Francisco Pinto Balsemao: "La reintegraci¨®n de las fuerzas armadas precisa de un di¨¢logo con los militares"
Francisco Pinto Balsemao, 43 a?os, periodista, abogado, tom¨® posesi¨®n el pasado viernes como jefe del s¨¦ptimo Gobierno constitucional portugu¨¦s despu¨¦s de la revoluci¨®n de los claveles. Fundador, junto con Sa Carneiro, del Partido Popular Democr¨¢tico -luego Partido Social Dem¨®crata (PSD)-, ha sucedido al malogrado l¨ªder tanto en la jefatura del Gobierno como en la presidencia del partido.
Balsem¨¢o, que fue ministro adjunto al primer ministro en el anterior Gabinete, encontr¨® algunas dificultades a la hora de formar su equipo, tanto por la inicial negativa de colaboraci¨®n del l¨ªder democristiano Freitas do Amaral (CDS), que encabeza la otra formaci¨®n integrante de la Alianza Democr¨¢tica (AD), ganadora en las elecciones, como por disensiones e intrigas internas en su propio partido. En los pr¨®ximos meses, tanto el PSD como el CDS y el PS -principal partido de la oposici¨®n- celebrar¨¢n sus congresos, que pueden afectar seriamente al panorama pol¨ªtico portugu¨¦s.Este, mientras tanto, se encuentra marcado cara a los pr¨®ximos cinco a?os por la victoria en las elecciones presidenciales -el pasado mes de diciembre- del general Ramalho Eanes. La presencia en la jefatura del Gobierno de un hombre como Balsem¨¢o hace esperar que, con sus dotes de conciliador, obtenga una salida al conflicto institucional que entre el Ejecutivo y la Presidencia ha venido manteni¨¦ndose en la etapa de Sa Carneiro. Pero la inminencia de una reforma constitucional que acabe con el per¨ªodo revolucionario propiamente dicho, abierto en 1975, puede complicar las cosas. En esta entrevista, concedida horas despu¨¦s de su toma de posesi¨®n, el nuevo primer ministro portugu¨¦s analiza los principales puntos de dicha reforma constitucional y las l¨ªneas maestras de su programa de gobierno, que ha de presentar a la Asamblea en breve.
Pregunta. La reforma constitucional va a ser, seg¨²n parece, el inmediato caballo de batalla de la pol¨ªtica portuguesa. ?Qu¨¦ papel va a jugar el Gobierno y qu¨¦ criterios van a presidir dicha reforma?
Respuesta. Como ya mencion¨¦ en el discurso de la toma de posesi¨®n el Gobierno, en tanto que Gobierno no tiene que ver con el asunto ni tiene capacidad de promover una reforma concreta. Pero obviamente, mi partido y Alianza Democr¨¢tica pueden tener la iniciativa legislativa al respecto. Desde mi punto de vista hay tres temas fundamentales en la reforma, aparte otros numerosos aspectos de matiz o de t¨¦cnica constitucional: el primero, la reintegraci¨®n de las fuerzas armadas, ahora dependientes del Consejo de la Revoluci¨®n y del general jefe de Estado Mayor, que es hoy el presidente de la Rep¨²blica, al ¨¢mbito del Gobierno. En segundo lugar, la definici¨®n clara de los poderes de cada una de las instancias institucionales (el presidente, el Ejecutivo, la Asamblea, etc¨¦tera). Y por ¨²ltimo, lo que aqu¨ª llamamos la Organizaci¨®n Econ¨®mica del Estado, es decir, la funci¨®n del Estado en la vida econ¨®mica. Yo creo que es preciso hacer en estos tres puntos una Constituci¨®n que una a los portugueses y no los divida.
P. ?Cu¨¢l es el proceso previsible al respecto? ?Habr¨¢ reforma este mismo a?o?
R. Yo creo que s¨ª. La reforma tiene necesidad de una mayor¨ªa de dos tercios en el Parlamento para ser aprobada, y es obvio que necesitamos -me refiero a Alianza Democr¨¢tica- un consenso con el partido socialista, que espero se ha de conseguir. En este momento todos los partidos est¨¢n estudiando sus diversos proyectos de reforma constitucional, y yo creo que AD estar¨¢ en condiciones de presentarlo de aqu¨ª a unas semanas. La reintegraci¨®n de las fuerzas armadas al ¨¢mbito del Gobierno supondr¨¢ el comienzo de una vida democr¨¢tica plena en Portugal.
P. ?Qu¨¦ significa la reintegraci¨®n de las fuerzas armadas al ¨¢mbito del Gobierno?
R. La desaparici¨®n del Consejo de la Revoluci¨®n y de la capacidad legislativa del mismo y la subordinaci¨®n de las fuerzas armadas al poder pol¨ªtico. Esto supondr¨¢ el comienzo de una vida democr¨¢tica plena en Portugal despu¨¦s de la transici¨®n revolucionaria.
