Acuerdo de principio entre Fiat y los sindicatos italianos
El caso Fiat est¨¢ a punto de concluir despu¨¦s de una lucha de 32 d¨ªas entre la mayor empresa industrial privada italiana, los sindicatos y el Gobierno. En una reuni¨®n que dur¨® siete horas y que acab¨® exactamente a las seis de la ma?ana de ayer, se lleg¨® a formular un acuerdo de once puntos entre el ministro de Trabajo, Foschi; los secretarios generales de los tres grandes gremios sindicales (CISL, CGIL, UIL), Carniti, Lama y Benvenuti, respectivamente, y los representantes de Fiat.
Este acuerdo, que oficialmente a¨²n no se conoce, empez¨® a ser discutido en Tur¨ªn por la base sindical en asambleas p¨²blicas a la hora de despachar esta cr¨®nica. Al parecer, se lleg¨® a este acuerdo porque la situaci¨®n de Tur¨ªn se estaba recrudeciendo hasta el punto que se les estaba escapando de las manos tanto al sindicato como al Gobierno. Y pod¨ªa acabar ganando la empresa de Agnelli.Despu¨¦s de 31 d¨ªas de piquetes de huelga en las puertas de las f¨¢bricas, de una huelga general y de docenas de manifestaciones callejeras preparadas por cientos de asambleas de los trabajadores de Fiat a todos los niveles, hab¨ªan empezado a explosionar ayer las primeras botellas incendiarias.
La magistratura hab¨ªa pedido a las fuerzas del orden que impidieran a los piquetes de huelga cerrar la entrada a las f¨¢bricas, y los cuadros intermedios, formados por capataces y empleados, organizaron el martes una contramanifestaci¨®n por las calles de Tur¨ªn, recogiendo m¨¢s de 40.000 adeptos. Se trataba de una manifestaci¨®n silenciosa, pero cargada de tensi¨®n.
Bastaba leerlas pancartas: ? La mayor¨ªa silenciosa pide que se les restituyan los derechos civiles?, ?Los sindicatos no nos representan?. Desde algunas ventanas se o¨ªa gritar: ?Vendidos a Agnelli?. El presidente de esta nueva asociaci¨®n de cuadros intermedios afirm¨® en la reuni¨®n que hab¨ªa precedido a la manifestaci¨®n: ?No somos el partido de los jefes de Agnelli, somos el partido mucho mayor de los que tienen ganas de trabajar y de producir, y que piden el derecho a ser respetados?.
En la misma reuni¨®n, en un teatro lleno hasta los topes, se le impidi¨® hablar al vicealcalde socialista, Biffi Gentili, y a un trabajador comunista que protestaba porque estos cuadros intermedios ?romp¨ªan la unidad de la izquierda trabajadora?. Le silbaron e insultaron sin darle la palabra.
La situaci¨®n era tan grave que el mismo partido comunista, que antes de la ca¨ªda del Gobierno hab¨ªa escandalizado afirmando que estaba dispuesto a colaborar con su organizaci¨®n a la ocupaci¨®n de las f¨¢bricas, decidi¨® en una reuni¨®n de urgencia de la direcci¨®n apoyar un acuerdo sin m¨¢s dilaciones.
De las noticias que se han podido conocer, el acuerdo, si ser¨¢ aceptado por la base de los trabajadores, es el resultado de un compromiso entre el sindicato y Fiat. Nadie vence y nadie gana. El sindicato ha obtenido su caballo de batalla, ya que el primer punto del acuerdo afirma: ?Ser¨¢ revocado el procedimiento de despidos a causa de la reducci¨®n del personal?.
Y Fiat se ha salido tambi¨¦n con la suya por lo que se refiere a la posibilidad de la movilidad externa en las f¨¢bricas del norte de Italia. A los trabajadores se les asegura con una ley que deber¨¢ ser aprobada, que nadie ser¨¢ despedido de Fiat sin que antes tenga asegurado un trabajo de la misma categor¨ªa en otra f¨¢brica. La caja de integraci¨®n extraordinaria ser¨¢ aceptada para 23.000 trabajadores hasta diciembre de 1981.
Durante este per¨ªodo, los trabajadores recibir¨¢n cursos de formaci¨®n profesional. Una nueva ley abordar¨¢ el tema de una posible jubilaci¨®n anticipada.
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