"Going in style", de Martin Brest, en la sesi¨®n de apertura
Una comedia geri¨¢trica, Going in style, del norteamericano Martin Brest, inaugur¨® la sesi¨®n especial de la Mostra Internacional de Cine de la Bienal de Venecia, que en la presente edici¨®n ha decidido rescatar los famosos premios Le¨®n de Oro, dentro una serie de cambios que tienen como objetivo convertir a Venecia en una de las ciudades claves de la industria del cine, a la sombra de Cannes. La Mostra quiere hacer compatibles el aparato cinematogr¨¢fico y los valores art¨ªsticos, la competencia y la cultura, sin perder de vista que la Bienal es una instituci¨®n cultural p¨²blica, donde el cine es una de las manifestaciones.
Un ambiente m¨¢s festivo, sin llegar a imponer el protocolo y la invasi¨®n de las ?estrellas?, con la tentaci¨®n cercana de las playas del Lido, se va imponiendo en el dise?o urbano que ocupa la isla del Lido, con una nueva poblaci¨®n de periodistas y cr¨ªticos, en total m¨¢s de 1.500, y un p¨²blico adicto que va a seguir m¨¢s de 120 pel¨ªculas. El viejo palacio del cine tiene una decoraci¨®n alada, a base de cortinas blancas que marcan toda la fachada y el paseo, en un montaje de arquitectura modular. Las limitaciones de espacio de los anteriores servicios de Prensa se han olvidado al poder ver el mar desde los ventanales del hotel Excelsior, cuya segunda planta est¨¢ invadida por el tr¨¢fico de papeles, anuncios, profesionales e invitados. La decisi¨®n de volver a otorgar los Leones de Oro y convertir la Mostra en un festival competitivo, tema que ha costado varios meses de fuerte pol¨¦mica, incluso con la dimisi¨®n de algunos miembros de la junta directiva de la Bienal, es p¨²blicamente aceptada por los organizadores. Es posible que hayan presionado las multinacionales y las grandes productoras norteamericanas, que buscan la publicidad y la promoci¨®n de los premios, pero la Mostra va a continuar con su ?toque de distinci¨®n?, en el sentido de ofrecer un programa de calidad y equilibrado entre la industria, la forma tradicional de ?vender? cine, y la apertura a las nuevas formas expresivas, al lenguaje de los m¨¢s recientes realizadores.En la sesi¨®n de apertura oficial, el ministro de Cultura, Odolo Biasini; el presidente de la Bienal, Giuseppe Galasso, y el director del sector de cine, Carlo Lizzani, subrayaron en sus intervenciones de bienvenida la vocaci¨®n cultural de la Mostra y su sentido de relaci¨®n humana, al mismo tiempo que su proyecci¨®n exterior, con una especial mirada a la actual situaci¨®n de crisis del cine italiano, tanto en la producci¨®n nacional como en la asistencia del p¨²blico a las salas, cada vez m¨¢s vac¨ªas debido a la tremenda competencia de la televisi¨®n p¨²blica y privada.
La elecci¨®n de la pel¨ªcula americana Going style, traducido el t¨ªtulo como Vivir a lo grande, no parece inocente. En esta sesi¨®n de apertura, tradicional en autoridades, vestuario y luces, se proyectaba el primer largometraje de Martin Brest, de veintinueve a?os de edad, nacido en el Bronx de Nueva York, con estudios en la universi dad neoyorquina y en el Instituto del Filme de Los Angeles Esta producci¨®n de la Warner Bros fue aplaudida por la etiqueta oficial y por un p¨²blico joven que abarrotaba la sala Arena, al aire libre, un term¨®metro de aceptaciones y rechazos que falla en contadas ocasiones.
Comedia amarga y divertida
Going in style es una comedia amarga y divertida, que nunca fuerza la compasi¨®n y aligera la sonrisa. Tres veteranos del cine norteamericano, George Burns, Art Carney y Lee Strasberg, se colocan en la ?tercera edad? sin ning¨²n esfuerzo. Ellos viven las miradas por un parque de Nueva York, el cansancio y el recuerdo de miles de ancianos, desterrados por la sociedad a una miserable existencia, con la seguridad y las pensiones de los marginados. Un d¨ªa se colocan la nariz y las gafas,?a lo Groucho Marx?, atracan un banco de imponentes m¨¢rmoles, se largan hasta Manhattan y todo se convierte en una fren¨¦tica aventura, vivida a ritmo de marcapasos.El p¨²blico acogi¨® con mucha simpat¨ªa esta realizaci¨®n de Martin Brest, subrayada por una m¨²sica de Michael Small, que recuerda el sonido de gran banda de jazz en un funeral, con aplauso a algunas secuencias, como la del robo en el banco. Tambi¨¦n llam¨® la atenci¨®n la seguridad de la realizaci¨®n en un director que rodaba su primer largo, tras la escasa experiencia de cortos y documentales m¨¢s r¨ªgidos. Ello demuestra, en parte, la superviviencia de la comedia como g¨¦nero cada vez m¨¢s enriquecido con las aportaciones de los nuevos realizadores y esa envidiable fuerza, para muchos cineastas, que poseen los americanos para hacer la pel¨ªcula que quieren.
La Mostra no ha querido olvidar al actor Peter Sellers y program¨® una de sus pel¨ªculas, la m¨ªtica Lolita, de Stanley Kubrick, que todav¨ªa despierta aplausos.
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