P. ?Est¨¢n los militares dispuestos a ello?
R. Numerosos miembros del Consejo de la Revoluci¨®n y el propio presidente Eanes han declarado en varias ocasiones que este es el ¨²ltimo paso necesario en la construcci¨®n de la democracia portuguesa, por lo que no creo que haya problemas de fondo. Si existen problemas de procedimiento, el propio Gobierno est¨¢ preparando las estructuras capaces de acoger esta reintegraci¨®n, por lo que ser¨¢ necesario un di¨¢logo franco con los militares, de un lado, y del otro, una tarea t¨¦cnica. Es claro que no se har¨¢ la reintegraci¨®n por decreto, sino que es un proceso en el que hay que contemplar el propio reequipamiento de los ej¨¦rcitos y las obligaciones y compromisos militares de Portugal.
P. El segundo punto se?alado por usted es una mera definici¨®n de los poderes institucionales. ?Afecta eso al presidente de la Rep¨²blica? ?Qu¨¦ opina del papel de Eanes?
R. Yo creo que una definici¨®n clara de los poderes de cada ¨®rgano institucional del sistema s¨®lo puede traer ventajas para todos, y, naturalmente, en mayor o menor medida todos van a verse afectados. Respecto a Eanes, ¨¦l ha dicho repetidas veces que aunque su proyecto pol¨ªtico no es el de AD respetar¨¢ los resultados de las elecciones. En el discurso con motivo de la toma de posesi¨®n de mi Gobierno, el presidente ha confirmado estas impresiones. Por lo dem¨¢s, el Ejecutivo no est¨¢ en una actitud de provocaci¨®n, sino de buena colaboraci¨®n institucional, pero siempre manteniendo su prop¨®sito de cumplir con el programa de Alianza Democr¨¢tica.
P. Hablemos de econom¨ªa. En su primer discurso como jefe de Gobierno, usted ha avanzado que no habr¨¢ m¨¢s de un 16% de inflaci¨®n en 1981.
R. Nuestro programa econ¨®mico se basa en tres objetivos: mayor desarrollo, con un crecimiento de las inversiones que espero alcance un aumento del 8% para los pr¨®ximos cuatro a?os. Mayor productividad y control de precios. Es la continuaci¨®n del mismo programa que seguimos en 1980 y que nos dio buenos resultados y, sin duda, la victoria en las pasadas elecciones. Hay que tener en cuenta que en 1979 la inflaci¨®n en Portugal fue de m¨¢s del 24%. En 1980 apenas rebas¨® el 17%, y en 1981 ser¨¢ a¨²n menor, como digo. Yo estoy seguro que los trabajadores portugueses aceptar¨¢n moderaciones en los aumentos salariales mientras el control de precios siga siendo efectivo y la capacidad adquisitiva se mantenga o aumente.
P. ?Y en cuanto a la energ¨ªa?
R. Tenemos un grave problema, pues dependemos al 80% del petr¨®leo, e Irak ha venido siendo nuestro principal proveedor. Estimo que dadas las dificultades de abastecimiento tendremos que potenciar nuestras relaciones con otras naciones ¨¢rabes amigas.
P. ?Incluye su programa una reducci¨®n del paro?
R. En 1980 ya hemos logrado contener los ¨ªndices de desempleo, que, no obstante, siguen siendo altos. En el futuro pr¨®ximo pretendemos impulsar la construcci¨®n civil y llevar a cabo un ambicioso plan de construcci¨®n de viviendas con un sistema de cr¨¦dito para la adquisici¨®n de vivienda propia. Yo creo que ambos planes se ver¨¢n reflejados inmediatamente en la disminuci¨®n del paro.
P. ?C¨®mo piensa financiar el crecimiento de las inversiones? ?Aumentar¨¢ la deuda exterior?
R. La deuda exterior portuguesa es ya muy alta. Tenga usted en cuenta que, en el presupuesto de este a?o, 70.000 millones de escudos est¨¢n destinados a amortizaciones y vencimientos de la misma. No nos preocupa demasiado, por que nuestras reservas de oro son a¨²n abundantes, pero no creo que sea conveniente ampliar nuestro endeudamiento de forma significativa.
P. Y en cuanto al sector p¨²blico, ?prev¨¦ usted un plan de privatizaci¨®n?
R. Nuestro sector p¨²blico tiene un peso excesivo en el conjunto de la econom¨ªa y demasiadas empresas de ¨¦l mantienen enormes p¨¦rdidas a costa de las subvenciones estatales. Por eso creo que algunos sectores deben y pueden ser privatizados. No estoy hablando de desnacionalizar, sino de permitir la concurrencia de la iniciativa privada en algunos sectores ahora monopolio p¨²blico, como la banca y los seguros. Un proyecto de ley a este respecto ya fue aprobado por la Asamblea, pero el Consejo de la Revoluci¨®n, que tiene las funciones de Tribunal Constitucional, lo ha vetado repetidas veces.
