz¨® su labor en la posguerra, cada vez en puestos m¨¢s altos del espionaje brit¨¢nico, donde lleg¨® a ser el prin cipal contacto con la CIA y el FBI.
Philby cuenta con euforia c¨®mo fracas¨® a principios de los a?os cincuenta una operaci¨®n contrarevolucionaria en Albania, montada por la CIA. ?Allen Dulles, director entonces de la CIA, jam¨¢s pens¨® que aquella operaci¨®n fracas¨® gracias a mi intervenci¨®n, porque buena parte de la operac¨ª¨®n la mont¨¦ yo?.
Tras la huida de Mac Lean y Burgess a la URSS, en 1951, todas las sospechas recayeron en Kim Philby, que en aquellos momentos representaba en Washington al servicio secreto brit¨¢nico. Tras intensos interrogatorios, no se pudo establecer su culpabilidad. Philby se march¨® a Beirut como corresponsal de las revistas The Observer y The Economist. Desde 1964 es ciudadano sovi¨¦tico, aunque sus h¨¢bitos contin¨²an siendo ingleses.
Kim Philby se relacion¨® con los otros tres agentes dobles ya citados (Blunt, Mac Lean y Burgess) desde los d¨ªas de estudiantes en Cambridge. La depresi¨®n americana hab¨ªa llegado tambi¨¦n a Europa. Mussolini se hab¨ªa instalado con fuerza en Italia y Hitler hab¨ªa iniciado su ascensi¨®n fulminante en Alemania. El viejo orden parec¨ªa quebrado. En Inglaterra, el Partido Laborista hab¨ªa fracasado, lo que llev¨® a su l¨ªder, Ranisey Mac Donald a formar un Gobierno nacional en el que tomaron parte conservadores y liberales,adem¨¢s de laboristas. La izquierda se sent¨ªa en parte traicionada y presionaba para que se aclarara la situaci¨®n, lo que llev¨® al jefe del Gobierno a convocar elecciones generales que abocaron a la cat¨¢strofe a la izquierda laborista.
La juventud universitaria se radicaliz¨® hacia las dos tendencias de moda de la ¨¦poca: el fascismo y el comunismo. Los grupos y clubes de debate proliferaron en todas las universidades. El grupo m¨¢s famoso fue el de Los Ap¨®stoles, formado principalmente entre los estudiantes del Trinity College. Entre estos ap¨®stoles se gest¨® la primera c¨¦lula comunista de Cambridge.
Anthony Blunt, Guy Burgess, Donald Mac Lean y Kim Philby compart¨ªan por aquel entonces muchas cosas en com¨²n. Los cuatro estudiaban en el Trinity College, los cuatro eran adem¨¢s socios del club Los Ap¨®stoles. Los cuatro ten¨ªan una gran admiraci¨®n por la revoluci¨®n rusa. Dos de ¨¦stos, Blunt y Mac Lean, ten¨ªan tambi¨¦n fama p¨²blica de ser homosexuales.
Blunt, que ya trabajaba en el espionaje sovi¨¦tico, no tuvo demasiadas dificultades para captar a los dem¨¢s.
Durante la guerra mundial, y al final de la misma, Burgess y Mac Lean pasaron informaci¨®n vital a los servicios sovi¨¦ticos desde el Foreign Office y desde la Embajada brit¨¢nica en Washignton, donde estuvieron destinados. Blunt hac¨ªa lo mismo desde el MI-5, sede del servicio de espionaje brit¨¢nico.
Cuando Philby alcanz¨® un importante puesto en los servicios secretos brit¨¢nicos fue jefe del, novelista Grahan Greene, que trabajaba en un puesto de administraci¨®n de estos servicios. Graham Greene dejar¨ªa m¨¢s tarde grabado el caso Philby en una de sus novelas, El factor humano.
Cuando-Burgess y Mac Lean estaban en la Embajada brit¨¢nica en Washington, la CIA comenz¨® a sospechar de ellos debido a las frecuentes visitas que ambos hac¨ªan al consulado sovi¨¦tico en Nueva York. En 1951, los servicios secretos brit¨¢nicos decidieron interrogar a Mac Lean, pero dos d¨ªas antes del interrogatorio una llamada misteriosa alert¨® a los dos agentes dobles. Desde Southampton, Burgess y Mac Lean pasaron a Francia; la KGB se encarg¨® de trasladarles desde all¨ª a la URSS.
Despu¨¦s vino el interrogatorio de Philby, de quien no lograron demostrar su culpabilidad. Philby abandon¨® entonces el servicio secreto ingl¨¦s y se instal¨® en Beirut, para, en 1963, marchar definitiva mente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Los detalles de su trabajo para los rusos se supieron a ra¨ªz de las confesiones de Blunt, un a?o m¨¢s tarde. Anthony Blunt confes¨® en 1964 a los servicios, secretos brit¨¢nicos su condici¨®n de esp¨ªa, y estos servicios le garantizaron la inmunidad procesal a cambio de una informaci¨®n completa sobre la red de espionaje sovi¨¦tico montada en Gran Breta?a.
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