Cuando los tiburones son polic¨ªas

Steven Spielberg es, sin duda, uno de los realizadores- estrella m¨¢s brillantes de la joven generaci¨®n del cine norteamericano. Su nombre se une indefectiblemente a los de Coppola, Lucas, Cimino o Martin Scorsese, es decir, a los de esos realizadores-productores, de estudios universitarios, que hace tiempo se han convertido en los nuevos se?ores del imperio. Loca evasi¨®n (The Sugarland express), que ahora se estrena en Madrid, es previa a las pel¨ªculas m¨¢s famosas de su joven director, Tibur¨®n, Encuentros en la tercera fase y 1941, y, sin embargo, contiene ya buena parte de los ingredientes t¨ªpicos de su quehacer cinematogr¨¢fico: acci¨®n trepidante, montaje m¨¢s trepidante y ese concepto del cine como espect¨¢culo, pese a recurrir a los t¨®picos tradicionales de la narrativa.Lo que Spielberg pretende no es otra cosa que entretener al espectador. Nada m¨¢s lejos de sus intenciones que utilizar el cine como m¨¦todo de an¨¢lisis de ninguna realidad. Quiere contar una historia en la que nadie se remueva en la butaca, aburrido de lo que ve o decidido a buscar la salida redentora. Y para ello no dudar¨¢ en utilizar los numerosos recursos -econ¨®micos y narrativos- de la ya amplia tradici¨®n cinematogr¨¢fica estadounidense: personajes secundarios interesantes, un poco de suspense, algo de sentimentalismo, lo que sea con tal de que el espectador nose salga.

En Loca evasi¨®n, de la que no sabemos nada -ni siquiera la fecha de rodaje-, surgen dos nombres importantes en la producci¨®n: Zanuck y Brown, los mismos que despu¨¦s le producit¨¢n Tibur¨®n, y que coinciden absolutamente con ese concepto del cine del que Spielberg es uno de sus abariderados. Y la pel¨ªcula lo nota. Si esta es la ¨®pera prima de un loco por el cine, es, sin duda, tambi¨¦n una superproducci¨®n como pocos realizadores europeos, ya consagrados, pueden siquiera imaginar. Si el director necesita coches de polic¨ªa para rodar unas secuencias, tendr¨¢ cien coches de polic¨ªa y alg¨²n helic¨®ptero. Si necesita coches para destrozar, dispondr¨¢ de los que quiera, y as¨ª se consigue un espect¨¢culo digno de llevar tal nombre. Bueno, as¨ª y con talento para contarlo, como es el caso de Spielberg. Estrenada en un local teatral, reconvertido desde hace poco en cine, es probable que la pel¨ªcula pase inadvertida; sin embargo, es una brillante realizaci¨®n de un joven que empezaba y que, poco despu¨¦s, conseguir¨ªa, con menos de treinta a?os de edad, uno de los sue?os t¨ªpicamente americanos: recaudaciones taquilleras salviajes, gracias a un tibur¨®n, o a un platillo volante, o a lo que sea.

Loca evasi¨®n se inscribe, pues, en esa amplia tradici¨®n -casi g¨¦nero- que son las ?pel¨ªculas de carretera?, entre las que destacan como obras maestras el Punto l¨ªmite cero, con gui¨®n de Guillermo Cabrera Infante, y Carretera asfaltada en dos direcciones, de Monte Hellman.