Posturas encontradas de los comunistas vascos ante su pr¨®ximo congreso
La diferente posici¨®n ante la cuesti¨®n nacional, ante la propia concepci¨®n del partido y sus relaciones con el Partido Comunista de Espa?a va a enfrentar a dos corrientes no muy bien delimitadas en el seno del PC de Euskadi, en el cuarto congreso que los comunistas vascos celebrar¨¢n en Bilbao los d¨ªas 23, 24 y 25 de enero, y en el que parece seguro no va a cuestionarse el t¨¦rmino eurocomunismo. Los resultados del debate de ambos temas condicionar¨¢n la l¨ªnea pol¨ªtica futura e incluso podr¨ªan producir cambios significativos en la composici¨®n de la direcci¨®n del PC de Euskadi.
Puede decirse en l¨ªneas generales que en el PC de Euskadi coexisten desde hace tres a?os aproximadamente dos corrientes no del todo definidas: una, m¨¢s sensible a la cuesti¨®n nacional vasca y al mismo tiempo a favor de un partido m¨¢s aut¨®nomo con respecto al PCE, y otra, no tan perfilada y menos cuantificable, en la que converger¨ªan los sectores obreristas, te?idos en algunos casos de prosovietismo, y quienes ven con sospecha el deslizamiento hacia formaciones m¨¢s o menos sutiles de nacionalismo que creen percibir en la corriente rival y, en particular, en el intento de acercamiento a Euskadiko Ezkerra.En la primera parece podr¨ªan situarse j¨®venes dirigentes como Roberto Lertxundi, secretario general del partido; Sigfrido Domingo, Esteban Eguren, Alberto Vidal, Juli¨¢n Presa y el sindicalista Txemi Kantera. En la segunda se insertar¨ªan elementos de la vieja guardia, como Ram¨®n Ormaz¨¢bal, presidente del partido, junto con Ignacio Latierro, Tom¨¢s Tueros, David Mor¨ªn y F¨¦lix P¨¦rez.
Es esta ¨²ltima corriente la que controla el mayor n¨²mero de miembros en el aparato de CC OO de Euskadi, y la que domina, hoy por hoy, en el comit¨¦ central y en la ejecutiva.
Sin embargo, la relaci¨®n de fuerzas puede variar en el pr¨®ximo congreso, a la vista de los resultados habidos en las conferencias provinciales. En Vizcaya, el 60% de ?os delegados elegidos podr¨ªa tatuarse en la corriente m¨¢s nacional, y el resto, en la obrerista o m¨¢s centralista. En la conferencia de Guip¨²zcoa, la proporci¨®n se repetir¨ªa, en tanto que en Alava la victoria ser¨ªa mayoritaria para la segunda, con casi el 80%.
Los comunistas de Navarra
Navarra es cuesti¨®n aparte. Los comunistas navarros estuvieron vinculados org¨¢nicamente con el PC de Espa?a hasta que, en octubre de 1977, en el tercer congreso de los comunistas vascos, se decidi¨® su integraci¨®n en el PC de Euskadi, que no se producir¨ªa, sin embargo, de una manera formal hasta 1978.En el PC de Navarra parece que existe una mayor afinidad hacia la corriente m¨¢s vasquista, que tiene posibilidades de ganar un importante terreno e incluso dar una sorpresa en el congreso, si se considera que al mismo acudir¨¢n 450 delegados, de los que el 60% pertenece a Vizcaya; el 30%, a Guip¨²zcoa; el 6%, a Navarra, y el 4%, a Alava. Siendo poco menos que imperceptible la presencia de los comunistas alaveses y navarros en el congreso, la victoria la decidir¨¢n los delegados de Vizcaya y Guip¨²zcoa, provincias en las que, a juzgar por el resultado de las conferencias provinciales, hay ligera superioridad de la corriente m¨¢s nacional.
Las diferencias esenciales entre ambos sectores (cuesti¨®n nacional, concepci¨®n del partido, relaciones con el PC de Espa?a y, salida a la crisis) se recogen en otras tantas tesis que se supone van a ser las m¨¢s debatidas y condicionantes del resultado del congreso. La tesis tercera, frente a la corriente que cree que el PC de Euskadi debe hacer una pol¨ªtica m¨¢s nacional y que, en este sentido, se han cometido errores graves, la m¨¢s centralista y obrerista considera que las cosas se han hecho bien, pero no se ha entendido la pol¨ªtica del partido.
La tesis s¨¦ptima, referida a estrategia y relaciones con otros partidos, enlaza en cierta forma con la tercera. Mientras la corriente m¨¢s centralista propone una unidad con la izquierda, y aunque no la rechaza, ve demasiados elementos negativos para un proceso de convergencia con alguna de las fuerzas que la integran, la corriente m¨¢s nacional es partidaria de dar. ese paso y llegar a una vinculaci¨®n org¨¢nica con Euskadiko Ezkerra.
La tesis octava puede ser a priori la m¨¢s pol¨¦mica. En ella se recogen las relaciones entre el PC de Euskadi y el de Espa?a, y la propia concepci¨®n del partido. La corriente obrerista y m¨¢s centralista considera que el partido es soberano en la elaboraci¨®n de su pol¨ªtica, y, sin embargo, lo vincula con la pol¨ªtica general del Estado, sin situar al partido en el posible camino de Espa?a hacia el federalismo. Por contra, la corriente m¨¢s vasquista plantea en sus enmiendas de una forma abierta la f¨®rmula de un partido federalizado.
Por otra parte, mientras el primer sector prima un concepto de direcci¨®n poco abierta a la cr¨ªtica de las agrupaciones y militancia, el sector opuesto se muestra m¨¢s partidario de una direcci¨®n colegiada menos piramidal, con control efectivo de la militancia en la gesti¨®n de la direcci¨®n.
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