P. Hablemos del congreso de su partido, que ser¨¢ el pr¨®ximo mes de febrero.
R. El Partido Social Dem¨®crata es el mayor de Portugal. Es el que tiene mayor n¨²mero de diputados y el m¨¢s fuerte en las municipalidades; tiene tambi¨¦n la mayor¨ªa absoluta en las regiones aut¨®nomas de Madeira y Azores, una creciente presencia sindical y una buena implantaci¨®n juvenil. En los ¨²ltimos meses ha venido creciendo, y despu¨¦s de la tr¨¢gica muerte de Sa Carneiro ha habido una verdadera avalancha de nuevos militantes, sin duda como homenaje de solidaridad y de adhesi¨®n a su figura. Yo creo que el congreso ser¨¢ un congreso de consolidaci¨®n, en el que los militantes tienen que darse cuenta de que el partido es una pieza esencial para la estabilidad pol¨ªtica portuguesa. El PSD es un partido que ha llegado a su madurez y lo ha demostrado en los m¨¢s dif¨ªciles momentos, como la muerte de su l¨ªder. Debe ser consecuente con ello.
P. ?Se separar¨¢n los cargos del presidente del partido y primer ministro a partir del congreso?
R. Es prematuro decir nada todav¨ªa. La actual situaci¨®n tiene sus defectos, pero tambi¨¦n sus ventajas, y las opciones que los diversos grupos del partido sugieren son muy diversas.
P. ?Pero est¨¢ usted preocupado por el congreso, personalmente quiero decir?
R. No, en absoluto.
P. ?Y con la posibilidad de que se rompa AD antes del fin de la legislatura?
R. Tampoco lo veo posible hoy por hoy.
P. Ha mencionado usted a su antecesor, Sa Carneiro. Muchos piensan que en los ¨²ltimos tiempos ¨¦l llev¨® una pol¨ªtica excesivamente conservadora.
R. Yo no lo creo. El Gobierno de Sa Carneiro hizo una verdadera pol¨ªtica socialdem¨®crata, canaliz¨® los recursos p¨²blicos hacia las clases necesitadas e impuls¨® la lucha contra la corrupci¨®n, la evasi¨®n fiscal y la especulaci¨®n. Hizo una pol¨ªtica de modernizaci¨®n del pa¨ªs.
P. ?Qu¨¦ l¨ªnea llevar¨¢ su Gobierno en las relaciones exteriores?
R. La de la continuidad. Con Espa?a, concretamente, vamos a tener las mejores relaciones, aun conociendo la existencia de problemas puntuales -como puede ser el de la pesca-, que no han de enturbiar para nada el entendimiento global. En cuanto al marco generalizado de la pol¨ªtica internacional, nos preocupa la situaci¨®n en Polonia. La neutralidad es imposible cuando los derechos humanos se ven amenazados, y no se puede aceptar de forma impasible el expansionismo sovi¨¦tico. Condenamos en su d¨ªa la invasi¨®n de Afganist¨¢n, adoptando sanciones pol¨ªticas, y lo har¨ªamos igualmente en el caso de Polonia. Portugal, por lo dem¨¢s, es miembro de la OTAN y cumplir¨¢ con todos sus compromisos en la misma.
P. Usted ha citado la necesidad de un consenso con el partido socialista para la reforma constitucional. ?Es eso posible en realidad?
R. Ya he dicho que s¨ª. El di¨¢logo con la oposici¨®n democr¨¢tica y un acuerdo respecto a determinados puntos fundamentales resulta esencial.
P. ?C¨®mo son sus relaciones con Mario Soares?
R. Absolutamente cordiales personalmente.
P. Por ¨²ltimo, en su discurso de toma de posesi¨®n usted se?al¨® dos puntos fundamentales. De una parte, la necesidad del desarrollo econ¨®mico. Por otra, la urgencia de la democratizaci¨®n de la sociedad civil, e incluso anim¨® a ¨¦sta a organizarse no contra el Estado, pero al margen del Estado. ?Qu¨¦ quiso decir con esto?
R. Pues exactamente que es excesivo el intervencionismo estatal en la vida portuguesa y que el Estado no tiene por qu¨¦ mantener su preponderancia en muchos sectores de la organizaci¨®n social -y no s¨®lo econ¨®mica-. No tiene el Gobierno, por ejemplo, que intervenir constantemente como mediador en las negociaciones y conflictos colectivos de trabajo. Por otra parte, es preciso dinamizar la vida asociativa y el pluralismo social en todos los sectores y limitar la burocracia. En Portugal hay 400.000 funcionarios trabajando para la Administraci¨®n central, al margen los que lo hacen para las administraciones locales y perif¨¦ricas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.