Piden el restablecimiento de la pena de muerte en Italia tras el asesinato del general Calvaligi
El funeral del general de carabinieri Enrico Calvaligi, oficiado en la bas¨ªlica de los Santos Ap¨®stoles de Roma, asesinado el 31 de diciembre por las Brigadas Rojas, origin¨® ayer escenas tensas y violentas protagonizadas por un p¨²blico nutrido, que profiri¨® gritos de hostilidad al Gobierno, vivas a los carabineros y al l¨ªder del Movimiento Social Italiano (MSI, neofascista), Giorgio Almirante, y reclam¨® el restablecimiento de la pena de muerte para los terroristas.
El vicario castrense de Italia, monse?or Mario Schierano, asegur¨® en su homil¨ªa que ?el pueblo italiano est¨¢ harto de o¨ªr s¨®lo palabras y desea, por encima de todo, justicia y paz?. Esta condena impl¨ªcita de la clase pol¨ªtica italiana hab¨ªa sido contestada de antemano por el presidente Sandro Pertini, quien, poco antes de salir de Francia para acudir al funeral, hab¨ªa declarado que no dar¨ªa su apoyo a una ?Rep¨²blica presidencialista? y que ?los partidos son indispensables en cualquier tipo de r¨¦gimen democr¨¢tico?. A su salida de la bas¨ªlica, el jefe del Estado fue aplaudido por numerosos transe¨²ntes.El resurgir del terrorismo ha obligado a Pertini y a toda la clase pol¨ªtica a acortar sus vacaciones. El Senado y la C¨¢mara de Diputados reanudar¨¢n anticipadamente sus actividades, que prometen ser animadas. Todos los partidos pol¨ªticos han presentado ya numerosas interpelaciones al Gobierno en el Parlamento y, m¨¢s concretamente, a los titulares de las carteras de Justicia, Defensa e Interior, relacionadas con los ¨²ltimos acontecimientos.
Para el prestigioso diputado comunista Antonello Trombadori, la ¨²ltima ola de violencia ha sido provocada por la ?imperdonable decisi¨®n? del Gobiemo de cerrar la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de Asinara. ?Esto origin¨® un mot¨ªn en la c¨¢rcel de Trani y la consiguiente represi¨®n por los carabinieri de los presos amotinados, y, por ¨²ltimo, la venganza de las Brigadas Rojas con el asesinato del general Calvaligi?.
Los comunistas y socialistas han preguntado al Gobierno c¨®mo los secuestradores del juez D'Urso han podido enterarse y difundir un documento confidencial enviado a la Presidencia del Gobierno, en el que recogen las principales reivindicaciones de los amotinados de Trani.
La izquierda tiene tambi¨¦n la intenci¨®n de pedir explicaciones al Gobierno sobre su pol¨ªtica en materia de protecci¨®n (te las personalidades amenazadas por los terroristas. El general Calvaligi, encargado de la seguridad en las c¨¢rceles, era un blanco privilegiado para los terroristas: se negaba a tener escolta. ?Somos militares?, afirmaba, ?y no podemos aceptar que otros militares nos escolten?.
Otro periodista detenido
La Prensa y las fuerzas pol¨ªticas italianas denuncian casi un¨¢nimemente la actitud del periodista del semanario L'Espresso, Mario Scialoja, actualmente detenido, que entrevist¨® a los terroristas autores del secuestro del juez D'Urso sin advertir a la polic¨ªa.Ayer, otro redactor del semanario, Giampolo Bultrini, fue tambi¨¦n detenido e inculpado de falso testimonio. Este delito, junto con el de favorecer acciones terroristas, son los que se le imputan a Mario Scialoja.
?Ni confidentes de la polic¨ªa ni portavoces de criminales? deber¨ªan ser los periodistas seg¨²n el importante diario La Stampa, mientras Repubblica afirma que ambos periodistas detenidos, ?desde el punto de vista jur¨ªdico, no es perseguible, desde el punto de visto deontol¨®gico y profesional no son criticables, y desde el punto de vista de la conciencia moral, el juicio es totalmente subjetivo?, pero, ?desde nuestro punto de vista de colegas, creemos que deber¨ªan haber informado inmediatamente a la magistratura, y nos duele que no lo hayan hecho?. por su parte, Corriere della Sera, el primer diario del pa¨ªs, afirma en su editorial, firmado por uno de los ?padres de la patria?, Leo Valiani, amigo personal de Pertini: ?Como toda libertad, tambi¨¦n la de informaci¨®n, tiene sus l¨ªmites, representados por las leyes en vigor?. Es precisamente el cambio de la legislaci¨®n penal sobre la Prensa lo que el mundo period¨ªstico est¨¢ pidiendo desde hace a?os, como, por ejemplo, el derecho al secreto profesional, hoy concedido s¨®lo a sacerdotes y abogados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Italia
- Declaraciones prensa
- PCI
- Sandro Pertini
- Guerrillas
- Partidos comunistas
- Ultraderecha
- Atentados terroristas
- Guerra
- Periodismo
- Europa occidental
- Europa
- Gente
- Gobierno
- Ideolog¨ªas
- Partidos pol¨ªticos
- Conflictos
- Administraci¨®n Estado
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Medios comunicaci¨®n
- Terrorismo
- Sociedad
- Comunicaci¨®n