El pulso con los banqueros
El equipo econ¨®mico del Gobierno mantuvo esta semana pasada su primer encuentro formal con el poder f¨¢ctico por excelencia del engranaje econ¨®mico, la banca. Calvo Sotelo es un personaje al que, quiz¨¢ por ignorancia, se le atribuyen grandes concomitancias con la banca tras su paso por Explosivos, empresa muy vinculada al Urquijo y al Hispano Americano. Pero cuando se analizan con rigor los mecanismos del poder econ¨®mico en nuestro pa¨ªs no siempre los, en ocasiones superficiales, v¨ªnculos a trav¨¦s de los consejos de administraci¨®n resultan significativos. Quiz¨¢ este sea uno de esos casos.Probablemente por este motivo el vicepresidente ha realizado numerosos encuentros de acercamiento a lo largo de su todav¨ªa breve mandato. Todos los grandes de la banca han pasado por su despacho y, como colof¨®n, el martes hubo almuerzo en la cumbre. Dicen en medios econ¨®micos solventes y generalmente bien informados que la actitud de la banca ha cambiado sensiblemente en estos ¨²ltimos dos o tres a?os respecto al poder pol¨ªtico. Dicen que la banca se siente m¨¢s fuerte, quiz¨¢ debido a la debilidad de la clase pol¨ªtica que a los temores a levantar la voz, bastante intensos hace, por ejemplo, dos a?os, se han trastocado en favor de una actitud m¨¢s firme. De hecho, la etapa Abril Martorell se caracteriz¨® por una cierta complacencia, y desde el oto?o de 1977 no se ha hecho pr¨¢cticamente nada que haya podido levantar recelos o suspicacias entre los grandes del sector, como no sea la autorizaci¨®n para la entrada de los bancos extranjeros.
Quiz¨¢ Calvo Sotelo considera llegado el momento de cambiar la actitud del poder frente al poderoso sector bancario. Hay como una especie de pulso en ciernes, que va a cristalizar en una cuesti¨®n considerada vital para la -econom¨ªa del pa¨ªs, que es la reforma -segunda parte- del sistema financiero. Este parece ser el leitmotiv del momento, y el signo de la batalla tiene una clara intencionalidad liberalizadora sobre la que algunos ven precipitarse densos nubarrones, ya que la experiencia de 1977 en materia de libertad consideran que ha sido nefasta: dispar¨® el coste del dinero, fren¨® a¨²n m¨¢s la inversi¨®n y habr¨ªa distorsionado el sector. El clima que se respira en estos momentos para abordar esta segunda, y quiz¨¢ definitiva, fase del proceso no parece, desde algunos sillones del sector bancario, el m¨¢s favorable a una operaci¨®n liberalizadora. Entre los siete grandes de la banca se respira hoy un ambiente mucho m¨¢s compacto y homog¨¦neo que en el a?o 1977, y el denominador com¨²n es bastante m¨¢s reacio a proseguir por el camino de la liberalizaci¨®n. Las razones de este cambio no est¨¢n claras, pero es un punto de partida importante para configurar la situaci¨®n actual. Desde luego, aun con estos datos, los partidarios de una mayor apertura, una mayor libertad y una mayor transparencia cuentan, a pesar de su escasa fuerza, con la colaboraci¨®n de agentes muy importantes en la Administraci¨®n y, sin duda, en el Banco de Espa?a.
La batalla, por tanto, promete ser dura y puede convertirse en la primera piedra de toque del actual equipo econ¨®mico. Aunque en estos momentos las relaciones entre ambas partes parecen centrarse en darle viabilidad al plan de financiaci¨®n de la vivienda para los pr¨®ximos a?os, este tema parece que no es m¨¢s que una anecd¨®tica antesala del otro, m¨¢s de fondo, que se convertir¨¢ probablemente en el protagonista de la pol¨ªtica econ¨®mica a lo largo de la pr¨®xima semana.
Algunas medidas y el INI
El equipo que dirige Calvo Sotelo se ha entretenido entre tanto en un intento de mejorar su imagen a lo largo de los ¨²ltimos d¨ªas, mediante una serie de recapitulaciones sobre su labor, a lo largo de los primeros treinta d¨ªas de mandato. Hay a¨²n pocas cosas que cosechar: una t¨ªmida liberalizaci¨®n de precios en el que se denomina ?sector real? de la econom¨ªa, una tambi¨¦n anecd¨®tica liberalizaci¨®n de trabas administrativas en materia de instalaci¨®n y traslado de industrias, un balance de la ejecuci¨®n del plan energ¨¦tico y poco m¨¢s.
Quiz¨¢ como cuesti¨®n sustancial est¨¦, una vez m¨¢s, el tema del INI y su presidencia. El equipo de Calvo Sotelo pretende dedicar una gran atenci¨®n a este organismo, pues considera que constituye la pieza clave de la inversi¨®n desde el sector p¨²blico. Lo cierto es que el INI acaba de presentar su plan estrat¨¦gico para los pr¨®ximos cinco a?os, mientras no est¨¢ nada claro si el actual equipo dirigente del holding estatal va a continuar al frente de sus destinos o va a ser sustituido. Calvo Sotelo duda demasiado en este tema, y ello va en detrimento de la calidad de la gesti¨®n de este imperio industrial p¨²blico. El Gobierno deber¨ªa anunciar sin demora una decisi¨®n respecto a la continuidad o no de De la Rica y eliminar la psicosis de provisionalidad que existe en la plaza de Salamanea, sede del instituto. Una vez aclarada la situaci¨®n habr¨ªa que asumir el plan estrat¨¦gico en su estado actual o en una nueva formulaci¨®n, m¨¢s bien lo segundo, y garantizar, a quien vaya, a aplicarlo que va a contar con el tiempo suficiente para desarrollarlo en todos sus puntos y con todas sus consecuencias. Cualquier otro parche puede resultar enormemente perjudicial para el INI y para el pa¨ªs.
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